Una de las últimas protestas contra Google en Nueva York.

Una de las últimas protestas contra Google en Nueva York.

La tribuna

¿Te atreves a criticar a tu empresa?

5 mayo, 2019 07:00

Meredith Whittaker es fundadora del Open Research Group de Google y Kate Crawford, una de las investigadoras jefe de Microsoft. Ambas promovieron hace un par de años en la Universidad de Nueva York el AI Now Institute. Una plataforma desde la que han intensificado, con informes y trabajos de campo, la vigilancia sobre las implicaciones sociales de la actividad de las grandes compañías tecnológicas en materia de inteligencia artificial.

En especial en los ámbitos de "derechos y libertades, trabajo y automatización, parcialidad e inclusión, y seguridad e infraestructuras críticas". Han puesto la mirilla sobre las grandes corporaciones, incluidas las suyas propias, Google y Microsoft. Algo inconcebible en nuestro país, en la locomotora económica que debería ser el Ibex 35, edificada sobre una estricta clausura intelectual, con voto de no discrepancia pública y humus en el bonus anual.

Pura ingenuidad imaginar a directivos en España no ya criticando el impacto social negativo de algunas decisiones de sus empresas, sino poniendo en marcha nada menos que una institución orientada explícitamente a ello. En todo caso, una quimera pensar que se mantendrían en sus puestos.

El asunto es que en Estados Unidos han comenzado a levantarse voces de alarma ante la sola posibilidad de que Whittaker y Crawford puedan ver cercenado su activismo. Al parecer a los tolerantes y modernos gigantes tecnológicos ya no les haría tanta gracia la crítica, aunque ellos insisten en desmentir que se hayan producido represalias.

El detonante habría sido la movilización de decenas de miles de trabajadores de Google, concentrados a las puertas de sus centros de trabajo en todo el mundo en noviembre pasado, a raíz de la gestión por parte de la compañiía de varios casos de acoso sexual.

Hasta la revista Wired se ha hecho eco estos días de las presuntas consecuencias que estaría teniendo la marejada, iniciada ya a principios de año, sobre Whittaker y su colega de agitación en la empresa, Claire Stapleton. Aunque en el caso de la primera, y esto es lo preocupante, sería no tanto por la protesta callejera como por su actividad en el AI Now Institute. 

En cierto modo, todos hemos aceptado que determinadas empresas tecnológicas han traído al mercado nuevos productos y servicios, pero también una nueva cultura de trabajo y de gestión del conocimiento dentro de las organizaciones.

Lo que incluye el tratamiento de la discrepancia. Whittaker ha logrado influir, de hecho, en la relación de Google con el Ejército de EEUU y con China, o en la apertura a aspectos relacionados con la objeción de conciencia y la ética en el desempeño del trabajo. Por eso, estamos ante una cuestión que va más allá de la anécdota individual. El desenlace nos alcanza, en efecto, a todos.

Eugenio Mallol es director de INNOVADORES

Ahora en portada

Un internet para ricos

Un internet para ricos

Anterior
Madera y fuego: larga historia de malentendidos

Madera y fuego: larga historia de malentendidos

Siguiente

Operar con instrumentos financieros o criptomonedas conlleva altos riesgos, incluyendo la pérdida de parte o la totalidad de la inversión, y puede ser una actividad no recomendada para todos los inversores. Los precios de las criptomonedas son extremadamente volátiles y pueden verse afectadas por factores externos como el financiero, el legal o el político. Operar con apalancamiento aumenta significativamente los riesgos de la inversión. Antes de realizar cualquier inversión en instrumentos financieros o criptomonedas debes estar informado de los riesgos asociados de operar en los mercados financieros, considerando tus objetivos de inversión, nivel de experiencia, riesgo y solicitar asesoramiento profesional en el caso de necesitarlo.

Recuerda que los datos publicados en Invertia no son necesariamente precisos ni emitidos en tiempo real. Los datos y precios contenidos en Invertia no se proveen necesariamente por ningún mercado o bolsa de valores, y pueden diferir del precio real de los mercados, por lo que no son apropiados para tomar decisión de inversión basados en ellos. Invertia no se responsabilizará en ningún caso de las pérdidas o daños provocadas por la actividad inversora que relices basándote en datos de este portal. Queda prohibido usar, guardar, reproducir, mostrar, modificar, transmitir o distribuir los datos mostrados en Invertia sin permiso explícito por parte de Invertia o del proveedor de datos. Todos los derechos de propiedad intelectual están reservados a los proveedores de datos contenidos en Invertia.

© 2024 El León de El Español Publicaciones S.A.