Soraya Saenz de Santamaría promete su cargo.

Soraya Saenz de Santamaría promete su cargo. Efe

Política Pulso de poder

La sintonía de Soraya con el CNI puso coto a la pretensión de Cospedal

  • El BOE confirma la adscripción del organismo a Presidencia y el general Sanz Roldán se mantiene hasta 2019.
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5 noviembre, 2016 02:08

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En las guerras, la propaganda es vital. Este viernes, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría ha hablado a través del Boletín Oficial del Estado (BOE) y María Dolores de Cospedal, la nueva ministra de Defensa, lo ha hecho ella misma. Tres líneas de una disposición adicional en el Real Decreto 415/2016 han bastado para zanjar la cuestión de quién de las dos se hará con el control del Centro Nacional de Inteligencia (CNI): será Santamaría como ha sucedido desde 2011.

Al mismo tiempo, tras su toma de posesión como nueva titular de Defensa, Cospedal ha cerrado con un “No os vais a librar de mí” la incógnita de su permanencia al frente de la secretaría general del PP después del Congreso tras las Navidades. El equilibrio de poder queda así estable tras la batalla librada por proxy con Rajoy: la vicepresidenta mantiene la coordinación política del Gobierno, los espías y Cataluña mientras Cospedal tendrá su propio ejército de militares, contratos armamentísticos y cargos del partido.

En la lucha que ambas han librado a través de Rajoy en los días previos al anuncia del presidente, el CNI se convirtió en rehén. “Yo soy de todos”, repite en todas las conferencias a las que acude el general Félix Sanz Roldán, nombrado por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero en 2009 y mantenido por el Gobierno de Rajoy en dos ocasiones: al llegar en 2011 y en 2014 cuando se cumplieron cinco años de su mandato. El general mantiene una muy buena relación de trabajo y personal con Santamaría que ha resultado importante a la hora de poner coto a las pretensiones de Cospedal de devolver los servicios de inteligencia a Defensa, de donde fue extraído por Rajoy en 2011.

Interlocución privilegiada

Fuentes conocedoras de la situación explican que el CNI está obligado por ley a servir “a todos los ministros del Gobierno” aunque su adscripción orgánica esté en Presidencia de la misma manera que lo está la Secretaría de Estado de Comunicación, ahora funcionalmente vinculada al ministerio de Educación. Santamaría es la responsable de discutir el presupuesto y las necesidades de personal del centro (ambas partidas han aumentado durante la legislatura), pero el contenido de los briefings que el director ofrece a los ministros, al presidente del Gobierno y al Jefe del Estado depende del asunto a tratar y tiene que ser “de la misma calidad e intensidad”, según fuentes conocedoras de las relaciones entre el centro y el Ejecutivo.

Aún este viernes se ha dejado sentir el rescoldo de las chispas que saltaron esta semana por el control del CNI. Desde las filas de Cospedal se insistía erróneamente en que el director está obligado a partir de ahora a despachar con Santamaría y con la ministra de Defensa a pesar de la adscripición a Presidencia. Fuentes conocedoras del funcionamiento del CNI insisten en que “la naturaleza del centro es la ofrecer que pueda ser de utilidad a todos los ministros, por ejemplo, antes de realizar un viaje de Estado”.

El general Sanz Roldán, mantienen estas fuentes, permanecerá con toda probabilidad en su puesto hasta 2019, que es cuando expira su mandato. La llegada de Iñigo Méndez de Vigo como portavoz sustituto de Santamaría en La Moncloa disparó los rumores acerca de la posibilidad de que su hermana mayor, Beatriz Méndez de Vigo, sustituya al general al frente del centro. Beatriz Méndez de Vigo es secretaria general del CNI, donde ha desarrollado su carrera como agente desde 1983.

Las fuentes consultadas descartan que Méndez de Vigo vaya a ser la primera mujer directora “porque el CNI nunca lo ha dirigido una persona del CNI, sino alguien de fuera que ha gestionado las relaciones entre los profesionales del centro y el Gobierno”.