Le Pen, durante un discurso ante el pleno de la Eurocámara

Le Pen, durante un discurso ante el pleno de la Eurocámara Michel Christen/PE

Europa

La UE se juega su supervivencia en las elecciones francesas

Dos de los favoritos para pasar a segunda vuelta, Le Pen y Mélenchon, defienden referéndums de salida.

22 abril, 2017 01:45
Bruselas

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Los líderes europeos contienen la respiración ante la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas que se celebra este domingo. Pocas veces unos comicios nacionales han sido tan importantes para el futuro de Europa. A diferencia de lo ocurrido con el brexitla salida de Francia, uno de los grandes países fundadores, supondría el fin de la Unión, según admiten los dirigentes comunitarios. Y dos de los candidatos con posibilidades de pasar a la segunda vuelta -la ultraderechista Marine Le Pen y el aspirante de la extrema izquierda, Jean-Luc Mélenchon- llevan en sus programas la convocatoria de referéndums para abandonar la UE.

En Bruselas, la línea oficial sigue siendo de no entrometerse en lo que se califica como un debate nacional. "Las elecciones son una parte normal de la democracia, no constituyen una crisis", ha dicho este viernes la portavoz de la Comisión, Mina Andreeva. Es más, los líderes europeos confían en que las recientes elecciones en Holanda -donde el primer ministro, el liberal Mark Rutte, se impuso al islamófobo y antieuropeo Geert Wilders- hayan sido un punto de inflexión y una señal positiva para detener el auge del populismo ahora en Francia y en otoño en Alemania.

Pero esta supuesta neutralidad de la UE se rompe cuando se menciona a Marine Le Pen. Aunque casi ningún dirigente cree en su victoria en segunda vuelta, su ascenso ha provocado una fuerte inquietud en las capitales y en Bruselas. Un Gobierno de Le Pen sería "una catástrofe, simplemente la destrucción de Europa", dijo en enero el presidente Mariano Rajoy. La victoria de la líder del Frente Nacional supondría "el fin del proyecto europeo", coincide el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.

También el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, ha prometido "llevar luto" si Le Pen gana las presidenciales, aunque cree que la Unión resistiría el embate. "La UE sobrevivirá a Marine Le Pen porque no llegará a ser presidenta. E incluso si lo lograra, no sería el fin del proyecto europeo. Pero ciertamente causaría problemas", ha dicho Juncker en una reciente entrevista al diario alemán Bild

Le Pen -que celebró con entusiasmo la victoria del brexit y quiere poner coto a la inmigración y al islam en Francia- es la candidata más hostil hacia el proyecto de integración europea y el euro. El primer punto de su programa electoral promete recuperar la soberanía del pueblo francés en materia monetaria, legislativa, territorial y económica.

El escenario de pesadilla

Para ello, pretende emprender una negociación con el resto de socios europeos seguida de un referéndum sobre la pertenencia de Francia a la UE. La líder del Frente Nacional aboga por acabar con el espacio Schengen y cerrar las fronteras, como ha vuelto a reclamar tras el ataque terrorista de los Campos Elíseos. "A este Gobierno efímero, acostumbrado a la inacción, le pido que ordene la restauración inmediata de nuestras fronteras nacionales", ha exigido este viernes la candidata ultraderechista.

A Bruselas también le preocupa el ascenso imparable en intención de voto durante las últimas semanas del candidato de extrema izquierda. "Una segunda vuelta de Le Pen contra Mélenchon sería un escenario de pesadilla para Bruselas, porque los dos candidatos defienden o reformas radicales o salir de la UE si el resto de socios no les hacen caso", explica a EL ESPAÑOL Charles de Marcilly, responsable en Bruselas del think tank Fundación Robert Schuman. "Su principal elemento en común es creer que Francia en solitario puede imponer a los demás una nueva Europa", añade.

"La Unión Europea, o la cambiamos o la abandonamos", proclama el programa de Mélenchon. El plan A del candidato de Francia Insumisa consiste en renegociar los Tratados europeos con el fin de refundar la Unión. Reclama derogar el Pacto de Estabilidad, acabar con la independencia del Banco Central Europeo, devaluar el euro hasta la paridad con el dólar y celebrar una conferencia europea para aliviar la deuda pública de los países miembros mediante quitas, moratorias o rebajas de tipos.

Si esta propuesta fracasa -lo que está garantizado, ya que Alemania nunca aceptará ninguna de estas ideas- el plan B de Mélenchon consiste en la salida unilateral de Francia de los Tratados de la UE y proponer otro tipo de cooperaciones con los socios que lo quieran. Cualquier decisión se sometería a la aprobación del pueblo francés mediante referéndum.

Macron, el favorito de Bruselas

"Si yo fuera francés y pudiera votar, votaría probablemente a (Emmanuel) Macron", ha dicho el todopoderoso ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble. El apoyo expreso de Schäuble al candidato centrista de En Marcha ha enfurecido a François Fillon, que pertenece a la misma familia política que el alemán, el Partido Popular Europeo. Pero aunque pocos se atreven a decirlo tan abiertamente, Macron es el favorito de Bruselas. 

"Es el candidato que utiliza banderas europeas en sus mítines y que tiene una visión más proeuropea", apunta Marcilly. Desde que se convirtió en aspirante a la presidencia ha viajado a Bruselas y a Berlín para mostrar su compromiso con la Unión. "Su victoria, especialmente si es contra un candidato o candidata antieuropeos, se interpretará como que Francia quiere seguir adelante con el proyecto de integración. Eso supondría un balón de oxígeno", dice el analista de la Fundación Robert Schuman.

Pese al entusiasmo de Schäuble, una victoria de Macron no reactivaría necesariamente el tradicional motor francoalemán, sin el cual la UE no funciona. Sus propuestas para completar la zona euro chocan con la ortodoxia que defiende Berlín. El candidato centrista quiere crear un presupuesto específico de la eurozona para rescatar o asistir a los países que se vean afectados por una crisis particular, por ejemplo el estallido de la burbuja inmobiliaria en España.

Pese al escándalo por los pagos a su familia con dinero público, el otro candidato con posibilidades que está bien considerado en Bruselas es el conservador Fillon. También defiende reforzar la UE, aunque su visión es más soberanista y de colaboración intergubernamental. Además, al igual que Macron, se ha comprometido a realizar las reformas estructurales y el recorte de gasto que pide Bruselas a Francia para cumplir los objetivos de déficit. 

Pero ni siquiera si Macron gana la segunda vuelta el próximo 7 de mayo habrá una "revolución europea inmediata", pronostica Marcilly. En primer lugar, porque hay que esperar al resultado de las elecciones alemanas de otoño. Además, el debate sobre el futuro de la Unión tras el brexit va para largo, ya que los 27 no están de acuerdo en cuál es el mejor escenario para seguir avanzando juntos.