Imagen del golpe de Mireia Belmonte

Imagen del golpe de Mireia Belmonte Twitter Javier Hernanz

Juegos Olímpicos

El moratón de Mireia Belmonte: ¿Accidente o agresión?

La nadadora tiene un hematoma en el ojo, como demuestra una foto colgada por su pareja, Javier Hernanz, en Twitter, aludiendo a "técnicas antideportivas" de una rival que podría ser su compañera barcelonesa u otra nadadora.

14 junio, 2016 18:44

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"La competitividad entre deportistas del mismo país levanta el nivel. Pero utilizar técnicas antideportivas es sancionable". El piragüista Javier Hernanz, actual pareja de Mireia Belmonte, publicó este mensaje en Twitter acompañado de una imagen en la que se puede advertir un hematoma en el ojo izquierdo de la nadadora. El golpe se habría producido el pasado sábado en el Preolímpico de la modalidad de aguas abiertas, disputado en Setúbal (Portugal). Y su autora, según apunta Mundo Deportivo, bien podría ser Erika Villaécija, o quizás otra nadadora. 

Belmonte sufrió dos golpes durante la carrera. Uno de ellos se lo habría propinado la nadadora barcelonesa, que logró la única plaza olímpica en juego para España al concluir 14ª (Mireia fue 28ª). Aunque la doble medallista en Londres 2012 no le dio importancia a la situación, ésta no le hizo ninguna gracia a su entrenador, Fred Vergnoux.

Tampoco a su novio, que no ha dudado en confirmar a través de las redes sociales que Belmonte había sufrido el golpe mostrado en la fotografía subida anteriormente. Consecuencia, en sus palabras, de los "actos antideportivos" de "una rival que cree poder utilizarlos para quitarse rivales".

La polémica está servida, aunque algún tuitero intentó destensar el ambiente mostrando a Hernanz una fotografía en la que Belmonte y Villaécija posan sonrientes, en teoría, tras la competición del sábado.

Incluso la propia Mireia Belmonte ha utilizado su cuenta en Twitter para aclarar el incidente y dejar claro que ella no ve maldad en lo ocurrido.

Lo más probable, como dice Belmonte, es que el supuesto golpe de Villaécija se diese sin intención alguna. Y es que en la natación en aguas abiertas, los competidores apenas tienen espacio para abrirse paso en la carrera. Menos aún cuando toca doblar las boyas, con roces, patadas, arañazos y demás artimañas como resultado de intentar ganar la posición.