Djokovic, tras su derrota en primera ronda.

Djokovic, tras su derrota en primera ronda. Efe

Tenis TENIS

Djokovic es de carne y hueso

El número uno, que defendía el título en Montecarlo, cae a la primera frente al checo Vesely, su derrota más tempranera en casi tres años.

14 abril, 2016 01:50
Montecarlo

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“Es la prueba de que nadie es imbatible”. Novak Djokovic se refugió en una evidencia para explicar su derrota en la segunda ronda del Masters 1000 de Montecarlo (4-6, 6-2 y 4-6 ante Jiri Vesely), donde iniciaba el camino hacia el gran objetivo del año (Roland Garros, el único Grand Slam que le falta) intentando defender el título de 2015.

La derrota, insospechada y reveladora, obligó a bucear profundamente para encontrar algo similar en la impecable hoja de ruta del número uno: Nole llevaba casi tres años (46 torneos, un disparate) sin caer a la primera (Madrid 2013, perdió contra el búlgaro Dimitrov) y 11 finales consecutivas en Masters 1000 (desde Shanghái 2014). En Mónaco, despedido por una pista muda de asombro en un día donde la palabra sorpresa se convirtió en tendencia, el serbio logró al perder lo más parecido a hacerse un corte para demostrar que tiene sangre roja: es un humano más.

Djokovic sólo fue Djokovic en el tramo final de la segunda manga, cuando empató el encuentro en un arranque de rabia que se llevó por delante a Vesely. El resto de la tarde, el serbio se dedicó a realizarse preguntas mientras buscaba respuestas que nunca encontró. ¿Qué me pasa? ¿Por qué no soy capaz de aguantar los intercambios desde la línea de fondo sin acabar fallando? ¿Cuándo he perdido la solidez? ¿Cuándo la voy a recuperar? ¿Me servirá mi leyenda de jugador indomable para sobrevivir con todo en contra?

Ante ese pantano de dudas del número uno, el checo levantó un dedo. Aquí estoy yo, dijo Vesely dando un paso al frente en una situación en la que cualquier otro se habría arrugado como una pasa. Sin victorias ante uno de los 10 mejores (ocho derrotas), el aspirante jugó con atrevimiento e inspiración. Ganó la primera manga con dos pulmones (el saque y el revés) que Djokovic no pudo ahogar. Al 55 mundial, de percha moderna (1,98m), le dio igual que su contrario igualase el partido. En una tercera manga rebosante de decisión, Vesely aprovechó que Nole seguía perdido parar lograr algo que le habían marcado como imposible: vencer al invencible.

“He perdido muchos partidos a lo largo de mi carrera, no es la primera vez”, reconoció el serbio ante los periodistas. “No es sencillo aceptar la derrota, pero tengo que felicitar a mi rival. Ha jugado con mucha solidez, ha sacado muy bien y ha estado tácticamente ordenado”, prosiguió sobre Vesely, que se hizo gigante frente al mal día del serbio, creciendo desde esa debilidad contraria.

“Yo… hay muy pocas cosas que pueda destacar de mi partido. He jugado muy mal”, aseguró el campeón de 11 grandes, que hace 10 días estaba celebrando el título en Miami (sobre pista dura), poniendo fin a un brillante gira por Estados Unidos en la que también ganó Indian Wells. Posiblemente, una de las causas de la derrota en su primer partido del año en arcilla.

PEAJE A TRES MESES DE LA MÁXIMA EXIGENCIA

La humanización de Djokovic la firmó Vesely, pero empezó a cocinarse mucho antes. El fatigante comienzo de 2016 del serbio (cuatro títulos, con 28 victorias y una derrota de récord) acabó provocando lo inevitable. El número uno, que pese a bajar su nivel en Indian Wells y Miami salió victorioso, pagó el esfuerzo cuando necesitó arremangarse en el albero, una superficie que exige adaptación, paciencia y fortaleza física.

“Sabía que sería duro comenzar la temporada de tierra batida de una manera correcta”, reveló Djokovic, que contó con poco tiempo para realizar una transición adecuada a la arcilla. “En realidad, tuve dos días de descanso después de todo el comienzo del año”, continuó. “He sentido bien la pelota en los entrenamientos, pero no he notado esa frescura todo el tiempo. Esto tenía que suceder en algún momento. Todo ocurre por una razón: ahora voy a tener más tiempo libre. Necesito descanso, físico y mental. Mentalmente, el tiempo de descanso me va a servir. Han sido cuatro o cinco meses duros y necesito recuperarme”, insistió Nole, que pasará un tiempo sin tocar la raqueta.

“He tenido un comienzo de temporada increíble. Sinceramente, el partido de hoy no afecta a mi preparación para los próximos torneos. Todavía tengo confianza. Aún siento que estoy jugando el mejor tenis de mi vida. Simplemente, voy a descansar. A veces, eso es lo que uno necesita”.

Djokovic entra ahora en un período de “descanso absoluto” para preparar Madrid, Roma y Roland Garros, donde volverá a intentar pegarle un bocado a la historia. Mientras, el vestuario sonríe a escondidas en Montecarlo. Por primera vez en mucho tiempo, posiblemente en años, el serbio está fuera de competición prematuramente. Eso tiene un significado evidente: la puerta está abierta para que el más listo aproveche la ocasión y se proclame campeón.