El Centro Nacional de Golf es la sede de la federación española.

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Golf GOLF

Por qué importan las elecciones a la federación española de golf

Rafael Canomanuel, Jaime Anabitarte y Gonzaga Escauriaza, pre-candidatos de un deporte estigmatizado.

8 octubre, 2016 02:31

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El final de cada Olimpiada inicia, además de los Juegos Olímpicos, el comienzo de varias pequeñas guerras fratricidas en los reinos de taifa que son las federaciones deportivas españolas. Algunos procesos son extremadamente mediáticos por las repercusiones que los deportes de masas tienen entre jugadores, aficionados y espectadores. Otros, por el contrario, pasan absolutamente desapercibidos. ¿Y qué sucede en esos otros deportes?

El 'top five' de deportes más populares es -por este orden, según los datos oficiales de licencias federativas ofrecidos por el Consejo Superior de Deportes-: fútbol, baloncesto, caza/pesca, golf, y montaña/escalada. Aunque a alguno le parezca un dato llamativo, el golf es el cuarto deporte de nuestro país en número de licencias federativas, algo que si bien no garantiza su salud sí habla de su potencial. Y esta circunstancia, esta 'potencialidad' que no termina de tornarse en realidad, es uno de los principales asuntos que tendrá sobre la mesa el nuevo presidente que la Real Federación Española de Golf (RFEG) desde finales de este año.

De momento, tres son los candidatos, ya que Gonzaga Escauriaza se presentará a su segunda reelección y dos federados, Jaime Anabitarte y Rafael Canomanuel, han presentado públicamente su condición de pre-candidato presidencial.

¿Cómo se encuentra el golf español a día de hoy? Antes de desarrollar una respuesta global habría que plantear otra cuestión: ¿a qué golf nos referimos, al profesional/'amateur' de alto nivel o al que se juega entre amigos los fines de semana apostando unas cervezas?

Si hablamos de deporte profesional, o 'amateur' de alto nivel, se podría decir que mantiene un buen estado de salud con jugadores de renombre y emergentes en todos los circuitos profesionales internacionales masculinos y femeninos, presencia continuada en eventos internacionales por equipos (Ryder Cup, Solheim Cup, etc.), recurrentes buenas actuaciones 'amateur' tanto a nivel individual como por equipos, posibilidades reales de medallas en futuros Juegos Olímpicos, etc.

Si, por el contrario, nos referimos a golf 'amateur' de diario, la cosa cambia. Faltan jugadores, no se está consiguiendo potenciar la aparición de nuevos golfistas, se pierden federados año a año y el golf no deja de ser 'ese deporte' al que es complicado acceder y con el que es muy difícil empatizar.

Si usted juega al golf sabrá lo adictivo que es, las sensaciones que experimenta con una bola bien pegada o un putt bien tirado, las ganas que tiene de que llegue el jueves para salir a jugar unos hoyos con amigos o lo que tarda en llegar ese fin de semana en el que jugará un torneo que tiene marcado en rojo en su calendario. Si no es su caso pero sí el de un amigo o familiar, seguramente le sonará por esas batallitas que cuenta en cuanto tiene ocasión.

Los datos oficiales indican que a día de hoy unos 275.000 españoles juegan al golf (eran 338.000 en el año 2010), aunque diversos profesionales de la industria del golf apuntan a que son muchos (muchos) menos los que realmente están activos. Esta circunstancia, la continua pérdida de federados desde hace seis años y la escasa presencia de bolsas de palos en los hogares españoles, es el quid de la cuestión.

Los españoles juegan poco al golf. Una pena, teniendo en cuenta las instalaciones que dispone nuestro país y nuestro clima. ¿Motivos? Más que uno en concreto, se trataría de una combinación de varios y, según a quién se consulte, éstos varían:

-Falta de instalaciones públicas (ojo, que las hay).

-Escasez de tiempo para el ocio (concluir la jornada laboral a las 20:00 no ayuda).

-La necesidad de mucho tiempo para jugar un torneo (cinco horas en el recorrido con juego lento, más el tiempo extra antes y después, implica casi una jornada completa).

-Alto precio de instalaciones y equipos (en realidad existe material deportivo muy asequible y oportunidad de jugar en diversos campos con buena relación calidad/precio).

-Imagen de deporte aburrido, de ricos, de pijos (es la que mayoritariamente se traslada dentro nuestro país).

-Alternativas más atractivas por varios motivos (pádel, ciclismo, running, natación, etc.).

Desde la RFEG se han realizado en los últimos años diversas acciones para tratar de remediar esta realidad pero, a día de hoy, y con los números en la mano, con escaso éxito. La gran duda es si será posible revertir la tendencia ¿Puede España ser un país de golfistas como lo es, por ejemplo, Suecia? Ojo, que los suecos tienen un centenar más de campos de golf que nosotros, casi nos doblan en jugadores y tienen mucha más nieve en sus campos durante más tiempo.

Esta y otras cuestiones se han planteado desde golfindustria.es, el portal de los profesionales de la industria del golf, a los dos pre-candidatos a la presidencia de la RFEG, Jaime Anabitarte y Rafael Canomanuel. Dieciocho preguntas a cada uno, mismo cuestionario para ambos, en cuyas respuestas tanto Anabitarte como Canomanuel plantean ideas, opiniones y propuestas acerca de cómo ven la complicada situación actual del golf en nuestro país. 

Repasando sus respuestas se observan coincidencias en puntos, como el ancho margen de mejora del golf en España, la mejora de la comunicación a la población de las virtudes del golf, el desarrollo de acciones realmente efectivas para desprender al golf de su aura de elitismo, la necesidad de aumentar el número de jugadores -así como de retención de los actuales federados-, las dudas sobre las repercusiones del golf olímpico... Mientras, difieren en aspectos como la idoneidad del número de campos de golf que actualmente presenta nuestro país, la necesidad de volver a presentar candidatura para ser sede de la Ryder Cup, el papel de las federaciones territoriales y la transparencia en la gestión histórica de la RFEG, entre otros.

Por otro lado, unas semanas después de ambas entrevistas, tanto Rafael Canomanuel como Jaime Anabitarte presentaron sus programas electorales; puedes leer el primero aquí y el segundo, aquí. Tanto uno como otro plantean un buen número de acciones, alguna quizá revolucionaria teniendo en cuenta los planteamientos actuales, que bien gestionadas podrían ser los primeros pasos hacia un nuevo tipo de gestión del golf en nuestro país.

Quien celebre la entrada de 2017 como presidente de la Real Federación Española de Golf, ya sea Escauriaza, Anabitarte, Canomanuel o algún otro candidato que surja en las próximas semanas, tendrá ante sí un importante encargo: establecer una estrategia efectiva para que en España los españoles jueguen al golf y que lo consideren una alternativa deportiva más. Si consigue reconducir la gran nave del golf patrio habrá dado, sin duda, el golpe de su vida.

*Alejandro Nagy es director de golfindustria.es