El encuentro que este miércoles ha mantenido Pedro Sánchez con tres de sus antecesores en la dirección del PSOE, desde Felipe González a Zapatero, pasando por Almunia, ha servido para cerrar filas en torno a la posición que el partido ha de mantener ante el desafío separatista. El encuentro tiene un gran valor simbólico: además de restañar viejas heridas internas, permite visualizar una continuidad histórica en defensa de la unidad de España y de los valores constitucionales. Los dirigentes socialistas coinciden en la idea de que no se puede ceder a las presiones separatistas, pero también en mostrarse reacios a recurrir al artículo 155 de la Constitución para responder a sus acciones. Si el órdago independentista ha provocado que Ciudadanos, PSC y PP caminen juntos en Cataluña, también ha conseguido que los socialistas refuercen su cohesión interna.

Avarizia, el libro que levanta las alfombras del Vaticano y detalla los excesos en las cuentas demuestra hasta qué punto el Papa Francisco tiene trabajo por delante. EL ESPAÑOL publica hoy los extractos de una obra que ha vuelto a poner a la Santa Sede en el centro de la polémica. Según su autor, Emiliano Fittipaldi, sus revelaciones deberían servir de apoyo al Pontífice en su empeño por cambiar las viciadas estructuras del Vaticano. Sin embargo, el libro sólo ha servido hasta ahora para que se detenga a dos personas, una de ellas el sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda, por presuntamente sustraer y difundir información privilegiada. De hecho, según el secretario general de la Conferencia Episcopal italiana, las supuestas filtraciones se deben a que "alguien teme el proceso de renovación" del Papa Francisco. Aunque la intención de quienes han hecho públicos los secretos no está clara, queda de manifiesto que uno de los principales retos de Bergoglio es acabar con las viejas costumbres de quienes manejan las inmensas finanzas de la Iglesia.

Karim Benzema continúa engrosando su lista de encontronazos con la Justicia. Tras participar en carreras ilegales, conducir sin carné, incurrir en varios excesos de velocidad y haber sido acusado de proxenetismo de menores -cargo del que fue absuelto en su día-, el jugador francés ha declarado y pasado la noche en el calabozo por su presunta participación en un delito de extorsión sexual. Al parecer, el futbolista podría haber presionado a un compañero de selección para que pagara 150.000 euros a cambio de que no se publicara el vídeo pornográfico en el que aparecía. Si fuera cierto, denotaría su inconsistencia personal pues esa cantidad poco supondría para él. El expediente judicial de Benzema, ya casi tan dilatado como el de sus éxitos deportivos, salpica inevitablemente la imagen del club que le paga. El Real Madrid debería tomar medidas contra su jugador y advertirse de que no le dejará pasar un escándalo más. Ser un gran deportista no puede ser patente de corso para cometer todo tipo de desmanes.