Cada año, las arcas de los ayuntamientos reciben ingresos cada vez más cuantiosos por multas de tráfico, gracias a la inversión en nuevos radares fijos y móviles, cámaras de semáforo en rojo y al incremento de denuncias por estacionamiento.

A falta de cerrar los presupuestos, todo apunta a que es Madrid el municipio que más ha optimizado estos recursos, puesto que ha logrado ingresar con ellos 93,6 millones de euros. Barcelona tampoco lo hizo nada mal, con 45,5 millones de euros, y Sevilla (25,5 millones), Málaga y Zaragoza completan el ranking de las cinco ciudades que más optimizan las infracciones de sus conductores.

Es verdad que es lógico que las ciudades con más habitantes sean las que más recauden, por eso, quizá sea más interesante el costo de las multas por habitante y año. Mientras que barceloneses y madrileños tocan a 28 y 29 euros respectivamente, al igual que malagueños y mallorquines, en Sevilla tocan a 36,79 euros, y en Granada la cifra se dispara hasta los 46,44 euros.

En el lado opuesto se sitúa Valencia, que, siendo la tercera mayor población de España, recaudó en 2015 8 millones de euros o, lo que es lo mismo, 10,18 euros por habitante.

En segundo plano, otros municipios más modestos ingresan también grandes cantidades por multas de tráfico. En Escorca (Mallorca), y Sant Fost de Campsentelles (Barcelona), por ejemplo, cada habitante toca a más de 70 euros, y en Sahagún (León), a más de 100 euros.

Las localidades turísticas también saben aprovechar su situación; así, lugares como Ibiza preveían recaudar la friolera de 2,5 millones de euros a pesar de contar con 50.000 habitantes.

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