En el documental Generación Kronen, 20 años después de que el cine convirtiera en icono una de sus novelas, José Ángel Mañas reconoce que ya no hay quien viva de la escritura. “Quien en los 90 vendía 20 mil, ahora vende 2 mil y se da con un canto en los dientes. La novela de hoy está en tiradas de la poesía de entonces”, cuenta acodado en la barra del SushiOlé en el que se ha convertido aquella cervecería Kronen que fue escenario de sus historias. Imaginen, claro, cómo andarán las cifras de la poesía.

Extinguidos los adelantos que antes ofrecían las editoriales, desplomado el precio de las conferencias, devaluada la colaboración en prensa, escribir ha dejado de ser un trabajo, eso que te procura un sustento, ahora es un entretenimiento que precisa de cierto desahogo financiero. Lo que desde siempre hemos conocido como un hobby.

Los dos libros de no ficción más vendidos, quién sabe si leídos, en Sant Jordi son obra de Risto Mejide y de Auronplay, un chaval que ha conseguido vivir de sus vídeos en Youtube. Olé por él. La fiesta del libro en Cataluña confirma lo que ya sabíamos, que la fama es el valor refugio de la industria cultural. Lo novedoso es que la televisión ha perdido el monopolio del reparto de la celebridad. Youtubers y tuitstars firman novelas, ensayos, cómics, poemarios y libros de autoyuda. No hay género que se les resista. La prueba de que Youtube ha conquistado el mercado editorial es que ya todos los libros de youtubers llevan en su faja la advertencia: “No es el típico libro de youtubers”.

Si hace unos años fantaseábamos con la idea de un James Joyce prestándose a sórdidos montajes amorosos en la telebasura para ganarse a los editores y publicar así su Ulises; ahora podemos imaginarlo en su habitación con una gorra de Deadpool, comentando sus partidas al Minecraft bajo el nick Dedalus82.

Lo más inquietante es la sospecha de que en la sorna con la que el escritor profesional o vocacional critica a los afamados intrusos late una injusticia. Cómo no entenderlo, en cualquier caso, pero quizás se trate de la rabieta del desagradecido que no sabe identificar cuál es el origen de su desgracia. Y lo que es peor, de su supervivencia. Quizás éste sea el único modelo posible. Quizás Martínez Roca publique a Auronplay por la misma razón por la que la prestigiosa Foreign Policy publicó en su día una galería titulada “Los 14 gatos sin pelo que se parecen a Vladimir Putin”. Se lo resumo: no hay demagogo más oportunista que aquel que se vale de la lista de noticias más leídas para denigrar a un determinado periódico.

“Este libro lo he escrito yo al 100% (…) Modestia aparte, estoy superorgulloso de mi trabajo”, asegura en un vídeo promocional otro youtuber metido a novelista. Suerte, compañero, puede que la riqueza de nuestra oferta cultural esté en tus manos.