Sin duda, no se puede decir que el partido contra Hungría fuese un gran encuentro de la selección española. De hecho, sufrimos de lo lindo desde casa viendo el final. Aun así, España sabe un rato de competir. Los Hispanos son todo puro corazón y ese corazón nos dio una victoria importantísima. Tenemos que seguir insistiendo, sufriendo, luchando. A veces, las cosas no vienen dadas de la mejor manera, pero si hay algo que no se puede hacer es bajar los brazos, y España de eso no sabe ni entiende. Me gusta ese poso, es de equipo campeón.

España empezó con el 5:1, como el día de Dinamarca, pero, a diferencia de la selección nórdica, Hungría tiene en el banquillo un entrenador que está familiarizado en buscar soluciones contra este tipo de defensa. Los húngaros, con los entrenadores españoles en sus clubes, nos conocen bien. Todo esto, unido a la falta de presión que tenía el equipo húngaro, ya sin opciones de entrar en semifinales, provocó que los magiares rayasen al mejor nivel que hemos podido ver durante este campeonato.

A Manolo Cadenas no le quedó otra que volver al 6:0, en donde el equipo español se encontró mucho más cómodo. Fue transcurriendo el partido y España, con altibajos, parecía controlarlo, aunque no consiguió romperlo y sufrió hasta el final. Quizás demasiado esfuerzo pensando en que este miércoles nos espera Rusia (20:30, Teledeporte) y no hay descanso de por medio.

Julen Aguinagalde intenta desmarcarse de Laszlo Nagy ante Hungría.

Julen Aguinagalde intenta desmarcarse de Laszlo Nagy ante Hungría. Maciej Kulczynski EFE

A nivel individual, me gustó mucho la lucha de Julen Aguinagalde. Independientemente de los goles que marque, el juego del equipo pasa por lo que consigue él para los compañeros. Bien secundado por Raúl Entrerríos y con Joan Cañellas mucho más participativo y tomando muchas más responsabilidades, lo cual es una buena señal para la selección.

Me gusta también la gestión de la rotación que está haciendo Manolo con la primera línea y portería, sin cargar minutos a determinados jugadores. Esto será fundamental más adelante, porque yo sí que veo clarísimamente al equipo en semifinales. Todo lo que no sea eso sería una injusticia con España. Si algo debemos tener claro es que Rusia no lo pondrá fácil.

Nuestro adversario de esta tarde está jugando muy bien y si no hubiera perdido en algún partido ajustado estaría en la lucha por las medallas. Lo mejor es que, tras el empate entre Dinamarca y Suecia, España depende de sí misma para pasar a semifinales. Una victoria le garantiza el pase ocurra lo que ocurra entre Dinamarca y Alemania.

No obstante, si se da el caso de que perdemos o empatamos contra Rusia, aún habría posibilidades de quedarnos fuera de las semifinales. Sin duda, este miércoles será un día de emociones fuertes.

*Albert Rocas ha sido dos veces campeón del mundo, medallista de bronce olímpico, subcampeón europeo y bronce mundial y continental con la selección española de balonmano.