Un refugiado de Idomeni traslada sus pertenencias durante el desalojo.

Un refugiado de Idomeni traslada sus pertenencias durante el desalojo. Yannis Kolesidis Reuters

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El desalojo de Idomeni no ofrece garantías de una mejora para los refugiados

Las ONG denuncian carencias sanitarias y asistenciales en algunos de los centros adonde trasladan a los refugiados, además de un acceso reducido para las organizaciones humanitarias.

25 mayo, 2016 02:58

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8.400 refugiados y migrantes que seguían instalados en el campamento improvisado de Idomeni con la esperanza de que se abriera la frontera de Grecia con Macedonia comenzaron a ser desalojados este martes. Las autoridades helenas han comunicado que les reubicarán en centros oficiales habilitados para ellos y otros demandantes de asilo en el norte del país a lo largo de los próximos días.

Algunos hombres salieron corriendo cuando llegaron los 400 antidisturbios movilizados para el desalojo. Las autoridades griegas han exigido a las ONG que redujeran a un número reducido de representantes su presencia en el campamento. Pero la evacuación ha comenzado con tranquilidad e incluso se podían divisar caras sonrientes entre las personas que subían a los autobuses que les llevarían a un centro de acogida.

“No he visto ninguna detención. Ha estado todo muy calmado. La gente ya sabía que les iban a trasladar”, ha contado Stella Nanou, portavoz de Acnur, desde Idomeni a EL ESPAÑOL. Médicos Sin Fronteras lo confirma en un comunicado: “Afortunadamente, la situación está en calma”.

MSF sigue trabajando en Idomeni con “un equipo reducido de ocho personas” y desde la ONG se muestran preocupados por que otros “servicios esenciales, como la distribución de alimentos, pueda quedar interrumpida”. Lo dice porque en los últimos días “se ha denegado el acceso a varios grupos de voluntarios [y] eran ellos quienes se encargaban de la provisión de comida a los refugiados, entre otros asuntos.

¿UN CAMBIO PARA MEJOR?

“Las condiciones aquí [en Idomeni] son realmente duras, en cuanto a higiene, temas sanitarios, refugio...”, recuerda Nanou. ¿Pero serán realmente unas condiciones buenas las que se encuentren en su nuevo centro de acogida?

La portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados no se muestra muy confiada en que las personas trasladadas se encuentren con unas condiciones mejores en su nuevo alojamiento. “Depende de adónde vaya y de las circunstancias de cada individuo. Esperamos que los sitios [habilitados] cumplan los estándares humanitarios básicos”.

Save the Children, sin embargo, denuncia la “falta de servicios básicos de las instalaciones en las que están siendo realojados” y se muestra especialmente preocupada por los niños que viajan solos. El 40% de las personas que han pasado en los últimos meses por Idomeni eran menores, según sus datos.

“Las autoridades que gestionan el proceso de realojo deben tener en cuenta las necesidades de cada familia y cada niño, que no es nada fácil en un proceso en el que los grupos están siendo recolocados en masa”, ha denunciado Amy Frost, responsable del trabajo con refugiados de la ONG infantil en Grecia.

“Hay más de 35 centros por toda Grecia. Algunos cumplen los estándares mínimos humanitarios, pero otros necesitan mejoras”, reconoce Nanou. Y esas mejoras necesarias son en las mismas áreas que las que resaltaba en cuanto al campamento informal de Idomeni. Save The Children ha señalado en un comunicado la falta de baños o infraestructuras sanitarias en algunos campamentos formales, “por no hablar de servicios especializados como refugios y espacios seguros para los niños”.

Por otra parte, algunos de estos centros de acogida se acaban de estrenar y Acnur -que trabaja estrechamente con las autoridades helenas- no ha tenido tiempo para comprobar su estado. Pero no todas las organizaciones tienen el acceso que tiene la Agencia de la ONU para los refugiados a estos lugares. 

Eva Cosse, investigadora de Human Rights Watch (HRW) en Atenas, comenta por correo electrónico a este periódico que su organización ha solicitado acceso a estos centros en el pasado sin éxito. Por ello, reclama a las autoridades helenas mayor transparencia para que las organizaciones humanitarias puedan comprobar las condiciones.

"Parece que una de las razones por las que la gente es reticente a moverse a esos centros es porque están en lugares remotos y desconectados, y con falta de servicios", indica Cosse.

A principios de año, HRW sí pudo visitar dos centros de acogida en el norte de Grecia y las condiciones eran "mínimas". La investigadora cuenta que acababan de levantarlos los militares griegos y apenas había presencia de trabajadores humanitarios. Las tiendas no tenían suelo que las separara de la tierra desnuda y fueron voluntarios humanitarios los que pusieron suelos de madera.

MSF ha querido dejar claro que no se opone al traslado de las personas instaladas en Idomeni, “siempre y cuando se les proporcionen mejores condiciones de vida y servicios en los nuevos emplazamientos y que los traslados se lleven a cabo de manera voluntaria y sin el uso de la fuerza”. En este sentido, la organización médica afirmó el martes que no había recibido información sobre el destino de los refugiados desalojados de Idomeni, ha recordado que hace únicamente una semana las autoridades emplearon gases lacrimógenos para reprimir unas protestas.

EL “ABANDONO” DE LA UE

Hace sólo una semana la Oficina de Derechos Humanos de la ONU abroncó a la Unión Europea por dejar “abandonada” a Grecia en la gestión de la crisis de refugiados a la vez que mostró su especial preocupación por los hotspots o centros de registro de quienes llegan al país en busca de asilo. El organismo denunció lo que ya venían lamentando diversas ONG: esos lugares son más un centro de detención en el que también se retiene a niños, que un centro de asistencia.

Pero Nanou asegura que esos lugares no tienen nada que ver con los centros distribuidos por la península helena. “En tierra firme son alojamientos abiertos, para personas que llegaron antes del acuerdo UE-Turquía”, señala. “Algunos centros ya son muy buenos. La cuestión no es proporcionar un alojamiento lujoso. Esta gente necesita soluciones a largo plazo, ya sea asilo en Grecia, relocalización en otro Estado miembro o reunificación con su familia”.

Hasta ahora se han reubicado más de 900 refugiados registrados en Grecia (este martes llegaron los primeros 20 a España), según datos de Acnur, que sí nota una mejora en las últimas semanas en cuanto a disponibilidad de los Estados miembros. Entre los 28 han ofrecido 4.500 plazas concretas para refugiados de Grecia, asegura Nanou, una cifra muy alejada de los 66.500 que la Unión Europea se comprometió en 2015 a reubicar entre los Estados miembros.

En Grecia, las autoridades han habilitado ya 6.000 plazas para los refugiados de Idomeni y han asegurado que será cuestión de días habilitar otras 2.000.