Política

Las obras para peatonalizar la Gran Vía empezarán este año

Se probarán algunos cortes de tráfico y sólo se librarán los residentes. El pavimento de una única altura permitirá abrir y cerrar la circulación.

11 enero, 2017 10:04

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El cierre provisional de la Gran Vía fue un aperitivo. El Gobierno de Carmena quiere más. Este miércoles, con el primer informe en la mano, ha anunciado los detalles de la peatonalización de esta arteria y su proyecto a gran escala para convertir el centro de la ciudad en una zona donde las bicicletas, el transporte público, los taxis y los residentes sean los reyes.

Peatonalización de la Gran Vía

Antes de que acabe 2017, empezarán las obras para que Gran Vía disponga de una altura única de pavimento, lo que permitirá su cierre al tráfico particular cuando el Consistorio lo considere adecuado. La calle, sin aceras ni bordillos, formará parte de la zona de prioridad residencial, pero las características que hacen de esta avenida un eje este-oeste de la ciudad siembran dudas en la concepción del Ejecutivo municipal y la restricción podría no ser absoluta, sino transitoria, y variar en función de las circunstancias.

En definitiva, Carmena quiere que Gran Vía forme parte de la gran APR –prioridad residencial– en la que se convertirá el centro, aunque esta calle, en concreto, podría albergar algunas peculiaridades.

La delegada de Medio Ambiente del Ayuntamiento, Inés Sabanés, ha anunciado que los vehículos se han reducido en Gran Vía hasta un 43% en los días de cortes. También se ha mostrado orgullosa de los porcentajes de disminución logrados en la Cuesta de San Vicente (20%), Princesa (25%) y Recoletos (12-13%).

Así será la nueva Gran Vía

A pesar de la consulta ciudadana prometida por la alcaldesa, la delegación de Urbanismo consistorial ha revelado tres rasgos que caracterizarán la nueva Gran Vía, la que cerrará sus puertas al tráfico privado antes del final de la legislatura. El pavimento será único y estará a una misma altura. De este modo, “el cambio de peatón a vehículo será sencillo en función de las necesidades de apertura”. De estas palabras se desprende que el cierre de la Gran Vía no será absoluto, sino “flexible”. Además, la avenida centenaria contará con bolardos y señalización luminosa, lo que permitirá abrir y cerrar carriles “en función de las necesidades del día”. Por último, se tomarán medidas –todavía sin definir– para agilizar el transporte público.

A pesar de estas medidas, el Ayuntamiento ha insistido en que el transporte público funcionó correctamente en los días de cortes. “Las 28 líneas no se han visto afectadas ni en su regularidad ni en sus tiempos de viaje, salvo en momentos puntuales”.

Pero el Madrid sin coches no es cosa de Gran Vía, sino del centro. “Damos cuenta de una actuación muy importante, que tiene que ver con el futuro diseño de la ciudad”, ha avanzado Sabanés. En palabras de la delegada de Medio Ambiente, la restricción del tráfico particular en esta calle “era imprescindible”. En cualquier caso, los de Carmena todavía esperan informes y no aseguran que el cierre al tráfico particular vaya a ser absoluto.

“Ha sido espectacular”

La afluencia de viandantes fruto del candado puesto al tráfico “ha sido espectacular”. En palabras de la delegada de Carmena, y al contrario de lo que suele ocurrir, “los agentes de movilidad tuvieron que intervenir para ordenar el tráfico de paseantes, y no el de los vehículos”.

Tras el análisis de Sabanés, ha tomado la palabra José Manuel Calvo, responsable de Urbanismo, el hombre que marcará las pautas de la peatonalización. “Hemos anticipado una Gran Vía más amable y cercana, abierta”. Tras dejar entrever su satisfacción, ha concluido: “Hemos visto una Gran Vía a la altura del Madrid del siglo XXI. Estamos ya trabajando en un proyecto que nos permita consolidarlo”.

Cifuentes evita analizar

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha afirmado este miércoles que no es a ella a la que le toca hacer balance del cierre al tráfico privado de la Gran Vía en esta época Navideña, sino que son los comerciantes los que tienen que hablar.