¡Qué alegría! ¡Qué alboroto! The Democratic Circus llega, otra vez, a la ciudad. Con su carpa, deshilachada, inflándose al viento otoñal. Con esas bombillitas LED verdinegras que deslumbraron al sufrido trapecista justo antes del batacazo final. El circo, siempre envuelto en el mismo halo de aburrimiento. Regresa el viejo Circus para llenar de color este mundo de ilusiones vanas, de soberbias pretensiones. Eso sí, sin alivio de luto por lo que le sucedió al domador. Será por eso por lo que PP y PSOE no quieren a Podemos y Ciudadanos en los debates sin red que tendrán lugar en la pista central.

Había una vez, tururururururú, un circo.

Éste, el electoral. Cuyos pomposos candidatos se muestran inasequibles al desaliento. Rivera pide un debate a cuatro y reclama a los clowns Rajoy y Sánchez que dejen de jugar al escondite. ¿Es necesaria, con la que tenemos encima, esta función? ¿La del 20-D? Resulta inevitable justificar, frente a las urnas, lo injustificable: esto es un circo repleto de enanos que crecen en modo Pau Gasol y al mismo ritmo que lo hizo nuestra prima de riesgo antes de convertirse en Marca España.

The Democratic Circus aterriza ahora en medio de nuestras derrotas cotidianas. Otro de esos novísimos espectáculos cuyo diseño parece salido del catálogo de Ikea y que contó, en sus buenos tiempos, con algún animal que otro. Tigres, jirafas, marmotas, lémures, pulgas… Pero murieron todos por falta de pienso. Está muy claro: no pienso, luego no existo.

Hubo, eso también, dos leones. Los leones bostezantes de las puertas del Congreso. Aunque tratan de ampliar hoy, por lo que cuentan, su red profesional en Linkedin. Se comportan como una manada de leo‘ni-nis’.

Contrataron, además, a una cabra llamada Pablito en este circo, pero se fugó con la mujer barbuda para enrolarse en la legión de los hipsters.

Quedan, eso sí, payasos. Muchos. Demasiados quizá. Tontos, listos, rocanroleros y registradores de la propiedad. Es el circo de Marianico ‘El Corto’ y Soraya, la reinventora del baile ‘chuminero’. El gran espectáculo de los máximos líderes para ‘dummies’ que cargan deudas históricas al presupuesto de La Moncloa. No se trata del Cirque du Soleil, sino del Circo de La Sombra, e incluye el desternillante sketch de las puertas giratorias del IBEX 35 (patrocinado por Endesa e Iberdrola). Qué curioso: las del 20-D serán, sin duda, las elecciones a las que más partidos concurran, pero la mayoría seguimos sin saber a quién y qué coño votar.