Claves de la Estrategia Estatal por la bicicleta
La popularización de esta alternativa de movilidad, que ha acelerado de la mano de pandemia, por fin tiene un plan nacional.
Al fin en España contamos con una Estrategia Estatal por la bicicleta. Hace más de dos años hubo un primer intento que se quedó sin lanzar por el ministerio. Hemos tenido que sufrir una pandemia para demostrar una carencia que se agudizaba aun más. Y, seguramente, ha sido la sociedad, a través de asociaciones y organismos quien ha impulsado que la estrategia viera la luz.
La necesidad se agudizaba y se ha podido visibilizar con datos que así lo demuestran. Según el MITMA los datos que resumen el crecimiento son:
- Casi 21 millones de españoles tienen bicicleta para uso personal.
- >1,5 millones de bicis vendidas en 2020 (incremento >20%).
- El volumen ventas creció un 40% respecto al año anterior.
- 700.000 nuevos usuarios.
Si a este aumento de demanda de bici le añadimos la situación vivida con la crisis sanitaria del Covid19, podemos extrapolar que la sociedad se plantea llevar a cabo un cambio de hábitos en términos de:
Seguridad: Se trata de un medio de movilidad mucho más seguro ante contagios.
Sostenibilidad: estamos ante una movilidad cero emisiones. Y en función de los viajes o distancias del trayecto lo hace mucho más eficiente porque reduce tiempos de espera (por ejemplo, de transporte público o bien, de búsqueda de aparcamiento de coche).
Salud: Es una actividad, un deporte que supone un hábito saludable.
Inclusión: La movilidad con bicicleta es más accesible por el coste que conlleva que es mucho menor que otros medios de transporte como el coche.
En este contexto, vamos a analizar mínimamente en qué consiste la estrategia publicada hace unos días por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana:
Cuenta con 10 áreas temáticas y 28 bloques de acción siendo las áreas:
1. Cambio cultural.
2. sensibilización, formación y comunicación.
3. Salud, bienestar y dimensión social de la bicicleta.
4. Infraestructura ciclista.
5. Instrumentos para facilitar la movilidad ciclista.
6. La bicicleta como medio de transporte cotidiano.
7. Seguridad y regulación.
8. Cicloturismo; ocio y deporte en bicicleta.
9. Oportunidades y cadena de valor de la bicicleta.
10. Coordinación institucional y financiación.
Para activar dichas áreas se plantean los 28 bloques de acción. Una tarea para la que, hasta el momento, se cuenta con una inversión mínima de 5 millones de euros, lo cual condiciona a priori muchísimo su puesta en marcha.
Sin embargo, esta Estrategia definida puede verse impactada por inversiones provenientes por ejemplo del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y otros fondos. La conexión o potencial encaje de la Estrategia estatal de bicicleta con las cuestiones a las que se van a destinar los fondos europeos es clara. Directamente responde a los cuatro objetivos transversales del plan España Puede: Transición Ecológica; Transformación Digital, Cohesión Social y Territorial e, Igualdad de Género.
Por tanto, teniendo claro que existe una demanda de tener una estrategia para la bicicleta y que, además, estamos en un momento en el que pueden llegar fondos para poder llevarla a cabo se dan las condiciones para convertir a la bicicleta en un medio estratégico de transporte seguro, saludable, sostenible e inclusivo.
Hagamos una pequeña comparativa con otros países que van mucho más avanzados en esta línea para extraer buenas prácticas que han supuesto ya un avance hacía convertir la bicicleta en un medio clave. Tenemos Holanda, Alemania y Francia como países pioneros y donde está en la sociedad asentada la bicicleta como medio de movilidad.
Holanda:
- Cuenta con una población de 17 millones de habitantes y se tienen 23 millones de bicis.
- El 27% de los desplazamientos de los holandeses se realiza en bicicleta.
- Se cuenta con 35.000 kilómetros de carril bici.
- El 50% de las bicicletas vendidas en 2020 fueron eléctricas.
- Existen beneficios fiscales por el uso de la bicicleta para ir al trabajo.
Francia:
- Actualmente el 3% del total de viajes que se realizan al día, se hacen en bicicleta. En 2024 se pretende que sea el triple.
- Se cuenta con 14.000 kilómetros de carril bici en ciudades y más de 20.000 kilómetros de vías verdes y ciclistas.
- Existen incentivos de hasta 400 euros para quiénes hagan uso de la bicicleta para ir al trabajo.
Se pueden ir extrayendo aprendizajes, buenas, prácticas y acciones que estos países ya han activado en materia de bicicleta. Deberíamos de reflexionar qué podríamos implementar a nivel nacional. Estas podrían ser:
Estructuras que faciliten al usuario el uso de la bici: Para ello, el despliegue de carriles bici es clave, no sólo a nivel urbano, sino como elemento de conexión territorial. Un elemento al que hay que añadir la mejora de las infraestructuras de aparcamiento.
Esta acción acarrea implicaciones positivas tales como: incentivar a los usuarios para moverse en bici por contar con estos carriles que reducen riesgos, permiten establecer rutas específicas e incluso planificar dónde finalizar el trayecto en función de la localización del parking, por ejemplo.
Multimodalidad: Esta cuestión está muy relacionada con el punto anterior pues facilitar la movilidad en bici pasa en muchos casos por facilitar no sólo cambiar de medio sino, por ejemplo, poder llevar la bici en un bus o en un tren para luego poder seguir la ruta establecida. La posibilidad de crear estrategias de transporte multimodal, donde facilitar a los usuarios simplificar las reservas, los pagos y la experiencia es clave.
Si se quiere que la bici sea un medio de transporte clave se tendrá que incentivar, por ejemplo, con bonificaciones a nivel fiscal como es el caso de Holanda, buscando soluciones a riesgos de seguridad como por ejemplo ha hecho Francia con el marcaje único de las bicis que permiten saber quién es el propietario de cada bici. Pero, también, va a desempeñar un papel crucial la educación y la concienciación social como elemento estructural de este cambio.
Sostenibilidad: Es crítico como sociedad que reduzcamos las emisiones generadas. Concretamente, la movilidad genera el 25% de las emisiones actuales de la UE. Las bicis son una alternativa perfecta para muchos desplazamientos. Por ello, incentivar su uso como está haciendo, por ejemplo, Francia con la ayuda nacional de 50 euros por reparación de bici, la reducción fiscal de Holanda por ir al trabajo en bici o el fomento de la bici eléctrica. Estas alternativas deben de estar entre nuestras posibles acciones a nivel nacional.
La tendencia de la demanda de la sociedad está siendo claramente creciente, por tanto, es el momento idóneo para apostar por una estrategia impulsada como política pública que, esta vez, sea activada y cale en la sociedad para avanzar hacia un desarrollo sostenible.
Paz López Conde es directora de Madrid in Motion.