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Carlos Slim Alex Cranio

Empresas Constructoras

Slim limpia la deuda de FCC antes de desvelar su plan junto a Realia y Portland

El empresario mexicano controla el 61% de la constructora que sigue sin plan estratégico a la vista.

18 septiembre, 2016 02:18
Cristina G. Bolinches Rubén J. Lapetra

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“Creo que un líder debe combinar el valor, la inteligencia y el corazón. Hay algunos que tienen una pero les falta otra. Hay que tener las tres. También es muy importante que haga que los programas y los proyectos se ejecuten. Hacer que las cosas ocurran. No sólamente es líder el que convoca sin visión y sin objetivo. Tiene que tener la visión y el proyecto y buscar que se ejecute”. Así explicaba Carlos Slim a mediados de 2015, durante el evento México Siglo XXI, cómo es su visión del liderazgo.

Precisamente, lo que aún tiene pendiente el millonario es desvelar cuál es la visión estratégica para el futuro de FCC, qué planes tiene para la constructora de la que, desde hace meses, es su principal accionista. “Ya no hay hemorragia, se ha parado la sangría, ahora toca pensar en el negocio”, señalan fuentes próximas a la compañía. Slim pactó su entrada a finales de noviembre de 2014. Salió al rescate, junto al también multimillonario Bill Gates, de Esther Koplowitz, cuyo endeudamiento personal estuvo a punto de abocar a FCC a quedar bajo control de sus bancos acreedores.

Slim primero se hizo con el 25% de FCC a través de una ampliación de capital y se comprometió entonces a no llegar al 30% del accionariado para no tener que lanzar una oferta por el 100% (pasar de ese porcentaje obliga a hacerlo). Esa promesa cayó en saco roto. Hoy el mexicano supera el 61% del capital de FCC y sí, tuvo que lanzar una opa. ¿Qué ha hecho hasta ahora en la constructora? El mexicano se ha dedicado durante estos meses a poner orden en el endeudamiento. Ha rebajado su factura con los bancos y ha reconstruido su consejo de administración, pero le queda poner en marcha un nuevo plan de negocio.

Hacer cuentas

Reordenar la deuda del grupo no ha sido, precisamente, un proceso rápido. Ha conllevado meses. Primero, la ampliación de capital que permitió el desembarco de Slim y Gates y que permitió rebajar el pasivo. Después, en abril de este año, FCC recompró a sus bancos acreedores cerca de 400 millones de euros de deuda convertible en acciones de la sociedad. Era el denominado ‘tramo B’, el que puso contra las cuerdas a Koplowitz. Ya bajo la batuta de Slim, FCC recompró a 14 bancos (entre ellos, Santander, BBVA, Banco Popular, Banco Sabadell, Caixabank y Bankia) esos 400 millones y redujo ese tramo B hasta 120.

El siguiente movimiento, la opa. Slim no la pudo esquivar al ir aumentando su inversión y sobrepasar el 30% del accionariado. El mexicano acudió a ella, Koplowitz, no. Por eso, el magnate llegó hasta el 61%. Sin embargo, la CNMV le da aún más poder. Eleva su capacidad de control hasta el 81%. El regulador de la bolsa le cuantifica en su ‘haber’ el 20% de las acciones de Esther Koplowitz porque es él quien avala su deuda.

México Siglo XXI 2015 - Ing Carlos Slim Helú

Es semana llegó el último movimiento. La constructora amortizó de manera anticipada una emisión de bonos convertibles por valor de 414 millones de euros. Los lanzó en 2009 y tenía que arrastrarlos hasta 2020. Tras esta operación, la deuda con recurso de la constructora se queda en los 3.463 millones de euros y su deuda total roza los 4.000 millones. Esa cifra, según la agencia Bloomberg, también está en proceso de renegociación. La empresa está buscando pactar de nuevo las condiciones que rigen los préstamos, incluidas aquellas que limitan su habilidad para invertir en el negocio, según señalan a la agencia, fuentes próximas a las negociaciones.

También ha tomado el control de su consejo de administración. Es él quien marca el paso en la constructora al tener ocho de sus 15 consejeros. Uno de ellos es su sobrino, Alfonso Salem. La presidencia no ejecutiva sigue, sin embargo, en manos de Esther Alcocer Koplowitz.

Sus pasos en España

En España, Slim tiene FCC pero también Portland Valderribas y Realia. Sobre la primera ha lanzado una opa de exclusión para sacarla de bolsa. También controla el 67% de la inmobiliaria, el 37% a través de la propia FCC.   

La constructora es su piedra angular en España del cuarto hombre más rico del mundo según la revista Forbes. El mexicano de origen libanés posee una fortuna valorada en de 50.000 millones de dólares (cerca de 44.790 millones de euros). Una cifra que, además, se ha visto dañada por el desplome del valor de América Movil, la ‘teleco’ que controla. Desde septiembre de 2014, los títulos de la operadora se han hundido más de un 32%, lo que se ha traducido en un severo golpe para la fortuna del mexicano, que se ha recortado en más de 27.000 millones de dólares.

Este retroceso de América Móvil, influido por los vaivenes económicos de Brasil y México, ha tenido como derivada un paso atrás. América Móvil ya no va a cotizar más en el índice Latibex, en Madrid, y en el neoyorquino Nasdaq.

De salvador de Apple a dueño del New York Times

FCC no es la única empresa rescatada por el multimillonario mexicano. Hay otra mucho más conocida que se ha convertido hoy en el mayor imperio empresarial del mundo. Pocos recuerdan que Slim fue uno de los prestamistas e inversores que salvó de la quiebra a la tecnológica Apple en 1997, poco después del regreso de Steve Jobs a la compañía.

Slim dio su respaldo financiero junto a Bill Gates, fundador de Microsoft, con un préstamos y compra de acciones valorada en unos 225 millones en hacerse con el 3% de la empresa. Hoy esa inversión superaría los 10.000 millones de dólares.

Coincidencias del destino, Gates y Slim han vuelto a coincidir en el ‘rescate’ de FCC dos décadas después. Para el mexicano se convirtió en una inversión redonda, ya que años después, tras el despegue de Apple gracias al iPhone, Jobs le devolvió el favor y Slim se hizo con la distribución exclusiva del terminal en México. Pero quizá, la inversión más mediática -y un nuevo rescate para evitar la quiebra- es su posición como mayor accionista del diario The New York Times, donde alrededor del 18% del capital.