Carlos Rodríguez Casado

Carlos Rodríguez Casado

Opinión Vísperas del 36

La confesión de Merche

(26 de noviembre de 1935, martes)

26 noviembre, 2015 01:28

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Resumen de lo publicado. -Pepe y Lenin han decidido idear su propio plan contra la República tras haber abandonado la CNT. El Gobierno se tambalea tras el escándalo del estraperlo.

- Ave María purísima.

- Sin pecado concebida.

La iglesia, una de las parroquias principales de Ciudad Real, tenía una torre alta, rematada en un capitel con cubierta de pizarra, con su reloj, su campana, su chirimbolo y su cruz apuntando al cielo. El conjunto era armonioso, de piedra. Por unos arcos en mitad de la torre se veían las campanas, y abajo tenía arcadas góticas para las puertas laterales. Además, estaba ubicada en medio de un parque con palmeras indianas, exóticas y evocadoras, que embellecían la plaza. Y por dentro no era menos elegante, con bancos claros y esa amplia nave central que llevaba hasta el altar donde había tres imágenes a las que los lugareños tenían gran devoción. A Merche le agradaba el sitio y se sentía cómoda en su silencio. Pero hoy no venía a rezar y se encaminó directamente hacia uno de los confesionarios ante el que, tras ajustarse la mantilla sobre los hombros, se arrodilló.

- Padre, quisiera su consejo sobre algo que me tiene muy preocupada –dijo Merche, que había dejado fuera, en la plaza, a sus hermanas y a su madre.

- Cuéntame, hija, y pediremos al Señor que nos ilumine.

- No es un pecado mío el que vengo a confesar. Es algo que he sabido por mi novio Pepe, que es madrileño, ya sabrá…

- Al otro lado de la celosía se oyó un ligero carraspeo. 

- ¿Habéis propasado los límites de la moral?

- No es eso, padre. Él me respeta. Somos novios y mis padres están al corriente y lo aceptan. Él está en Madrid, preparando oposiciones a notarías. En cuanto las saque, me iré allá para conocer a su familia y casarnos…

- Entonces, ¿cuál es el problema, hija mía?

- El problema es algo que me escribe en su carta… Ha contado…

- Vamos, hija. ¿De qué se trata? No podré ayudarte si no me lo cuentas.

- Son cosas de política, padre…

- Ah, cosas de política… Hay demasiada política en nuestras vidas estos días-dijo el sacerdote.

- Es que él tiene un amigo, un amigo anarquista… 

- Los sindicalistas son, en muchos casos, hombres peligrosos.

- Y mi novio ha sabido por este amigo suyo que se está preparando algo en Madrid… Un robo.

- Eso que me cuentas es muy grave, hija. Tu novio podría tener una responsabilidad si pasa algo y él no lo denuncia. 

- Por eso estoy preocupada, padre. Mi Pepe sabe de ello y no sabe qué hacer. No está de acuerdo, piensa que es algo peligroso para su amigo, que no está bien, ni siquiera como remedio contra la injusticia social… Pero no quiere que su amigo acabe en la cárcel…

- Sería lo más probable. 

- Y yo no sé si él debería comunicárselo a la autoridad, padre.

Hubo un momento de silencio. 

- ¿Quién es esa persona?

- ¿Se puede hacer el bien a través del mal, padre? 

- Es muy difícil contestar a esa pregunta. Habría que saber algo más.

- ¿Se puede hacer el bien a través del mal? Contésteme, padre, por favor. 

- El mal siempre está mal, hija mía. Es un camino que no lleva a ninguna parte. Pero insisto en que sin más datos difícilmente podré darte consejo, ni menos ayudarte. ¿Me puedes decir el nombre de esa persona, del amigo de tu novio?

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