Iglesias, durante su intervención este miércoles.

Iglesias, durante su intervención este miércoles. Dani Pozo

Política HACIA LAS TERCERAS ELECCIONES

Los partidos que tumban a Rajoy no dan alas a la investidura de Sánchez

¿Una investidura de Sánchez, con Podemos y el PNV tras las vascas? El veto mutuo entre Podemos y Ciudadanos lo hace improbable. 

1 septiembre, 2016 03:01

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"Nuestro 'no' contiene muchos 'síes'". La frase, de Pedro Sánchez desde la tribuna del Congreso, se suma a una larga lista de mensajes enigmáticos del líder del PSOE sobre sus próximos pasos. Hay más: "España necesita un Gobierno, sí, por eso votaremos en contra a la continuidad de su mal Gobierno". Otra, pronunciada la víspera del debate: "El PSOE estará en la solución". ¿Cuál es su alternativa, su "sí", el Gobierno que "España necesita", su "solución"?

Casi nadie duda en el PSOE de que a Sánchez le encantaría presentar de nuevo su candidatura a la presidencia del Gobierno. Algunos dirigentes territoriales y diputados próximos a él le han pedido que lo haga y creen que es posible tras este viernes, cuando previsiblemente naufragará Mariano Rajoy. Lo creen pese a las fuertes resistencias de unos barones regionales que, en todo caso, no se atreven a pararle los pies a Sánchez.

Unidos Podemos le implora que lo intente, prometiéndole con tono suave que la negociación no será el calvario de la última vez. Otros grupos políticos (Convergencia y el PNV) lo plantearon inmediatamente después de las últimas elecciones. El primer discurso de Rajoy reservó una buena parte a una defensa a ultranza de la unidad de España y soliviantó a los nacionalistas, especialmente al PNV, esperanza de algunos dirigentes populares. Una alternativa parecía más cerca.

El miércoles, el clima era otro. Salvo Unidos Podemos, que no es suficiente para investir a Sánchez, los demás grupos descartaron cualquier posibilidad. A algunos, escuchar a Iglesias les abrió las entrañas, alejando cualquier posibilidad de convivencia. A falta de que las elecciones vascas y en menor medida las gallegas cambien el tablero, el fantasma de unas nuevas elecciones comenzaba a pulular por el Congreso. 

PSOE+Podemos+PNV y abstención de C's

La suma de PSOE (85), Unidos Podemos (71, incluyendo a Compromís, que se ha integrado en el Grupo Mixto) y PNV (5) es de 161 diputados. Algunos sectores socialistas defienden que, tras las elecciones vascas, Pedro Sánchez tendría al alcance de la mano un pacto con Podemos y PNV de doble salida. Permitiría mantener como lehendakari a Íñigo Urkullu, del PNV, y abrir las puertas de la Moncloa a Sánchez. 

El PNV es un socio codiciado. Sus cinco diputados harían que Rajoy rozase la mayoría absoluta, con 175 diputados, pero la dura intervención del candidato del PP en pro de la unidad de España y el centralismo enfureció al portavoz nacionalista, Aitor Esteban. En su intervención, un mitinero Esteban rechazó la posibilidad. "Lo que nos vamos a reír si recibimos la llamada del líder socialista para conformar una alternativa", ironizó.

"Si se ofreciese algo, que no se ha barajado, el PNV no podría haber hecho otra cosa", explicaba uno de los más próximos a Sánchez. "Está en campaña", justificaba. En realidad, Esteban no dejó títere con cabeza. Cargó contra Rajoy, contra Iglesias y en menor medida contra Sánchez. "PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos: arréglense entre ustedes, que el PNV no ha nacido para facilitar la gobernabilidad de España", llego a decir. La historia pactista de los nacionalistas vascos, que han sido capaces de acordar a izquierda y derecha, se compadece poco con esta afirmación. 

El verdadero escollo, más allá del hoy incierto resultado en Euskadi, es el veto mutuo entre Pablo Iglesias y Albert Rivera, en el que el líder de Podemos se encargó de ahondar. Puede que Iglesias quiera, pero Rivera podría no poder permitírselo ante un electorado que no ve con simpatía ni al PNV ni a un Podemos tan hostil. Quizás sólo la expectativa de una fuga de votos en unas terceras elecciones, de las que podrían ser culpados por todos, les hiciese cambiar de opinión.

Iglesias, faltón con Ciudadanos

"Estaba claro que Ciudadanos cumpliría las órdenes que le dieron desde arriba", explicó Iglesias. Rivera es como "el chicle de MacGyver", el protagonista de la serie de los 80 en la que resolvía situaciones difíciles con las fórmulas más increíbles, con chicles que servían para todo. 

"Perdí la credibilidad por dios y por España", dijo Iglesias, transfigurado en Rivera. "En el futuro no va a jugar más papel que el que jugó el CDS", el Centro Democrático y Social fundado por Adolfo Suárez en 1982, tras abandonar la presidencia del Gobierno. La aventura centrista del expresidente tuvo poco recorrido electoral: el mismo que le augura a Rivera tras sus cambios de opinión siempre al servicio de las "élites", según el líder de Podemos. A ese partido lo apoyaba el exbanquero Mario Conde, que "haría una pareja gloriosa con el señor Garicano", el responsable económico de Ciudadanos, "equipo filial" del PP.

Fuentes cercanas a Rivera explicaron después que el ataque de Iglesias "no es personal, pero casi" y repetían que no ven alternativa al Gobierno del PP salvo que Sánchez consiga ponerse de acuerdo con los independentistas catalanes. 

Sánchez, este miércoles en el Congreso.

Sánchez, este miércoles en el Congreso. Dani Pozo

ERC y CDC piden un referéndum

“Nosotros estamos dispuestos a contribuir a un verdadero cambio en España, pero se debe asumir la demanda del 80% de los catalanes, que es un referéndum", dijo Francesc Homs, portavoz de Convergencia. "Usted sabe, señor Sánchez, que sin asumir la cuestión catalana no habrá gobierno ni ahora ni después", siguió. 

En el mismo sentido se pronunció Tardá, que pidió a Sánchez que se crea que tiene talla de presidente y pacte con los independentistas.

Fuentes del PSOE cercanas a Pedro Sánchez no hablaban de una posible negociación con los independentistas catalanes, pero sí reiteraban que "hay que solucionar el problema territorial. Siempre se ha acordado con ellos. No podemos darle la espalda a algo que está ahí", explicaban, insistiendo en que no había planteada ninguna negociación. 

¿Ciudadanos o los independentistas?

La opción de los independentistas podría gustar a Sánchez, pero horroriza a buena parte del partido, especialmente en Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura, con gran peso en las decisiones del Comité Federal. Algún diputado crítico con Sánchez se mostraba seguro de que, a partir de la próxima semana, el equipo del líder del PSOE "comenzará a tener reuniones, discretas, sin mandato del Comité" para sondear a esas fuerzas. 

La opción Ciudadanos parece, a priori, más interesante. Rivera ya ha apoyado a Sánchez antes y se reivindica como un pactista de centro que es capaz de mucho con tal de desbloquear la situación y no enfrentarse otra vez a unos comicios.

Confrontado con las urnas o la abstención para que gobierne Sánchez, ¿estaría Rivera dispuesto a rebajar su animadversión con Podemos? ¿Estaría dispuesto Iglesias a intentar rebajar las exigencias de sus confluencias catalana y gallega y descartar el derecho a decidir? Si en octubre la expectativa de elecciones perjudica a los nuevos partidos, la vía podría cobrar fuerza e interés para ambos.