Siruela se aventura con una nueva colección de álbumes ilustrados gracias a la divertida historia de un camello que, aburrido de repetir día tras día el mismo número en el circo, decidió buscarse un buen trabajo en la ciudad. La sorpresa asaltará al lector al comprobar que, ni corto ni perezoso, el camello aspira a convertirse en caballo para patrullar los parques junto al guardia que le asignen de turno. Y la carcajada no se hará esperar cuando veamos al feliz protagonista en el establo junto al resto de los caballos defendiendo su propia identidad: "Tengo cuatro patas, dos orejas y cola como un caballo". O tirando de imaginación para explicar el porqué de sus jorobas desde que dos cocos le golpearon en la espalda. A su vez, las tronchantes ilustraciones de Tessaro retratarán la complicidad del guardia que, también ansioso por conseguir el trabajo, reconoce que es un profesional de los pies a la cabeza como bien demuestra su uniforme.

Tan singular pareja fue desde ese día la encargada de que se respetaran las normas en los jardines del lugar y, para delicia de todos los niños, estas consistieron en levantar la prohibición de subir a los árboles, pisar el césped o sencillamente, soñar. Soñar con ser un caballo aunque todo el mundo dijese lo contrario. Un relato en el que brilla el genial humor de Friot, para resaltar que es posible cambiar aquello que no nos gusta de nuestras vidas, además de ayudarnos a no juzgar por las apariencias.