Una mujer analiza unos gráficos de cotización.

Una mujer analiza unos gráficos de cotización. iStock

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Cómo afrontar la renta fija en este momento

4 septiembre, 2023 02:50

Haber permanecido demasiado tiempo en un ciclo de tipos de interés negativos tiene consecuencias. La primera es salir demasiado tarde de ese aletargado estado en el que todavía se encuentran muchos de los inversores que dejaron de considerar la deuda como una activo de inversión. La segunda es valorar los riesgos de seguir invertidos con la misma sobreponderación en las alternativas a la renta fija.

La fiebre por las Letras del Tesoro fue el primer aviso de ese cambio. Lo que sigue sucediendo hoy, en este fenomenal lío que supone interpretar las expectativas de inflación con las decisiones de los bancos centrales, es que el cambio en la estructura de cartera es una necesidad más que una oportunidad.

Un inversor de perfil de riesgo bajo y no ambicioso en su rentabilidad esperada puede alocar gran parte de su cartera en un activo “libre” de riesgo (permítanme cuestionar la liberación total de riesgo), que hoy tiene un rendimiento del 3,5% que, en términos reales, también sería positivo y superior a lo que le paga una cuenta corriente o a plazo.

Atrás quedan los miedos que generaba el mercado de deuda hace apenas un par de años cuando los tipos cayeron a sus niveles más bajos de la historia. Los riesgos superaron las recompensas por un amplio margen.

El riesgo de la deuda, además del de no acertar con la selección, está en un elemento desconocido como es la duración

Ese mismo inversor ahora tiene muchas opciones con la deuda pública. Si la preocupación es el aumento de las tasas de interés o la inflación, los rendimientos de las letras del Tesoro son los más altos que hemos visto en 10 años. Si lo que preocupa es la deflación, la caída de las tasas de interés, una recesión o que el BCE reduzca las tasas de corto plazo, puede obtener rendimientos en el rango del 3-3,5% en los bonos de mediano plazo.

Los últimos datos de inflación conocidos alertan de un repunte por la subida de los precios de la gasolina (hay escasez de refino y la oferta de crudo se ha restringido). Eso nos debería poner en alerta otra vez porque la subyacente también se ha acelerado. Y claro, este movimiento inesperado lo trastoca todo.

El riesgo de la deuda, además del de no acertar con la selección, está en un elemento desconocido como es la duración. Por ejemplo, si su fondo tiene una duración efectiva de 5 años en el que caso de que las tasas cayeran un 1% se esperaría que un rendimiento de alrededor del 5%. Por el contrario, si las tasas subieran un 1% se esperaría que el fondo cayera un 5%. Por tanto, el riesgo de equivocarse en el plazo no es menor.

Hay que tener en cuenta que, mirando al horizonte de medio y largo plazo, el rendimiento inicial explica aproximadamente entre el 90% y el 95% de los rendimientos de los bonos de alta calidad que se emitirán dentro de 5 a 10 años. Por lo tanto, la elección de vencimientos es clave para minimizar amenazas. Incluso en plazos muy cortos donde hay riesgo de reinversión.

En esta tensa espera pre otoñal se empieza a atisbar una cierta neblina en la carretera que, de momento no obstaculiza la conducción pero anticipa lo que podría ser un gran banco de niebla inesperado que lo complique absolutamente todo.

Miguel López-Valverde, consejo de Digitalización de la Comunidad de Madrid.

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