Cuatro presidentes, Mas, Romeva, Junqueras y Munté se repartirían las funciones.

Cuatro presidentes, Mas, Romeva, Junqueras y Munté se repartirían las funciones.

España LA DERIVA SECESIONISTA

Junts pel Sí rechaza ahora una Generalitat con 4 presidentes

La coalición hace pública su oferta a la CUP y abandona la idea de un “Consejo de Presidencia” con Mas, Munté, Junqueras y Romeva.

26 noviembre, 2015 11:46

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La coalición de Junts Pel Sí (JxS) se ha apresurado este jueves a desmentir la información publicada este jueves por la noche por el diario Ara, en la que se informaba de una oferta a la CUP en la que se articulaba una Generalitat con cuatro presidentes del Govern. Fuentes de JxS aseguran que esta posibilidad sólo se puso sobre la mesa y que en ningún momento se convirtió en una oferta formal. La coalición, que preveía ultimar los detalles de su propuesta entre este jueves y el viernes, ha decidido publicar su oferta concreta para evitar especulaciones.

Gobierno de transición

La propuesta de Junts pel Sí, es un "Govern de transición" en el que el president mantenga sus atribuciones propias, se nombre un vicepresidente (Oriol Junqueras) y se creen tres comisiones: una económica (presidida por el vicepresidente), una centrada en el estado del bienestar y otra para asuntos institucionales y exteriores.

Este Gobierno se sometería a una cuestión de confianza al cabo de 10 meses y se establecerían "mecanismos de coordinación" entre estas comisiones. Según el comunicado de JxS, el objetivo es "dotarse de un gobierno fuerte para enfrentarse a las embestidas del Estado, encarar la difícil gestión del día a día y cumplir el mandato ciudadano de poner en marcha las iniciativas para llevar a cabo el cambio de legalidad que se reclama".

Esta propuesta de JxS intentará influir en la jornada de debate nacional que tiene programada la CUP para este domingo, en la que la formación anticapitalista debatirá con sus bases -participarán 1.600 personas- sobre las opciones que tiene encima de la mesa. No se espera que la CUP tome una decisión definitiva este domingo, pero sí que su militancia empiece a perfilar su postura respecto a la investidura de Artur Mas. JxS intenta así trasladar la pelota al tejado de la formación anticapitalista para forzar un acuerdo antes del 4 de diciembre, fecha en la que empieza la campaña para las elecciones generales.

Asegurar la investidura

La oferta concretada por JxS, sin embargo, es prácticamente la misma que propuso Artur Mas en el segundo debate de investidura y que la CUP ya rechazó. Una de las principales prioridades de la formación anticapitalista es que Mas no pueda aprovecharse otra vez de su capacidad para convocar elecciones y firmar decretos. Mas usó esta prerrogativa para forzar la coalición de JxS e intenta aprovecharse ahora de su capacidad para convocar comicios para asegurar su investidura, explican fuentes de la CUP.

La oferta de JxS pretende mantener a Artur Mas como presidente por encima de tres grandes áreas. Oriol Junqueras (ERC) sería el vicepresidente y lideraría la consellería de Economía. Neus Munté (CDC) sería la consejera de Presidencia y coordinaría los departamentos de Estado del Bienestar, Salud, Educación y Cultura. Finalmente Raül Romeva se encargaría de una área institucional y de relaciones internacionales.

La propuesta de cuatro presidentes se enfrentaba a un escollo legal difícil de sortear. Para llevarlo a cabo se debía modificar la ley de presidencia, que establece que sólo puede haber un presidente y un vicepresidente. A su vez, la propuesta chocaba con el Estatut de Cataluña, que también establece que sólo puede haber un president. Para modificar el Estatut se requieren dos tercios del Parlament.

JxS y la CUP siguen reuniéndose a diario estos días en el Parlament. Las mesas de negociación avanzan a un ritmo “muy lento”, según explica uno de sus miembros. Más allá del papel de Artur Mas, la otra gran divergencia entre las formaciones se encuentra en la mesa en la que se negocia el “plan de choque” social. Según los negociadores, las aspiraciones de la formación anticapitalista en este plan van demasiado lejos y algunas de sus exigencias son “inasumibles”. Las conversaciones, en cambio, fluyen a mejor ritmo en la mesa que negocia el inicio del proceso constituyente.