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Pedro Sánchez coloca el miedo en el entorno de Page

5 mayo, 2017 00:00

No hay nadie en España que se atreva a negar la importancia de las primarias socialistas del día 21. Tampoco que, a pesar de que Rajoy saque adelante los presupuestos con un paquete en el que se incluyen las cuentas del año dieciocho, tras las vacaciones de verano el curso político se inaugure con un decreto de disolución de las Cortes Españolas. Y si todo el país mira hacia Ferraz y  contiene la respiración, en la región Page sabe que nada será igual tras ese nuevo  domingo de pasión de su partido. Si gana Susana, los de Iglesias Turrión le apretarían las tuercas y no sería descabellado pensar en su paso a la oposición, sea con Molina o con Llorente a la cabeza. Si el que gana es Pedro Sánchez, a la oposición a cara de perro de los de Pablo Iglesias se añadiría la hostilidad interna del nuevo secretario general. Por lo pronto, la exhibición de músculo del culturista Sánchez con la  presentación de apenas unos miles de avales menos que la candidata del aparato partidista ha sorprendido, y no gratamente, en el Palacio de Fuensalida. Eso sí, que nadie piense ni en uno ni en otro escenario, en un abandono de García-Page, como pareció dar a entender tras el último Comité Federal. Cualquiera que oyera en directo la ambigüedad calculada de sus palabras y conociera mínimamente al personaje, sabía que a alguien en la redacción de algún periódico se le había ido la mano en los titulares.

Claro, que ya se sabe de una manera empírica que las primarias, en España y en el PSOE, las carga el diablo y cuando aparece un voto secreto nadie puede asegurar nada, incluso en un territorio como Castilla-La Mancha, que hasta anteayer parecía controlado por Page y Fernández Vaquero

La gestora del PSOE, que desde su creación ha evitado exquisitamente meterse en ningún charco, es difícil que tire al lodazal que supondría desglosar los avales de los tres candidatos territorialmente. Unos y otros, con idénticos argumentos tendrían a huevo acusar a sus miembros de partidistas, y Javier Fernández huye de la polémica como el gato escaldado del agua caliente, aunque tampoco evitarán que las dos facciones principales administren esa distribución de avales que a cualquier analista se le aparece como muy  sustanciosa.

Como a nivel nacional, el mero hecho de que al menos en estos primeros momentos el aparato del partido se niegue a comentar y a valorar unos datos que claramente tienen, es bastante significativo. El no hacerlo provocará una guerra de datos filtrados que uno no tiene claro a quién favorecen.

Y es que, el único factor que haría dudar a García-Page sería que  el día 21 en el PSOE de CLM se produjera un apoyo mayoritario a la candidatura de Sánchez. Eso lo cambiaría todo.