Los jugadores del Madrid celebran un gol ante el Granada.

Los jugadores del Madrid celebran un gol ante el Granada. EFE

1ª División LIGA SANTANDER

Este Madrid es una apisonadora

Golea sin despeinarse al Granada (5-0). Otra gran primera mitad dejó sentenciado un encuentro muy desigual. El técnico francés dividió esfuerzos, dando descanso a los jugadores más cargados.

7 enero, 2017 14:47
Madrid

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¡Cómo será el Madrid cuando juegue a algo! Sin jugar a nada, como dicen sus críticos, golea y golea y gana y gana. Esta vez le tocó al Granada aguantar la furia de un Madrid en estado de gracia. Fueron los blancos una apisonadora completando otro gran partido, con una destacada primera parte. A la media hora de juego ya ganaban 4-0 y finiquitó un partido ultrafácil, donde el Granada apenas apareció y quedó empequeñecido por un Madrid que goza de un brillante estado de forma. Los de Zidane quedan más reforzados y llevan a 39 su racha de partidos de imbatibilidad. [Narración y estadísticas: Real Madrid 5-0 Granada]

Disfrutó el Bernabéu porque el Madrid, como entidad, organizó una fiesta que mitigara la mala hora del partido, en mitad de los aperitivos y la comida del sábado. Sacó a Cristiano antes del partido a que se llevara un homenaje de leyenda. Llamó el club a los otros jugadores (vivos, claro) que ganaron el Balón de Oro militando en el Madrid: Raymond Kopa, Michael Owen, Luis Figo, Ronaldo Nazario y Zinedine Zidane. Todos ellos pisaron el césped para aplaudir el cuarto Balón de Oro de Cristiano. En las pantallas, Kaká y Cannavaro. Además, el estadio se engalanó con cartulinas doradas para formar un mosaico lleno del color en el que se ha bañado el jugador portugués en 2016. Y todavía le queda el 'The Best', el premio que este lunes la FIFA le entregará, con votos de capitanes y seleccionadores.

Con esa fiesta, arrancó un partido que desde el primer toque se sabía que iba a acabar en goleada. Estaba el encuentro destinado a ello, por la necesidad del Madrid de seguir encarrilando la liga, torneo prioritario esta temporada, y por la infinita diferencia entre unos y otros. El Granada, que solo ha ganado un partido de 17, demostró porque está tan abajo y tan hundido. Necesitará otro milagro de esos que les llegaron los últimos años para salvarse.

Quiso Zidane seguir con las rotaciones y no premiar a James a pesar de su buen partido de Copa ante el Sevilla. Sacó a Isco en su lugar, además de Benzema y Cristiano, que volvieron a la normalidad. Al colombiano le dio la segunda parte, mitad en la que descansó Kroos. Demuestra pues el francés que tiene estudiada la planificación deportiva y la búsqueda del necesario descanso para llegar perfectos al tramo decisivo de la temporada. Y, claro, otra vez le salió bien. Al francés le sale siempre bien todo. Su equipo bordó el fútbol y sacó en conclusión algo muy positivo para el Madrid: con los titulares o suplentes, veteranos o noveles, el equipo funciona. Golea, gana fácil y juega bien. Y tener suplentes de nivel y titulares enchufados da mucho a un equipo que tal y como pinta no debe tirar ni una competición y soñar ya con su primer triplete.

Arrancó Isco la juerga en el Bernabéu. Se quedó en el minuto 10 mano a mano ante Ochoa, tras un buen pase de Benzema, y el malagueño superó al meta mexicano por debajo de las piernas. Nueve minutos después llegaría el gol de Karim, en fuera de juego. Disparó Modric desde la frontal del área y Ochoa despejó mal, al centro. Allí estaba el delantero francés para empujar el balón. Más tarde marcaba Cristiano, que lógicamente no podía irse de vacío en el que había sido su día de festejos. Ronaldo cabeceó a metro y medio de la portería un perfecto centro de Marcelo, que demostró otra vez su influencia en el juego. Ya cuando llegaba el reloj a la media hora de juego, Isco redondeó su gran actuación con su segundo gol de la mañana/tarde, brindado por un Modric genial, midiendo el juego como nadie.

¡Hasta Casemiro marcó!

Quedó pues la segunda parte para uso y disfrute de los jugadores, para alargar la agonía de un horrible Granada y para ver algunas cosas curiosas. Por ejemplo, el primer gol de Casemiro en la temporada. El brasileño se encontró con un balón en el segundo palo tras una falta escorada y casi sin querer metió el esférico dentro de la portería. Es tal la coralidad del Madrid que solo queda Coentrao por marcar esta temporada. El portugués jugó, dando algunos minutos de descanso a Marcelo, pero que marque, ya es a día de hoy pedir peras al olmo. También se vio a Cristiano cediendo una falta que lanzó James y que por un centímetro no entró por la escuadra regalando el gol del partido. Pero sobre todo se volvió a ver al Madrid sólido que aguanta 90 minutos enchufado. Y esa es una novedad de este 2017, porque en el pasado año, ya fueran ganando, goleando, empatando o perdiendo, había muchos minutos (generalmente de la segunda parte) en los que se electrocutaba, cedía el balón y varias veces le costaba un susto. Eso ya no pasa.

Fue otro partido redondo de un Madrid portentoso, que ejerció de favorito más que nunca y que sigue en una idílica situación en la que todo es maravilloso y en la que alegría invade las cuatro esquinas del Bernabéu. Queda ahora lo más difícil, mantenerse y demostrar que esta racha de juego (al margen de resultados, que ahora también acompañan) durará muchos. Porque el día que al Madrid le de por jugar algo, que tiemblen todos. Ahora, sin jugar a nada, golea sin compasión.