Sucesos

Prisión para el acusado de raptar y echar pegamento en la vagina a su expareja

El agresor tenía una pulsera de control por denuncias anteriores pero el dispositivo no funcionó porque la víctima no lo tenía activado.

20 octubre, 2016 18:17

El titular del Juzgado de instrucción número 5 de Ponferrada (León), Ignacio Candal, ha decretado hoy el ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza para un hombre de 35 años que fue denunciado por su expareja por haberla raptado y echado pegamento y líquidos abrasivos en la vagina.

I.R.G. está acusado de los delitos de detención ilegal y quebrantamiento de condena derivado de la violencia sobre la mujer, aunque el Juzgado ha declarado el secreto de las actuaciones. 

En las últimas horas, el juzgado ha practicado unas diligencias de investigación solicitadas por la fiscalía. Se ha registrado la casa y la bodega del detenido, y otras relacionadas con el dispositivo de control telemático que tenía el hombre -en concreto, una pulsera de localización- por unos episodios de violencia anteriores.

La mujer denunció que fue secuestrada la noche del lunes en Fabero (León) y, posteriormente, agredida y vejada por su expareja en la localidad leonesa de Bembimbre.

Apareció maniatada

Tras la brutal agresión fue abandonada semidesnuda y maniatada en el barrio de la estación de la capital del Bierzo Alto y, tras recibir los primeros auxilios, presentó la denuncia ante la Guardia Civil sobre las cuatro de la madrugada del martes.

En el auto de prisión, el juez señala que existen "indicios racionales bastantes para presumir la participación del detenido en los hechos investigados" y entiende que la prisión es "una medida estrictamente necesaria".

Además, precisa que en el estado actual de la investigación es necesaria la práctica de diligencias que el investigado, si se encontrase en libertad podría ocultar, alterar o destruir. También destaca el juez que existen motivos bastantes para creer "responsable criminalmente del delito" al detenido.

Está previsto que I.R.G. sea trasladado esta tarde al centro penitenciario de Mansilla de las Mulas (León), donde permanecerá por tiempo no superior a un mes a la espera de que exista una condena firme.

El agresor tenía una pulsera de control

El pasado lunes, la víctima había solicitado el reingreso en prisión de su expareja tras haber sido acosada durante el fin de semana, ya que el viernes el juzgado le había dejado en libertad, aunque con la obligación de llevar una pulsera telemática.

El juzgado no decretó prisión para el acusado el lunes al entender que era suficiente la medida de control de la pulsera telemática, que controla la aproximación a la víctima.

La pulsera del hombre no avisó de la proximidad porque la mujer no llevaba el dispositivo de control correspondiente, según ha reconocido ella misma, ya que había salido un momento a pasear al perro.

La víctima, de 35 años, reclamó ayer protección a las puertas de los juzgados de Ponferrada ya que dice que se siente amenazada de muerte. "Pido que me protejan, a mi y a mi hijo. Si no, me va a matar", declaró a los periodistas, además de afirmar tener "múltiples" lesiones por todo el cuerpo, además de quemaduras producidas por el líquido corrosivo que le rociaron en la vagina.