Susana Díaz durante su intervención ante el Comité Director del PSOE-A.

Susana Díaz durante su intervención ante el Comité Director del PSOE-A. EFE

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Los siete fuegos que Susana Díaz intentará apagar con una crisis de Gobierno

La líder andaluza afronta el debate sobre el estado de la región tras perder las primarias y con problemas en Sanidad, Eduación y Justicia.

5 junio, 2017 02:43

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Susana Díaz está refugiada en San Telmo –sede de la Presidencia de la Junta— tras su derrota como aspirante a liderar el PSOE. Desde la misma noche de ese 21M, la presidenta andaluza decidió volver a tomar los mandos del Ejecutivo, reactivar la agenda institucional y apagar los fuegos activos en distintas consejerías. La crisis de Gobierno es un secreto a voces, un movimiento estratégico para fortalecer su posición y reforzar su gestión. Probablemente, la presidenta andaluza esperará al Congreso del PSOE para remodelar su gabinete.

La nueva hoja de ruta de Susana Díaz –la de “centrarse en Andalucía”, como ella misma ha repetido en los últimos días- ya ha comenzado a rodar. La primera medida fue la de aplacar a su socio de Gobierno, Ciudadanos, con quien mantuvo una reunión para hacer balance sobre el cumplimiento del pacto de investidura. El encuentro fue satisfactorio y, por ahora, la presidenta tendrá una legislatura sin sobresaltos.

Otra cuestión que retomó sin demora fue poner fecha a su compromiso de comparecer en el Parlamento andaluz para tratar de forma monográfica el estado de Andalucía. Será este mismo miércoles. Para Susana Díaz no será una intervención cómoda, ya que será un blanco fácil para la oposición: le reprochará sus reiteradas ausencias con motivo de la campaña de las primarias del PSOE y apelará a su debilidad como dirigente socialista.

Aunque la munición de los grupos parlamentarios contra el Gobierno de la presidenta puede ir más allá de las cuitas internas del PSOE. También la hay en materia de gestión. La consejería de Educación, que dirige Adelaida de la Calle, es uno los departamentos más cuestionados, ya que tiene varios conflictos abiertos respecto a las guarderías, la educación diferenciada o el estado de los colegios públicos.

La consejera de Educación de Andalucía, Adelaida de la Calle.

La consejera de Educación de Andalucía, Adelaida de la Calle. Efe

1. "Queremos aulas, no saunas"

El último episodio crítico con la gestión de esta consejería ha ocurrido esta pasada semana, cuando medio millar de niños, alumnos de colegios de Sevilla capital y su provincia, acudió a clase en bañador o ropa de playa como medida de protesta para pedir que las aulas en las que estudian se climaticen. La respuesta de la consejera ha despertado revuelo: el aire acondicionado “no es una solución”.

En concreto, De la Calle dijo que el aire acondicionado “beneficia pero perjudica” y las directrices europeas y andaluzas apuntan a que, “como medida de salud”, no es aconsejable. Y es que la Junta de Andalucía apuesta por otros métodos como “generar espacios de sombras, poner entoldados, o vegetación”. Ante eso, la consigna de los padres y alumnos es: “Queremos aulas, no saunas”.

2. Conciertos y segregación

Sin duda, el conflicto más importante es el de la educación diferenciada. El pasado 26 de abril, en pleno proceso de primarias, la Junta de Andalucía decretó en el boletín oficial la retirada del concierto educativo a los centros que segregan por sexo. Esta medida del Gobierno de Susana Díaz fue llevada a los tribunales por los padres de estos escolares y, hasta la fecha, van ganando la batalla judicial.

Dos sentencias del Tribunal Supremo respaldan la educación diferenciada amparándose en la LOMCE, la ley educativa que promovió el ministro del PP José Ignacio Wert y que Andalucía recurrió ante el Tribunal Constitucional, que aún no se ha pronunciado. Para el Supremo, este tipo de enseñanza es “plenamente conforme con el principio de igualdad” que consagra la Constitución y no “discrimina por razón de sexo”.

El ex ministro de Educación, José Ignacio Wert.

El ex ministro de Educación, José Ignacio Wert. EFE

Ambos fallos judiciales han obligado a la Junta a revertir su decisión. La consejera De la Calle ha asegurado que se acatarán las sentencias, pero se muestra en desacuerdo y no da la batalla por perdida: interpondrá un recurso de amparo ante el Constitucional y pedirá al Congreso, a través del grupo parlamentario del PSOE, la derogación de la LOMCE y, mientras tanto, anular “el artículo 84 que blinda la financiación con dinero público de la educación segregada”.

3. Guarderías en guerra

Otro colectivo en pie de guerra es el de las guarderías. Varias asociaciones patronales de la educación infantil (de cero a tres años) han salido a la calle a protestar por el nuevo modelo de financiación promovido por la Consejería de Educación: sustituir el actual sistema de convenios con las guarderías por uno nuevo de bonificaciones directas a las familias, aunque deja fuera a los niños nacidos después de mayo.

4. Impuesto de sucesiones

El departamento de Hacienda y Administración Pública de la Junta también ha sido foco de numerosas críticas en los últimos meses por el polémico Impuesto de Sucesiones. Poco antes de que Susana Díaz anunciara su candidatura a las primarias del PSOE, se puso en marcha una campaña contra este tributo al considerarlo injusto, que afecta a la clase media y obliga a la clase media a renunciar a sus herencias.

Desde el PSOE andaluz intentaron contrarrestar de todas las maneras posibles esta campaña. Por un lado, iniciaron otra en defensa del impuesto y “contra las mentiras” del PP –principal denunciante junto a la plataforma Stop impuesto de sucesiones-, la consejería de Hacienda puso en marcha un simulador para que cada andaluz calculara el coste del tributo y, por último, lanzaron un órdago al Gobierno central: que se quede con la gestión del impuesto.

La propia Susana Díaz llegó a proclamar un “basta ya”. “Que se queden con el impuesto [en referencia al Ministerio de Hacienda] y nos compensen”, dijo tras reconocer que no sabía ya “cómo desactivar los bulos” de los que acusa al PP. Pero lo cierto es que, ni la presión social ni política van a hacer que la Junta modifique este tributo, al menos hasta que se configuren los presupuestos de 2018.

5. Casos de corrupción

La consejería de Empleo, Empresa y Comercio sigue en el punto de mira por los casos de corrupción que han salpicado a numerosos ex altos cargos de este departamento. En este sentido, el consejero José Sánchez Maldonado está centrado en dos tareas: recuperar el dinero supuestamente defraudado con los ERE y los cursos de formación; y reactivar precisamente estas clases para desempleados, una convocatoria que ha estado paralizada seis años.

Hasta ahora, la Junta sólo ha recuperado 12 millones de euros por el posible fraude de ambos casos –8,7 millones de las subvenciones concedidas para cursos de formación y 3,6 millones por los ERE–. Sin embargo, la maquinaria para poner en marcha esos cursos para parados sigue ralentizada debido a retrasos en la tramitación burocrática primero, y reclamaciones de las empresas aspirantes.

Pese a las promesas del Gobierno andaluz de reanudar los cursos en 2016, el año terminó en blanco y no fue hasta marzo cuando se desbloqueó la situación. Ahora, además, entidades del sector de la formación en varias provincias han presentado recursos administrativos por un posible incumplimiento en el plazo para resolver la convocatoria y publicar la lista de adjudicatarios. En definitiva, que los cursos de formación han vuelto a encallar.

6. El 'ataque' de Spiriman

Otra consejería conflictiva en los últimos meses ha sido la de Salud. Desde finales de 2016, a Susana Díaz le persigue una frase que ella misma pronunció: “En Andalucía no hay mareas blancas”. En Granada se despertó un movimiento social promovido por Spiriman –alías del médico Jesús Candel— que rápidamente se fue extendiendo al resto de provincias andaluzas que clamaba contra las fusiones hospitalarias que pretendía implantar la Junta.

Las manifestaciones fueron masivas y, finalmente, el consejero de Salud, Aquilino Alonso, anunció la paralización del nuevo sistema sanitario andaluz y recuperar el modelo antiguo. La presión social se cobró hasta tres víctimas políticas: las dimisiones del viceconsejero de Salud andaluz, Martín Blanco; del gerente del Servicio Andaluz de Salud (SAS), José Manuel Aranda, y de la directora gerente del Complejo Hospitalario de Granada, Cristina López Espada.

El incendio sanitario no se ha terminado de sofocar aún. Aunque con menos intensidad, las mareas blancas aún reclaman mejoras en la sanidad andaluza, mientras que Spiriman ha puesto en marcha la serie ‘El Cortijo’ donde, a través de vídeos que difunde por Youtube, denuncia supuestos casos de corrupción en Andalucía y cuestiona las políticas del Gobierno de Susana Díaz.

7. 'Los jueces y Hitler'

A la presidenta andaluza le ha sobrevenido otro conflicto de última hora a causa de unas declaraciones de su consejero de Justicia, Emilio de Llera, que arremetió contra los periodistas: son como “un océano de ciencia con un milímetro de profundidad”. Tras el revuelo que suscitó, la consejería pidió perdón. De Llera es, además, el único miembro de un Ejecutivo andaluz reprobado por el Parlamento tras comparar a los jueces con Hitler.

Con esta agenda de frentes abiertos en la Junta y su imagen debilitada tras perder el proceso de primarias del PSOE pese a contar con todo el aparato socialista a su favor, Susana Díaz necesita dar un giro a su estrategia y fortalecer al Gobierno andaluz con nuevos rostros y perfiles más políticos que den mayor visibilidad a las políticas de izquierdas de las que tanto hace gala la presidenta. Las quinielas ya han comenzado.