Hay personas que añoran el verano desde que ponen un pie en septiembre. Y hay otras que celebran la llegada del invierno por todo lo alto. Para ellos, esquiar es más que un deporte, son las vacaciones perfectas y una forma de vida. El momento ideal para encontrarse con la naturaleza y convertir una escapada a la nieve en una experiencia única e irrepetible. Y estos son algunos de los destinos más exclusivos para conseguirlo.

Chamonix (Francia). Suyo es el histórico Mont-Blanc y el título de haber sido la ciudad anfitriona de los primeros Juegos de Invierno en 1924. Enclave perfecto para numerosos rodajes cinematográficos, este pueblo de montaña tiene una ubicación estratégica clave: Francia, Italia y Suiza son sus tres fronteras.

Whistler (British Columbia, Canadá). Gigantescas extensiones de nieve e inmensas bajadas caracterizan este destino preferido por muchos de los más importantes esquiadores. Un paisaje que invita a la aventura constante.

Gstaad (Suiza). Sus grandes casas de estilo alpino con los tejados repletos de nieve, sus emblemáticos hoteles y sus calles peatonales son el escondite perfecto para la realeza europea, los diseñadores de moda y actores que buscan estar rodeados de la más preciosa naturaleza. La actriz Audrey Hepburn era cliente habitual de sus decenas de pistas.

Baqueira-Beret (España). Lagos congelados e inmensos valles salpicados con ermitas e iglesias romanas que se rodean de miles de abetos y hayas para dejarnos una de las postales más bonitas del invierno. Es la zona perfecta para ampliar las actividades con una mañana de senderismo, una tarde rafting e, incluso, paracaidismo.

Niseko (Japón). En mitad de la Isla de Hokkaido, sus grandes espacios y sus aguas termales al aire libre no son rival para la luz rosada que irradian sus espectaculares atardeceres. Un destino frente al volcán inactivo Monte Yotei en el que el respeto y la generosidad son valores de obligado cumplimiento.

Aspen (USA). La cuna del esquí en Estados Unidos se encuentra a trescientos kilómetros de Denver. Con una importante vida nocturna durante el invierno, esta exclusiva villa victoriana atrae a la jet set hollywoodiense, tanto por su interés deportivo como por su increíble agenda cultural. 

Cortina D’Ampezzo (Italia). En mitad de las Dolomitas, para muchos es el lugar para esquiar más bello de Europa. Con más de ciento cuarenta pistas, este pequeño pueblo cercano al Tirol posee una de las ofertas más amplias del continente.

Roza Jútor (Rusia). A tan solo 50 km del Mar Negro, esta tranquila estación de esquí albergó los Juegos de Invierno en 2014 y conserva una de las mejores vistas del Cáucaso Occidental. 

Val Thorens (Francia). El país galo esconde la mayor superficie esquiable del mundo, con un total de tres valles interconectados conocidos como Les Trois Vallées. Un destino juvenil y dinámico que, además, permite disfrutar de la mejor cocina francesa.

Kitzbühel (Austria). Esta elegante pista acoge una de las carreras de descenso más legendarias del mundo, incluida en la Copa del Mundo de Esquí Andino. Sus calles adoquinadas descubren un pueblo medieval que contrasta con sus sofisticadas boutiques y sus coches deportivos aparcados en cada esquina.