Moon Jae-in, ganador de las elecciones en Corea del Sur.

Moon Jae-in, ganador de las elecciones en Corea del Sur. Reuters

Asia

El liberal Moon Jae-in, más próximo a Pyongyang, gana las elecciones de Corea del Sur

Moon dice que Corea del Sur no puede ser un simple siervo de EEUU en su relación con su vecino del norte.

10 mayo, 2017 11:25

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El nuevo presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, se impuso en las elecciones con el mayor margen histórico de votos hasta la fecha en el país asiático, según el recuento total de la Comisión Nacional Electoral (NEC).

Con el 100% de papeletas escrutadas, el político liberal obtuvo 13,42 millones de votos (el 41,08% del total) frente a 7,85 millones (el 24,03%) de su inmediato sucesor, el conservador Hong Yoon-pyo, lo que supone una diferencia de 5,57 millones de sufragios.

La cifra es la mayor diferencia en votos en la historia de las presidenciales surcoreanas, por encima de los 5,32 millones que el conservador Lee Myung-bak le sacó al liberal Chun Dong-young en 2007 (aunque el apoyo para Lee superó entonces en 12 puntos porcentuales al logrado por su rival, frente a los poco más de 7 que Moon le ha sacado a Hong).

Católico, casado y con dos hijos, Moon sucede ahora a su añorado Roh, que fue el último político liberal en presidir Corea del Sur tras el decenio conservador de Lee Myung-bak y Park.

En política internacional se le acusa de ser demasiado blando y cercano con Corea del Norte, algo a lo que ha quitado peso recordando su paso por las Fuerzas Especiales del ejército y subrayando que acepta las actuales sanciones que pesan sobre el régimen de Pyongyang por sus pruebas de armamento.

También ha abogado por una relación estrecha con el principal aliado militar del país, EEUU, aunque a su vez ha reivindicado la necesidad de que Seúl no sea un simple siervo de Washington y desarrolle la capacidad para decir "no".

Entre sus puntos más polémicos están las declaraciones que hizo en campaña, cuando dio a entender que está en contra de la homosexualidad.

Aunque su partido las matizó después (argumentando que se refería al matrimonio gay), en su mano está el demostrar que puede ser el primer presidente capaz de empezar a combatir la dura discriminación que sufre el colectivo LGTB en el país o el primero en implementar medidas para mejorar sus pésimos indicadores en igualdad de género.