Saraya-Jade, antes de un combate de Wrestling.

Saraya-Jade, antes de un combate de Wrestling. Instagram

Otros Deportes OTROS DEPORTES

La angustia de la campeona de Wrestling tras filtrarse sus vídeos de contenido sexual

Saraya-Jade (Paige en la lucha libre) ha sido víctima de un hackeo y ha explicado a través de las redes sociales lo mal que lo ha pasado desde que fueran desveladas sus fotos y vídeos íntimos. 

28 marzo, 2017 19:12

Noticias relacionadas

Saraya-Jade Bevis (Norwich, Reino Unido, 1992), también conocida como Paige en el mundo del Wrestling, ha saltado a primera plana en las últimas semanas. Y, precisamente, no lo ha hecho por lo que a ella le gustaría. Es decir, por haber ganado algún campeonato. En Internet, aquellos que no son aficionados a la lucha libre, la han descubierto por el contenido sexual de sus vídeos y sus fotografías íntimas junto a su exnovio, el guitarrista de la banda ‘A day to remember’, Kevin Staff, y junto a otros compañeros de profesión como Xavier Woods y Brad Maddox. Pero también por su arrepentimiento estos días: “He cometido un gran error. Muy grande. Puse mis cosas en manos de personas que se aprovecharon de una chica joven hace años. Fue un error”, reconoció en sus redes sociales.


Paige, a través de Twitter y Facebook, ha querido compartir con sus seguidores cómo se ha sentido durante estos días. “Hay días en los que he querido hacerme daño físico a mí misma. No por lo que algunos dijeran de mí, sino por el sufrimiento de mi familia y mi marido, por mi error”. Y ha añadido: “Lo más duro ha sido pensar que mi marido querría dejarme por esto o que mi familia quisiera repudiarme. Pero, por suerte, ellos saben quién soy. Desafortunadamente, la gente no ve lo que hay detrás del teclado. No sólo he sido víctima de una humillación viral, sino de un bullyng cibernético”, sentenció, en referencia a sus 'trolls'. 

Paige se divierte haciéndose fotos para Instagram.

Paige se divierte haciéndose fotos para Instagram. Instagram


Hasta este incidente, circunstancial, su vida había sido completamente normal, la de una chica que tan solo quiere hacer deporte y llegar lejos. Sí, con varias parejas de por medio y las trastadas propias de cualquier joven que triunfa en su disciplina. Nada diferente a lo que había aprendido de sus padres, Julia Hamer-Bevis y Ricky Knight, también luchadores profesionales. Y también, nada distinto de lo que han hecho sus hermanos, los también luchadores Roy Bevis y Zak Frary. De ahí que ella se criara en el gimnasio, rodeada de familiares y compañeros con su misma afición.


La pequeña Saraya-Jade creció aprendiendo llaves y sin miedo a la pelea. Y, por lo tanto, desde niña insistió en ser luchadora. Así lo cuenta el documental titulado ‘The Wrestlers: fighting with my family (los luchadores: peleando con mi familia)”. En él quedó reflejada su vida y la de todos los que había a su alrededor. Y en él, también, reconoce lo mucho que le ha ayudado su deporte a afrontar con felicidad su vida.

Saraya-Jade saluda durante un combate.

Saraya-Jade saluda durante un combate. Instagram


Pero toda esta pasión por la lucha, culminada con dos campeonatos mundiales de la WWE en la categoría femenina, también incluyó muchas páginas en la prensa rosa. Su primer novio, Kevin Staff, guitarrista de ‘A day to remember’, la dejó, según hizo público en sus redes sociales, por fría y ser la peor novia del mundo. Pero, tras aquel incidente, Paige encontró la paz sentimental junto a su actual pareja, Alberto del Río, también luchador profesional. Con el que compartió la pérdida de su hermano, al que honra con un tatuaje donde se lee la letra de una canción de Johnny Cash: “If yo can read my mind, love (si puedes leer mi mente, ama)”.


Una vida, en definitiva, normal en apariencia. La propia de cualquier boxeador o boxeadora con muchos ingresos en la cuenta y una activa vida social. Pero nada comparable a lo que le ocurrió este mes de marzo. La filtración de esas fotos y esos vídeos íntimos ha estado a punto de destruirla por dentro, tal y como ha reconocido en más de una ocasión. Eso sí, lo ha afrontado con valentía, como toda su vida. Y ahora sonríe, aunque haya tenido que llorar.

Saraya-Jade saluda mientras la atienden.

Saraya-Jade saluda mientras la atienden. Instagram