El camino que creía haber trazado Artur Mas hacia la secesión y hacia su propia consagración como mesías del independentismo se ha convertido en la autopista hacia el éxito de Oriol Junqueras. Los tres meses transcurridos desde las elecciones catalanas, con las esperpénticas negociaciones para acordar la investidura y el fiasco final, han abrasado lo que quedaba de Convergència y han desatado una guerra interna en la CUP que tiene en Antonio Baños a su primera víctima. El líder de la formación antisistema ha renunciado este lunes a su escaño aduciendo que no se sentía "capaz de defender la decisión adoptada por la mayoría de las bases de la organización" de rechazar la investidura de Mas; extraña forma de respetar la voluntad de las bases en un partido que ha hecho de la voz y el voto su razón de ser, pero mucho más sorprendente aún después de que el propio Baños anunciara que "nunca, nunca, nunca" apoyaría a Mas para presidir la Generalitat. El caso es que el descalabro del todavía molt honorable y de la CUP tiende una alfombra roja a Esquerra Republicana en el sector independentista y de cara a las próximas elecciones. Ese es el legado que deja para la posteridad el escudero de Pujol.

Arabia Saudí ha estrenado el año con una serie de ejecuciones que amenazan con exacerbar la tensión en Oriente Medio. Entre los 47 condenados a muerte, supuestamente por ser miembros de Al Qaeda, se encontraba el clérigo chií Nimr al Nimr, un prominente crítico de la monarquía suní. Su muerte ha provocado disturbios en Bahréin, que al igual que Arabia Saudí cuenta con una minoría chií, y las autoridades de Líbano e Irak han advertido que habrá consecuencias. La reacción más contundente ha sido la de Irán, el principal país chií de la zona. Su portavoz de Exteriores ha anunciado que el Gobierno saudí "pagará duro" esta acción. La tensión se ha trasladado a la calle como lo demuestra el ataque de cientos de manifestantes contra la embajada saudí en Teherán el pasado sábado. Como consecuencia, el ministro de Exteriores saudí Adel al Jubeir ha anunciado este lunes la ruptura de relaciones diplomáticas y económicas con Irán. Bahréin, Sudán, y Emiratos Árabes también seguirán su ejemplo y disminuirán sus vínculos con Teherán. La gravedad de la situación es máxima. Un conflicto entre Arabia Saudí e Irán, y por lo tanto entre sus aliados en la zona, traerá caos e inestabilidad a una región ya de por sí insegura que, además, es la principal área productora de petróleo.

La decisión de Florentino Pérez de prescindir de Rafa Benítez es la consecuencia lógica de la falta de sintonía existente entre el entrenador y la plantilla: es mucho más fácil sustituir al técnico que a los futbolistas. Benítez ha tenido tres meses para ganarse a sus jugadores y a la afición y lo cierto es que no lo ha conseguido. La ausencia de entendimiento dentro del vestuario se ha traducido en un pobre juego en el campo, en malos resultados y el consiguiente enfado de la grada. La cuerda ya no resistía más y se ha roto, como siempre, por la parte más débil. Pero una vez decidida la destitución del técnico antes siquiera de llegar al ecuador de la temporada, lo cual siempre es aventurado, había que elegir un sustituto. La decisión de sentar en el banquillo a Zidane es audaz: significa poner a alguien que apenas tiene expediente como técnico al frente de un equipo plagado de estrellas. Zidane es una figura del fútbol mundial y la directiva del Real Madrid confía en que podrá entenderse con los jugadores al habar su mismo idioma. El tiempo dirá si Florentino Pérez ha acertado o se ha equivocado.