La irlandesa es la aerolínea clave del mercado español. Lo lidera y quiere seguir creciendo. Durante el primer trimestre del año, Ryanair, dirigida por Michael O’Leary, alcanzó en España los 6,9 millones de pasajeros. Es casi el doble de lo que consigue una Iberia que está en franca recuperación, pero que, sin Iberia Express, se queda en 3,1 millones (4,1 si suma su filial de precios más económicos). Sin embargo, más allá de los datos, lo interesante es que Ryanair apuesta por España para otras facetas del negocio aeronáutico.

Lo hace a través de la construcción en Sevilla de sus nuevas instalaciones de mantenimiento y reparación de aviones para el sur de Europa. Estará en La Rinconada, según ha confirmado el alcalde de la localidad, Javier Fernández. Este movimiento supondrá una inversión cercana a los 8 millones de euros y la creación de alrededor de 140 puestos de trabajo. Esta decisión tiene una doble relevancia, una interna y otra externa. La externa es que la matriz de Iberia, IAG, está reordenando su división de mantenimiento y la decisión de la empresa irlandesa define a España como país competitivo en este rubro. La relevancia interna se debe  a que Ryanair está en el punto de mira por el ‘brexit’. El Reino Unido puede dejar de ser uno de sus mercados prioritarios y, al estar bien posicionada, España tiene los mimbres para reafirmarse como sede del negocio de la compañía.

Seat, la enseña automovilística del grupo Volkswagen, circula por la dirección adecuada. La compañía presidida por Luca de Meo ha logrado expandir sustancialmente sus ventas gracias al Ateca, el SUV (todoterreno urbano) que lanzó el pasado año y que le ha permitido llegar a un perfil de cliente al que no convencía con el León o el Ibiza, sus dos modelos estrella en los últimos años. Gracias al Ateca, las ventas de Seat se han disparado un 14% durante los tres primeros meses del año. La compañía con sede en Martorell ha alcanzado las 117.300 unidades vendidas en el primer trimestre. Es su mejor dato desde 2001.

De seguir esta evolución, Seat volverá a cerrar un año en positivo. El pasado ejercicio logró dejar atrás los números rojos que arrastraba. Consiguió un beneficio operativo de 153 millones de euros cuando un año antes tenía pérdidas por valor de 10 millones. Y este año habrá más novedades. Llegará al mercado su segundo SUV, el Arona; y la nueva generación del Ibiza. "La paciencia ha dado resultado”, aseguró en marzo el máximo responsable del grupo Volkswagen, Matthias Müller, al hablar de cómo le va a Seat. Y eso, exactamente, es lo que está ocurriendo.