Rita Maestre, condenada a pagar cerca de 4.500 € de multa por "ofender los sentimientos religiosos" por su asalto a la capilla del campus de Somosaguas en 2011, fue recibida este viernes entre ovaciones por el equipo de Ahora Madrid tras notificársele la sentencia en el juzgado. Que representantes públicos jaleen como si fuese un héroe a quien fue partícipe de una demostración de intolerancia contra la libertad religiosa protegida en la Constitución dice muy poco en favor de ellos. Más chocante todavía es la reacción de Carmena, que aun siendo jueza, atacó la sentencia del tribunal, calificándola de “subjetiva”. La alcaldesa insiste en defender la actuación de Maestre como “libertad de expresión”. Se equivoca. Del mismo modo que en una democracia ninguna religión puede imponer su doctrina a los ciudadanos, ningún ciudadano puede impedir a un creyente practicar su fe. Ni Ahora Madrid ni ningún partido político debería enorgullecerse de tener a condenados por la Justicia en las instituciones.

En apenas 15 años, Portugal ha pasado de ser uno de los países europeos con mayor número de drogadictos a ser pionero en la rehabilitación. El “modelo portugués”, ideado por el doctor João Castel-Branco Goulão e implantado por el Gobierno en 2001, parte de la descriminalización del uso y posesión de todas las drogas. Es decir, aunque siguen siendo ilegales, su consumo ha dejado de ser delito y se considera una falta administrativa. De esta manera, lo que se había considerado como un problema judicial pasa a ser tratado como un problema de salud. Los resultados han sido espectaculares: desde que entró en vigor este sistema, la tasa de consumo ha disminuido, mientras que ha seguido aumentando en otros países de la Unión Europea. La atención que ahora reciben miles de drogadictos ha propiciado la caída de las infecciones de VIH y el fin de la epidemia de muertes por sobredosis. Los resultados indican que el “modelo portugués” es un ejemplo a seguir en la lucha contra las drogas.

Salah Abdeslam, el octavo terrorista y coordinador de los atentados del 13 de noviembre de París en los que murieron 130 personas, ha sido detenido por la policía en el barrio bruselense de Molenbeek tras una persecución de cuatro meses. La intervención ha tenido lugar apenas unas horas después de que la Fiscalía Federal confirmara que se habían encontrado restos de ADN y huellas dactilares del yihadista en el piso de Forest, al oeste de la ciudad, en el que otro islamista fue abatido el martes. La detención del autor de la peor masacre de la historia reciente de Francia es sin duda una buena noticia para la lucha contra el terrorismo yihadista. Este arresto muestra la importancia de la cooperación entre los países de la UE y de la colaboración ciudadana, ya que sin ello no hubiese sido posible. Una vez más, se demuestra que, en lucha contra el yihadismo, toda la sociedad debe implicarse. Sólo unidos acabaremos con esta amenaza.