George Osborne, cerebro económico del Gobierno.

George Osborne, cerebro económico del Gobierno. Richard Pohle Reuters

Empresas brexit

Osborne desata una guerra fiscal para detener la fuga de empresas

Los planes de gigantes como Vodafone o HSBC obligan al Gobierno a bajar el impuesto de sociedades.

5 julio, 2016 01:05

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Se van a ir. Dijeron que lo harían y el Gobierno británico está notando cómo se tambalean los pilares de la City. Gigantes como el banco HSBC, la operadora Vodafone o la aerolínea Ryanair han expresado su rechazo a la salida de Reino Unido de la Unión Europea, al tiempo que evalúan la posibilidad de trasladar sus centros corporativos a otros países. Por tanto, el pago directo de impuestos a través de la tasa de Sociedades.

Por ese motivo, en apenas dos semanas, el ministro de Finanzas del Gobierno, George Osborne, ha pasado de alertar de subidas de impuestos en caso de ‘brexit’ y de un agujero en las finanzas públicas de 35.000 millones de libras, a promulgar una bajada de la fiscalidad, pero sólo a los beneficios empresariales. En concreto, prevé bajar del 20% al 15% el Impuesto de Sociedades con el objetivo de recordar que Reino Unido es amigable con los negocios, según una entrevista al Financial Times, propiedad del grupo nipón Nikkei.

El problema es, según los expertos, que el país se enfrenta de manera inminente a la recesión económica por el “daño irreparable” que ha causado el terremoto del ‘brexit’. “Aparte de la incertidumbre política inmediata, una pregunta clave es cómo se desarrollará la crisis económica del Brexit. Más allá de los últimos datos, en agosto veremos que el crecimiento del segundo trimestre puede salir indemne, pero el impacto a partir de entonces es probable que sea grave”, alertan los analistas de ING Financial Markets.

Efecto dominó

La inseguridad jurídica generada por el ‘brexit’ ha provocado que muchas empresas e inversores congelen sus decisiones de hacer negocios en Reino Unido. Otras compañías, incluso, a irse fuera del área libra. Esto es lo que ha provocado la reacción inmediata del Gobierno británico, aún a costa de desatar un guerra fiscal en el seno de la Unión Europea (UE).

“Lo que pasa es que grandes compañías quieren irse de Reino Unido con el HSBC Vodafone y la rebaja del impuesto de sociedades les puede hacer quedarse. Aunque disminuye la recaudación fiscal por sociedades, los directivos se mantienen y se recauda por renta de trabajo e impuestos al consumo”, explica Francisco de la Torre, experto en fiscalidad y portavoz de asuntos económicos de Ciudadanos.

El efecto dominó del ‘brexit’ parecía seguir su curso sin que nadie hiciese nada para contenerlo. Tras la espantada de los líderes del bloque antieuropeísta (Boris Johnson, Nick Farage) la papeleta ha vuelto al tejado del Gobierno de Cameron. La primera medida sería después del referéndum del encaminada a ello es la rebaja de la fiscalidad a las empresas. “Se trata de la primera propuesta seria en Reino Unido tras el ‘brexit’ y no beneficia a nadie", apunta De la Torre.

La principal consecuencia de esta medida es que te metes en una guerra fiscal con la Unión Europea y es complicado para los socios europeos no tomar 'contramedidas' si quieren salir del mercado común tendrá que aportar más pero lo que no puedo hacer es trasladar el problema de Reino Unido a la Unión Europea”, señala De la Torre.

Los expertos consideran que bajar el impuesto de sociedades obligará a subir otros como los de patrimonio, rentas del trabajo, vivienda o consumo para mantener la recaudación. Es el plan a la desesperada de Reino Unido para poder hacer frente al malestar empresarial y del mundo financiero con el ‘brexit’, pero se ha convertido en una declaración de guerra fiscal a Bruselas antes de invocar el artículo 50 para emprender la desconexión fiscal.

Con las excepciones de Malta, Chipre o Irlanda, ninguno de los grandes países europeos tiene una tasa a los beneficios empresariales tan baja. En Irlanda, que está en el 12,5%, y muy por debajo del de EEUU, del 39 %, o Alemania, del 30%. En España ha pasado desde 2014 del 30% al 25%, si bien este porcentaje no tiene en cuenta las deducciones a las que se pueden acoger las empresas. El promedio en la UE es el 22,09%, mientras que en el conjunto de la OCDE es del 24,89%.

“Iniciar una guerra fiscal antes de las negociaciones de desenganche de la UE no parece la mejor manera de que se produzca un divorcio amistoso y Reino Unido, por ejemplo, siga teniendo acceso al mercado único”, señala un analista de un banco de inversión con sede en la City. Es el gran temor de las multinacionales británicas: que la deriva del ‘brexit’ les deje fuera de la mayor economía y mercado del mundo, la suma de los miembros que conforman la Unión Europea y el Espacio Económico Común (EEC), donde también participan países como Noruega o Suiza.