Las protestas se suceden en México contra la polémica medida.

Las protestas se suceden en México contra la polémica medida. Edgard Garrido Reuters

América

“El 'gasolinazo' me ha fastidiado la vida”: la subida de los carburantes ahoga México

El impacto del precio de la gasolina es transversal y golpea desde a taxistas a proveedores y hosteleros.  

6 febrero, 2017 02:06
México DF

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Apoyado en su taxi, cigarrillo en mano y bigote negro, Mario Meléndez rueda los ojos hacia arriba mientras hace cálculos de cabeza. Finalmente da una cifra. 80 pesos más al día en gasolina. 500 a la semana. Entre 2.000 y 2.500 pesos, unos 125 euros, al mes. Más del 10% de sus ingresos mensuales. Eso es lo que le cuesta de más hacer su trabajo desde que el 1 de enero el Gobierno de México aumentara de un 14% a un 20% el precio de los diversos carburantes.

Después de los saqueos y los seis muertos de principios de año, unas cuantas manifestaciones por toda la República y una inflación cercana al 5%- la más alta desde 2012-, el enfado por el 'gasolinazo' es común a todos los estratos sociales. Este viernes el Gobierno ha decidido posponer dos semanas el aumento de hasta el 8% que había previsto. Puede ser casualidad.

“Empecé con 22 años y llevo 18 de taxista, ya tengo la mayoría de edad”, bromea Mario mientras se frota una barriga prominente, “desde hace tres el vehículo es mío, ya que antes rentaba y ahora que tengo que aplicar la de 'Compre y Páguelo Llorando' el 'gasolinazo' me está pegando muy fuerte”.

Cuando empezó, trabajaba de ocho a diez horas al día para llevarse un sueldo que él considera digno, uno 16.000 pesos, sobre 800 euros. “Según ha ido subiendo la gasolina y más con la llegada de Uber, he tenido que trabajar más y más y ahora hago entre 12 y 16 horas”. ¿Piensa cambiar de ocupación? “No es tan fácil encontrar un empleo con esta libertad y, además, me acabo de comprar el carro”.

Ahora que tengo que aplicar la de 'Compre y Páguelo Llorando' el 'gasolinazo' me está pegando muy fuerte

El motivo del aumento del precio de la gasolina es la Reforma Energética impulsada por el presidente Peña Nieto. Ésta busca crear una industria privada de la energía y el petróleo y libera el mercado de los combustibles, frente a décadas con el precio subvencionado por la Administración, que tenía el monopolio del mercado.

Tras el aumento de ese 20% el 1 de enero de 2017, la secretaría de Hacienda había planeado dos actualizaciones, una para este viernes y otra el día 10. Ambas quedan suspendidas y los precios se mantendrán fijos hasta el 18 de febrero, cuando comenzarán a ajustarse todos los días. En la radio, el Gobierno ha puesto anuncios en los que explica que esta liberalización, en caso de que baje el precio del petróleo y se aprecie el peso, hará que la gasolina cueste menos.

Este aumento, combinado con la debilidad del peso, la incertidumbre generada por Donald Trump y el encarecimiento de las tarifas eléctricas, ha causado que el costo de la vida haya subido un 1,51% de media desde diciembre. Algunas cadenas populares, como las Farmacias Similares, reparten panfletos en los que se comprometen a no subir sus precios hasta el 28 de febrero mientras regalan tortillas a quien entre a informarse. Pero si ha habido un sector donde la subida de los combustibles ha dado fuerte, ése es el agrícola. Y esto ha trasladado a todo el que trabaje con comida.

El Gobierno ha aplazado nuevas subidas ante la indignación popular.

El Gobierno ha aplazado nuevas subidas ante la indignación popular. Edgard Garrido Reuters

En el Delirio, un restaurante y horno de pan pijo montado por la famosa chef Mónica Patiño en el hipster barrio Roma, justo acaban de subir sus precios una media del 22%. “Como el transporte está tan caro y nuestros proveedores son pequeños agricultores a los que la subida les ha pegado aún más, han aumentado mucho los costos de todos nuestros alimentos y esto repercute en nuestra operación”, explica Adriel Plata, gerente con diez años de experiencia en hostelería.

“Hemos tratado de retrasarlo lo más posible, pero ya no podíamos seguir”, dice. ¿Lo entienden sus clientes? “Muchos se sorprenden de encontrarse de repente con la subida, pero creo que ellos saben que es una situación complicada para todos”.

Según a quién se le pregunte, la cesta básica va a encarecerse de un 10% a un 30% a lo largo de 2017. Algunos de los productos básicos de la lista de la compra mexicana como la tortilla, el pollo o el huevo ya han subido en las últimas semanas. Es el caso de la tortilla, uno de los alimentos más básicos, la secretaria de Economía cifra el aumento en el primer mes de este año en más de un 2,45%, aunque en algunos estados ha sido de un 11% y en otros menos de un 1%. También la asociación de los pequeños productores de leche se ha quejado de un aumento de sus costes de un 25%. El golpe de la gasolina es trasversal.

Como el transporte está tan caro y nuestros proveedores son pequeños agricultores a los que la subida les ha pegado aún más, han aumentado mucho los costos de todos nuestros alimentos

Alejada del hipsterismode la Roma y del Delirio, en pleno Centro Histórico, está la cantina La Vaquita. Es un local tradicional, con más de 100 años de historia, donde hay que comprometerse a beber cuatro cervezas para que te sirvan gratis algo de comida. Su gerente, Gilberto Tovar, lleva menos de un mes al frente del negocio. Viene del Centro Vasco, donde entró como mozo y salió de asistente del encargado. Con una calculadora y una libreta blanca, calcula costes.

“A nosotros los precios de los proveedores nos han subido entre un 5% y un 10% y si tenemos en cuenta que con que sólo sea un 1% ya te afecta... pues ahora diez veces más”, cuenta tras cerrar su cuaderno, “el anterior gerente comenzó a bajar calidad y dar menos producto y eso estaba matando el negocio, así que mi estrategia es volver al buen producto sin tocar los precios y ganar más clientela mediante el boca a boca, para lograr que esto sea rentable y no tener que bajar los sueldos de los trabajadores”. Asume que tanto su plan como el momento son difíciles.

Como sigan subiendo los precios, van a acabar de fastidiarme la vida

Más complicada que la situación de Mario, el taxista propietario, es la de Francisco Cruz. También mucho más común en el sector. Franciso alquila el vehículo que conduce por 300 pesos al día, gasta 273 pesos diarios en gasolina, 65 más que antes, y trabaja de doce a 14 horas para sacar 700 pesos limpios diarios, sobre 35 euros.

“Ya he ido a varias entrevistas de trabajo como chófer particular o para oficina, pero es que me ofrecen sueldos de 7.000 pesos al mes y eso es muy poco para mi y mis dos hijos”, se lamenta, “llevo cuatro años de taxista y tengo claro que si me sale cualquier cosa que esté bien lo dejo. Además, como sigan subiendo los precios, van a acabar de fastidiarme la vida”.