Gabrielle Bugat (G+D) afirma que la Iniciativa de Pagos Europeos permitirá liberar innovación en la región
Este sistema beneficiará tantos a consumidores y comercios como a los propios países, que lograrán una mayor independencia y soberanía digital.
13 julio, 2021 02:12Noticias relacionadas
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Gabrielle Bugat se trasladó desde Francia a Múnich hace cuatro años para incorporarse a la compañía tecnología de seguridad alemana Giesecke+Devrient (G+D), en la que actualmente es miembro del equipo de gestión del grupo y responsable del negocio de Smart Cards y pagos digitales.
Bugat pudo comprobar entonces que su tarjeta de crédito emitida en Francia no funcionaba en algunas tiendas de la ciudad alemana en la que había instalado su residencia. Además, tampoco le era fácil a veces enviar dinero a sus hijas cuando éstas se encontraban en España.
Estas experiencias son una muestra de que el mundo de los pagos en Europa no ha evolucionado al mismo ritmo que la movilidad de los ciudadanos en el Viejo Continente, donde actualmente apenas existen fronteras a la hora de trasladarse de un país a otro por motivos de ocio como laborales.
Por ello, Bugat ha señalado que en G+D consideran una buena noticia y una gran oportunidad para el sector la puesta en marcha de la Iniciativa de Pagos Europeos (EPI, por sus siglas en inglés), que busca poner la innovación europea al servicio de establecimiento de un sistema de pago paneuropeo independiente que sirva como alternativa urgente y necesaria a los proveedores de pagos globales
En julio de 2020, un grupo de 16 grandes bancos europeos de cinco países (Alemania, Bélgica, España, Francia, y los Países Bajos) pusieron en marcha esta iniciativa con el objetivo de desarrollar un sistema unificado e independiente que se convierta en nuevo estándar en pagos para los consumidores y comerciantes de Europa en todo tipo de transacciones.
Desde entonces los trabajos para la creación de este nuevo sistema han seguido avanzado y sumando adeptos. Actualmente, ya hay 31 bancos y dos proveedores de servicios de pago de siete países europeos involucrados en esta iniciativa, que cuenta con el apoyo del Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea (CE) y que es básica para que Europa avance en su proceso de soberanía gracias a esta alternativa a los proveedores de pagos globales.
En una entrevista concedida a D+I, Bugat ha incidido en que Europa tiene muy buenos ingenieros gracias a los cuales se puede establecer una "inteligencia colectiva" y establecer un ecosistema para crear "el próximo éxito europeo en términos de pago", un diseño propio que no sea una versión de los creados en China o Estados Unidos y que cambie la vida de sus ciudadanos.
Beneficios para todo el ecosistema
La Iniciativa de Pagos Europeos es, según la directiva de G+D, un proyecto del que se beneficiarán tantos los consumidores y los comercios, como los propios países, que gracias a ella pueden lograr una mayor soberanía digital y liberar capacidad de innovación en las empresas de la región.
En concreto, ha detallado que el sistema que se está preparando está pensado para hacer "más fácil" la vida de los consumidores a la hora los pagos y que estos puedan realizar pagos digitales o físicos o mandar dinero dentro de Europa como si el continente fuera "un mercado doméstico sin barreras".
Además, ha apuntado que en innovación en pagos "hay mucha", pero también tiene sus riesgos. Por ello, el hecho de crear un ecosistema que esté compuesto por los actores europeos de confianza debería dar tranquilidad al usuario final, que pueda sentir que su dinero estará protegido.
En el caso de los comercios, este sistema también les facilitará sus operaciones, ya que no tendrán con contar con la gran variedad de opciones que son necesarias para soportar los muchísimos métodos de pago que existen hoy en día y que a los establecimientos les supone un desafío y un coste extra gestionar, adquirir y utilizar.
Soberanía digital
Otros de los beneficiados por esta iniciativa será la propia Europa y sus Estados, que podrán juntar algunas de las innovaciones presentes y futuras. Esto evitaría que dos países de la región trabajen en cosas similares y ayudaría a que junten esfuerzos para liberar capacidad de innovación en un sector en el que el futuro ofrece enormes oportunidades.
En este sentido, Bugat ha remarcado el reto al que se enfrenta la industria europea en materia de pagos es el de adaptarse a los situaciones que vayan surgiendo y ha incidido en que si esta iniciativa sale bien, permitirá "liberar capacidad de innovación en las empresas de Europa".
Y no solo eso, también ayudará a Europa a tener una mayor soberanía digital, porque estas transacciones de pago generan un conjunto de datos personales de los usuarios que es importante que se mantengan dentro de Europa. "Es un tema geoestratégico. Esa independencia, que los datos se queden en Europa, es un reto", ha remarcado.
La directiva de G+D ha señalado que actualmente existe "muchas diferencias" en las formas de pago entre los distintos países de Europa, unas por cuestiones históricas y otras relacionadas con las distintas innovaciones que se han desarrollado en los últimos años en el sector.
Por ejemplo, el servicio de Bizum es un éxito que solo se da en España, mientras que en Italia se usa mucho el prepago y en otros estados se tira mucho del crédito. Además, hay países en los que sus habitantes están acostumbrados a tener cuatro o cinco tarjetas en sus carteras y otros en los que sólo tienen una.
Sin embargo, ha añadido que con la digitalización todas estas diferencias se han ido reduciendo y la pandemia de la covid-19 ha acelerado este proceso, ya que las transacciones digitales o con tecnología contactless se han vuelto más comunes en todos los países.
Integración y competencia
Todos estos cambios y esta mayor convergencia en los modos de pago van a hacer, en su opinión, que ahora sea más fácil introducir un sistema "parecido, pero nuevo", que integre lo que ya funciona y beneficie a todos. Esto es algo que facilita la evolución de la tecnología y que se quiere lograr con la Iniciativa Europea de Pagos.
A este respecto, ha incidido que con este nuevo sistema no se quiere quitar lo que ya existe, sino que ver como se puede complementar. Asimismo, ha agregado que el proyecto que se está preparando no se puede comparar con las soluciones actuales, pero ha agregado que toda la competencia que se puede generar beneficiará al usuario final.
Pero para tengo éxito el sistema que se está desarrollando, lo primero que debe tenerse en cuenta es que no debe ser un sistema de ingenieros para ingenieros, sino que debe pensarse en el caso de uso y en aportar valor al usuario final. Porque para que su uso sea generalizado se debe crear algo que funcione, que sea fácil de usar y seguro.
Además, ha agregado que incluso al principio se puede arrancar premiando de alguna manera a los usuarios que lo utilicen para así lograr una mayor adopción. Un beneficio al que, ha apuntado, se le pueden ir añadiendo posteriormente nuevos servicios que construyan una solución más completa.
Involucrar a los expertos
Además, Bugat ha señalado que se debe involucrar en su desarrollo a los expertos de los distintos mercados, lo que ayudara a ganar tiempo a la hora de desarrollar una solución que funcione correctamente a nivel técnico. De hecho, ha admitido que uno de los aciertos de la EPI ha sido precisamente su decisión de contar desde el principio con ellos.
En contexto, ha añadido que en G+D, una compañía con 170 años de historia, tienen una larga historia en el mundo de los pagos y una presencia internacional que les permite conocer como evoluciona la innovación global en este sector y ver lo que está pasando en otras partes del planeta.
La compañía muestra su voluntad de contribuir "de manera muy humilde en donde se pueda" a este esfuerzo conjunto de innovación, aprovechando su experiencia a la hora de desarrollar sistemas de seguridad para todo tipo de sistemas de pagos, desde tarjetas bancarias a algunos pagos móviles.
Asimismo, ha añadido que para que este proceso salga adelante también necesita un apoyo desde el lado de la política, que debe mantener esa visión de una Europa compartida. A este respecto, ha admitido que es optimista y confía en que todo este proyecto culmine en un verdadero sistema europeo de pagos.
Sin embargo, también ha incidido en que es urgente que este instaurado cuanto antes para que los europeos puedan mantener esa independencia deseada, porque la innovación avanza a un ritmo acelerado en todos el mundo. Además, la puesta en marcha de la iniciativa ya ha creado una expectativa que es imprescindible que se satisfaga.