Vladimir Putin, presidente de Rusia, durante un encuentro en Moscú.

Vladimir Putin, presidente de Rusia, durante un encuentro en Moscú. Maxim Shipenkov/Pool Reuters

Mundo

El año más difícil del presidente ruso

La caída de los precios del petróleo agravada por las sanciones económicas occidentales a raíz del conflicto en Ucrania acabaron con la estabilidad económica que ha sido uno de los pilares del gobierno.

31 diciembre, 2015 01:42

Noticias relacionadas

Si el mundo fuera un casino, el presidente ruso, Vladímir Putin, sería sin duda su jugador más arriesgado. Hasta hace poco el 2015 parecía uno de los años más negros desde que llegó al Kremlin en 2000. La caída de los precios del petróleo agravada por las sanciones económicas occidentales a raíz del conflicto en Ucrania acabó con la estabilidad económica que ha sido uno de los pilares del gobierno de Putin. Por otro lado, el hombre fuerte ruso nunca antes ha estado tan aislado en el escenario internacional.

El jefe de la mayor y la más antigua encuestadora rusa, Wciom, Valeri Fiódorov, considera una "paradoja del año" el hecho de que Putin mantenga su altísimo nivel de apoyo popular. "Tenemos cada vez más rivales, el crudo es cada vez más barato y el rublo, más efímero. Sin embargo, los electores confían en el presidente, lo apoyan y creen que nos salvará de la turbulencia", dice Fiódorov en una reciente entrevista al diario oficial Rossiyskaya Gazeta.

Putin cambió la mala racha que ha tenido este año de la noche a la mañana a través de una inesperada jugada muy a su estilo cuya importancia es comparable con la anexión de Crimea en 2014. Bajo las narices de la coalición internacional, liderada por EEUU, el presidente levantó a escondidas una fortaleza militar en Siria y puso bajo su control tanto los cielos sirios, como el futuro del presidente del país, Bashar Asad.

CONTINUAR EL ESPECTÁCULO

“La operación en Siria ha sido una apuesta muy arriesgada de Putin con la que pretendía regresar al escenario internacional como triunfador, salir del aislamiento a causa de la crisis ucraniana”, dice a EL ESPAÑOL el analista político ruso, Gleb Pavlovski, uno de los autores de la victoria de Putin en las presidenciales del 2000 convertido más tarde en crítico del Kremlin.

Putin ha conseguido sus objetivos inmediatos con la operación militar en Siria y termina el año como triunfador mientas los líderes mundiales hacen cola para conversar con él. Según Pavlovski, esto significa que pronto cabe esperar otra sorpresa del Kremlin. “Putin está perdiendo el interés hacia Siria y nadie sabe qué hará ahora para continuar el espectáculo”, advierte.

Según Fiódorov, la operación militar en Siria ha sido el acontecimiento más importante del 2015 que "puso a Rusia en otro lugar en el mundo y afectó tanto la percepción del mundo para los rusos como la percepción de los rusos por el mundo". Como consecuencia, “la política interior se quedó casi eclipsada por lo importante que es la exterior" y la sociedad no se percata de la crisis financiera ya que "la guerra en Siria es como un aditivo videojuego", comenta.

LA TORMENTA PERFECTA

Maxim Zmeyev/Reuters

Maxim Zmeyev/Reuters

Mientras, cada vez más analistas dicen que en Rusia se está creando una situación prerevolucionaria porque el poder ha perdido el sentido de la realidad, la corrupción ha llegado a niveles nunca vistos, cada vez hay más impuestos y menos ingresos. Las últimas intervenciones de Putin demuestran que desconoce la realidad social. “Lo más peligroso es que el poder ha perdido conexión con la sociedad. La única vía de comunicación que se queda es la televisión que está aumentando la tensión sin pensar de las consecuencias”, considera Pavlovski.

Según Fiódorov, Rusia ha caído en una "tormenta perfecta" y los retos que enfrenta son cada vez más complicados. "Caímos en una tormenta perfecta. El conflicto en Ucrania fue un conflicto regional, y la guerra en Siria es un conflicto global. El petróleo sigue bajando y arrastra nuestra economía", comenta.

El número de rusos con un sueldo por debajo del umbral de la pobreza ha crecido en 2015 de 18 a 20,3 millones o un 13,8% de la población, informa el organismo nacional de estadística, Rosstat. Las estadísticas no oficiales son aún más alarmantes. El porcentaje de familias que viven bajo niveles de pobreza ha crecido del 22% al 39% en tan solo un año, según una encuesta del Wciom.

RIESGO DE CONFLICTO

A falta de remedios económicos que ofrecer para salir del callejón sin salida ruso, Putin al parecer prefiere recurrir a los métodos que conoce a la perfección para mantener el control sobre la situación. Advierte de que Rusia defenderá cada vez con mayor contundencia sus intereses nacionales. Para que Occidente la considere en serio Moscú se propone invertir miles de millones de dólares en modernización de sus fuerzas armadas y desplegar nuevas armas nucleares estratégicas.

De momento a los rusos les gusta sentirse rodeados por "enemigos externos" a los que culpan de todos sus problemas. El principal antagonista de la cultura y valores rusos para el 37% de la población es EEUU y personalmente el presidente Barack Obama. La demanda pública por un fuerte Ejército en Rusia, es más alta que nunca. "Nuestros sondeos revelan que la sociedad realmente grita de que necesitamos un fuerte Ejército", resalta Fiódorov.

Pero la ambiciosa política militar que coincide con que el líder del Kremlin sea cada vez menos previsible y menos controlable por su entorno aumenta el riesgo de un conflicto armado entre Rusia y la OTAN. “Las reacciones de Putin son imprevisibles para la Alianza. No es ninguna ventaja para el Kremlin sino un riesgo adicional. Los países de la OTAN no saben qué esperar de su antiguo socio convertido en adversario y su respuesta a menudo es exagerada”, advierte Pavlovski.