Pedro Sánchez ha ganado las primarias y se va a convertir de nuevo en el secretario general del PSOE. Es evidente que eso va a influir en Castilla-La Mancha y que tendrá que abrirse un tiempo nuevo entre Sánchez y el presidente de la Junta y secretario regional de los socialistas, Emiliano García-Page. La relación de fuerzas entre la dirección federal y los territorios va a cambiar dentro del PSOE y cabe suponer que Sánchez tendrá muy en cuenta quiénes fueron los barones y líderes que le apoyaron y quienes no. Entre estos últimos se encuentra obviamente Page.

Pero eso es una cosa y otra muy distinta es que Page haya perdido el control en el PSOE de Castilla-La Mancha sólo por el hecho de haber salido derrotada Susana Díaz de las primarias en la región y porque Sánchez sea el nuevo secretario general. Son dos ámbitos muy diferenciados. Parece claro que, aparte de algunas voces críticas que están apareciendo, hoy por hoy el liderazgo de Page es sólido en Castilla-La Mancha, entre otras razones porque es el presidente de la Junta y todo el poder está en sus manos, aunque sea de una forma un tanto debilitada. De hecho algunos dirigentes sanchistas han salido en los últimos días a mostrar su apoyo a Page como líder del partido y presidente regional.

Creemos, por tanto, que independientemente de las batallas internas que se libren a partir de ahora en el PSOE y de las turbulencias que pudieran darse ante el congreso regional del partido, la posición interna de Page tiene fortaleza y cuenta con un amplio respaldo en todas las provincias. El PSOE está roto en toda España y Page tendrá que templar mucho la situación interna en Castilla-La Mancha pero no se vislumbra una alternativa a corto ni medio plazo.