Sánchez y Chacón, este jueves en el último pleno de la legislatura en el Congreso.

Sánchez y Chacón, este jueves en el último pleno de la legislatura en el Congreso. EFE

España CHACÓN Y LOZANO

Las guerras internas del PSOE hacen a Sánchez el líder más vulnerable ante el 26J

Tenían puesto seguro, pero decidieron incumplir el manual de supervivencia en política. Primera regla: mantener el poder.

29 abril, 2016 02:24

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Tenían un puesto seguro en el próximo parlamento. Contaban con el respaldo reciente y en público del líder de su partido. Pero decidieron renunciar. Optaron por incumplir la primera regla del manual de supervivencia política: conservar el poder, en este caso materializado en un escaño en el Congreso de los Diputados. Y decidieron hacerlo en el día en el que el grupo parlamentario en la cámara baja se hacía una foto de familia tras el último pleno. "La gente se despedía con la sensación de que el 27J [el día después a las elecciones] seremos menos", resumía un parlamentario.

No hace falta ser muy avispado para advertir que algo pasa en el PSOE para que dos diputadas que podrían revalidar sin problema su acta hayan decidido abandonar la vida parlamentaria. Se trata de Carme Chacón, número uno por Barcelona, e Irene Lozano, cuatro por Madrid.

Chacón lo anunció por sorpresa unas horas después de que la Ejecutiva del PSOE, de la que forma parte, acordase presentar las mismas del 20 de diciembre a las nuevas elecciones del 26 de junio. Los líderes del PSOE y del PSC, Pedro Sánchez y Miquel Iceta, lo conocieron prácticamente al mismo tiempo que El Periódico de Cataluña, que adelantó la noticia.

Lozano optó por las redes sociales para comunicar su marcha menos de cinco horas después de que Sánchez la respaldara junto a la número seis, la excomandante Zaida Cantera. "Mi intención y mi ambición son repetir las listas electorales", dijo. "[Lozano y Cantera] tienen mi voluntad y mi compromiso de ser incluidas en la lista electoral por Madrid".

¿Qué pasa en el PSOE? Cada salida tiene lecturas diferentes, pero ambas apuntan a una sensación de fragilidad e inquietud apenas disimulada por una Ejecutiva federal orgullosa de su trabajo y optimista sobre el resultado electoral.

Dudas y estructuras adormiladas

Hay muchas dudas sobre el éxito de la próxima campaña electoral y las estructuras están, por el momento, adormiladas y desmovilizadas, pensando más en quién recogerá los añicos del partido tras el 26 de junio que confiando en ver a Sánchez en La Moncloa.

Nadie en el PSOE cree que es posible ganar las elecciones y no pocos temen la tercera posición, ya sea en votos, en escaños o en ambos parámetros. "En escaños es muy difícil que nos superen, no lo veo", confiaba un miembro de la Ejecutiva, aceptando que la batalla de los votos será reñida. "Si Podemos se alía con IU, vamos al desastre, especialmente con este candidato", explica un antiguo referente.

En algunos sectores del PSOE hay pánico ante la posibilidad de que el PSOE deje de ser la gran alternativa al PP y sea superado por la suma de Podemos e IU. Tanto es así que el otro riesgo, que PP y Ciudadanos logren juntos una mayoría suficiente, es ya secundario.

La renuncia de Chacón y Lozano son pues, dos síntomas diferentes de una crisis en un PSOE donde todavía podría haber alguna baja más.

Lozano fue despreciada desde el primer día por amplios sectores del partido, que consideraron un insulto la oportunidad dorada para uno de los azotes del PSOE. Cuando se hizo público el ofrecimiento de Sánchez, Lozano militaba en UPyD. Apenas hizo campaña y apenas se la vio en un Congreso zombi que ha buscado a tientas acabar con el bloqueo institucional.

El tortazo de Chacón

En el caso de Chacón, su marcha es un tortazo a Sánchez. Ella no lo ha disimulado, reactivando un verbo que algunos diputados y periodistas parlamentarios usan por igual: "chaconear". Consiste en dar un paso adelante y otro atrás, en mantener viva la expectativa o en decir una cosa y denotar otra. En el día después a su renuncia, Chacón compareció sonriente para decir que había "motivos políticos", pero que no eran "relevantes". "Para mí me los quedo", dijo tras reconocer que José Luis Rodríguez Zapatero ha sido antes que nadie partícipe de la decisión, que tomó hace un mes. ¿Es responsable anunciar por sorpresa la renuncia, asegurar que es política y marcharse sin más explicaciones públicas?

Otro nombre importante podría convertir en goteo las deserciones. Se trata de Eduardo Madina, profundamente disgustado con el rumbo del partido, horrorizado ante los resultados del 20 de diciembre y herido por un secretario general que no considera digno de ese puesto. Madina tiene la posibilidad de repetir como número siete, esperando no quedarse a las puertas del escaño, como en las últimas elecciones. Según Sánchez, esta vez sí logrará un puesto. "Nuestras encuestas dicen que sacamos al menos siete. Claro que la otra vez también lo decían", reconocen fuentes socialistas. Madina ha tenido alguna oferta para presentarse por otra provincia, pero sus territorios de referencia son Euskadi (más concretamente, Vizcaya) y Madrid, donde ha vivido buena parte de su vida.

Faltan más de dos semanas para que se cierren las listas electorales, por lo que aún puede haber más cambios en unas candidaturas que Sánchez había pedido representar sin más. El PSOE se centra ahora en el Comité Federal de este sábado, que fija el calendario antes del 26J.

El calendario de Sánchez

Los socialistas tienen que decidir si aprueban los plazos propuestos por la Ejecutiva, que incluyen las primarias para elegir el candidato a la presidencia del Gobierno. Ese es el puesto clave de la lista y, aunque no parece que haya ningún candidato alternativo con peso, en Ferraz no las tienen todas consigo. Por eso César Luena, número dos y secretario de Organización, lleva varios días negociando con las federaciones. "El plan es: no os tocamos las listas y no hay rival en primarias", según un diputado.

Si nadie salvo Sánchez consigue reunir los alrededor de 9.500 avales necesarios para que se celebre formalmente la competición, el candidato podría ser proclamado el domingo 8 de mayo. A falta de un candidato de peso, como Chacón, Madina o la propia Susana Díaz, que Sánchez tenga oponente podría ser cuestión de que un par de federaciones decidieran apoyar a un candidato menor que de todos modos hiciera un feo a las aspiraciones de candidatura única de la Ejecutiva. La imagen sería terrible para Sánchez. La sangría, imparable.

Uno de los nombres clave en el grupo de críticos que minan la credibilidad de Sánchez, el de Díaz, decidió hablar este jueves en clave interna. Sus alabanzas a Chacón no pueden ser consideradas como una "excusatio non petita accusatio manifesta" (disculpas no pedidas, acusación manifiesta), pero casi.

"Donde ella decida estar, si ha decidido que no es el Congreso de los Diputados su lugar, estoy convencida de que va a trabajar por Cataluña, por España y por el conjunto de los ciudadanos, sobre todo respetando, reconociendo y haciendo gala de los valores socialistas", dijo, sin decir cuál es ese lugar que le espera a Chacón.

El siguiente en ser citado es el que más callado está. "Eduardo Madina es una persona querida, reconocida y valorada, no solo en el PSOE, que lo es mucho, sino en el conjunto de la sociedad española", dijo Díaz, recordando "el cariño, el respeto y el reconocimiento que recibe en todos los rincones del país". Para ella es un lujo tener a Madina "en un equipo y entre los tuyos". Hay halagos que debilitan. Otros cuya concreción deja poco lugar a dudas. Éste parece de los segundos.