Miguel de las Cuevas durante el partido en el Santiago Bernabéu.

Miguel de las Cuevas durante el partido en el Santiago Bernabéu. EFE

1ª División Liga Santander

Miguel de las Cuevas: “Ya me gustaría a mí estar en la piel del Atleti y pasarlo así de mal”

Entrevista con el jugador de Osasuna previa al partido contra el Atlético:  “En Osasuna siempre hemos vivido situaciones límite” / “Hace un año tuve una operación de corazón y no sabía si volvería a jugar” / "En Italia no llaman viejo a un jugador de 32 o 33 años"

26 noviembre, 2016 02:17

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Miguel de las Cuevas (Alicante, 1986) titularía su vida con una sentencia tan sencilla como recomendable: “Hay que vivir el presente”. Al fin y al cabo, él se considera una persona de lo más normal. Le gusta comer pasta, viajar si no tiene partido y visitar Alicante –donde se quedaría a vivir sin pensárselo dos veces–. Es a la conclusión que llega cuando peina 30, recuerda goles pasados –sobre todo, aquel que le metió al Madrid en el Bernabéu–, a maestros pretéritos –Preciado y Nano– y no se olvida de las ‘broncas’ que le han caído, como aquella vez en que llegó tarde a un entrenamiento. Ahora, con el objetivo de la permanencia y un sueño por cumplir, meter el gol de la permanencia, este estilista del cuero recibe a EL ESPAÑOL antes de enfrentarse al Atlético de Madrid.


– Tras este inicio de temporada dubitativo, ¿cómo está el equipo?


– Bueno, no nos hemos aclimatado bien a la categoría y nos hemos dejado muchos puntos por el camino en partidos que podríamos haber ganado. Eso lo notamos ahora y, después de empezar mal las primeras jornadas, pues llevamos el peso de los puntos no conseguidos. Pero bueno, estamos con la idea de revertir la situación cuanto antes, tenemos entrenador nuevo y muchas ganas de conseguir una victoria en casa, que todavía no lo hemos hecho.


– Imagino que con 30 años y después de pasar por varios clubes ya no le sorprende nada. Pero, ¿cómo ha vivido usted en particular esta situación, con el cambio de entrenador? Veo que en Twitter le da las gracias a Enrique Martín por todo lo conseguido.


– Forma parte del fútbol y al final son los resultados los que mandan. Cuando pasan las jornadas y el equipo no gana, el primero que lo paga es el entrenador. El club veía que necesitábamos un cambio, ha llegado Joaquín, y trataremos de adaptarnos lo antes posible. Además, después de estar dos años con Enrique, ahora hay que intentar hacer lo que nos pide Caparrós lo antes posible. Personalmente, guardo un buen recuerdo de Martín. No es fácil lo que hizo. Cuando llegó, el equipo estaba muy mal, pero lo salvó y, al año siguiente, conseguimos el ascenso. Tiene mucho mérito lo que logró y por ello le doy las gracias.


– ¿Qué es lo que ha cambiado Joaquín Caparrós con su llegada?


– Él ha llegado con muchas ganas y mucha energía positiva para salir de ahí abajo. De momento, hemos cambiado el sistema de juego. Con Enrique llevábamos dos años jugando con cinco atrás y, ahora, con Joaquín, jugamos con cuatro. Nos tenemos que habituar a ese cambio lo antes posible porque la competición lo exige. Esperemos que a final de temporada podamos lograr la permanencia.


– ¿Qué les dijo Joaquín Caparrós nada más llegar?


– Que el equipo ya había pasado las jornadas necesarias para aclimatarse y que tenemos jugadores de Primera, en referencia a la gente joven que todavía no ha debutado. Y, bueno, que tenemos que competir mejor y estar los 90 minutos concentrados. Que no podemos estar ni un minuto distraídos porque en Primera lo pagas. La diferencia es que, mientras en Segunda, quizás, puedes tener algún despiste porque son más permisivos, en Primera hay más intensidad y no puedes perder nada.

Joaquín Caparrós como técnico de Osasuna.

Joaquín Caparrós como técnico de Osasuna. EFE


– ¿Tienen asumido que la tónica de esta temporada va a ser vivir al límite?


– Forma parte del ADN del club. En Osasuna, por la trayectoria y la historia que tiene, siempre hemos vivido situaciones límites. Durante los años que estuve aquí en Primera, siempre estuvimos peleando por no bajar. Al final, aprendes a vivir con ello y a estar abajo toda la temporada. Pero, en realidad, no importa si ahora estamos en descenso, lo importante es no estar en esa zona el último mes. Por tanto, paso a paso. Tenemos que intentar hacer las cosas lo mejor posible e ir sumando puntos.


– Perdóneme la broma fácil. ¿Qué es más peligroso: correr los Sanfermines o luchar por el descenso?


– [Risas] No me he planteado correr los Sanfermines, así que debe ser complicado. Como para todo en esta vida, hay que ser profesional tanto para correr como para competir. Aquí no se mete cualquiera a correr los Sanfermines. El que lo hace es porque es un profesional de eso. O vas contentillo de la fiesta anterior o no te pones a correr delante de un toro [risas].


– Volviendo al fútbol. Cualquier equipo pasa, en muchas ocasiones, del cielo a la tierra en pocas jornadas. ¿Cómo lleva esa bipolaridad intrínseca del deporte?


– Al final convives con ello. La temporada es larga y, como he dicho, cuando hay que estar fuera del descenso es en las últimas jornadas. Por mi experiencia, es verdad que cuanto antes hagas los deberes menos vas a sufrir. Pero todos los años vemos que, salvo los de arriba (Madrid, Barcelona, Sevilla, Atlético…), el resto no estamos salvados. Por tanto, hay que sumar puntos para llegar a las dos últimas jornadas con opciones de lograr la permanencia.


– Aun así, imagino que con su edad se relativiza uno poco esa bipolaridad. ¿No todo es blanco o negro, verdad?


– Así es. Ni antes éramos tan buenos ni ahora tan malos. El equipo del año pasado ascendió con una plantilla muy joven y cuando nadie daba un duro por nosotros. Por tanto, hay que vivir el presente. Sabemos que estamos en Primera y cuando ganemos, tenemos que saber ganar; y ante cualquier derrota, debemos pensar en el siguiente partido. Pero sin volvernos locos. Porque lo peor que te puede pasar es entrar en una espiral negativa. Y entonces ya no sales de ahí.


– Además, cuando alguien ha tenido algún problema, como le ocurrió a usted cuando le detectaron una anomalía en el corazón, todo pasa a un segundo plano…


– Es verdad que cuando te metes en la competición te olvidas de todo. En el momento en el que las cosas no van bien estás caliente. Pero luego llegas a casa, te paras a pensar y, la verdad, tengo que dar gracias por jugar al fútbol en Primera. Al final, hace más o menos un año, tuve una operación de corazón y no sabía si iba a poder volver a jugar. Y, aunque está claro que la calentura del partido la vas a tener, porque al final, si eres un jugador profesional, la tienes, también es verdad que luego te paras a pensar y piensas que hay cosas mucho más importantes. Si pierdes un partido, no pasa nada, la próxima semana hay otro.


– Y hay cosas que importan más que una derrota.


– Está claro. La salud, las lesiones… Eso es lo más importante. No tanto el fútbol. De poco te sirve estar en Primera División, por ejemplo, si tienes el cruzado roto. Para mí lo más importante es estar sano y a partir de ahí disfrutar del fútbol.


– Siguiendo con la bipolaridad del fútbol. El Atlético de Madrid lo ha pasado mal en este último mes.


– Si te soy sincero, los que lo hemos pasado mal somos nosotros. Ya me gustaría a mí estar en la piel del Atlético de Madrid y pasarlo mal. Yo creo que se le ha dado también mucha importancia y mucho bombo a eso. A lo mejor no han ganado los partidos que pensaban que podían sacar y se han descolgado un poco de la Liga, pero están compitiendo con el Madrid y el Barcelona. Y al final, cada fallo se nota. Pero no veo que el Atlético esté en un mal momento. Ni mucho menos. Tiene jugadores para estar donde quiera. Y en Champions, el otro día, lo demostraron.

El Madrid marca un gol en el Calderón.

El Madrid marca un gol en el Calderón. Reuters


– ¿Se ha acostumbrado el Atlético a ganar y ha perdido de vista de dónde venía antes de que llegaran los éxitos?


– Sí, yo tuve la suerte de jugar allí hace tiempo. Entonces, el Atlético era uno de los grandes por su afición y su historia. Y éramos un buen equipo, pero no teníamos la regularidad que han conseguido ahora. Nosotros podíamos ganar contra cualquiera, pero también perder. Pero al final los equipos grandes son los que ganan cada partido y siguen teniendo hambre, los que se juegan la vida en cada partido. Y yo creo que el Cholo ha conseguido que sea así.


– Por los valores que transmite el Cholo: esfuerzo, trabajo… ¿Se considera cholista?


– Sí. No lo conozco y no puedo opinar de cómo trabaja o cómo trata a sus jugadores, pero los resultados están ahí. Desde que llegó, el Atlético es otro equipo. No hay mejor argumentación que esa. Es un gran entrenador y lo demuestra cada día.


– ¿Es el cholismo también una filosofía de vida?


– Sí, como decía Enrique Martín cada vez que venía a entrenar: ‘Vamos a ver qué comemos hoy y veremos qué cenamos esta noche’. Es una frase que nos decía siempre. Hay que vivir el presente porque nadie sabe lo que puede pasar dentro de una hora. Y en el fútbol y en la vida es así.

Simeone, en el banquillo del Vicente Calderón.

Simeone, en el banquillo del Vicente Calderón. Reuters


– Se dice muchas veces que en España sólo se valoran las victorias y no el esfuerzo que hay detrás, aunque no se lleguen a conseguir los resultados. ¿Está de acuerdo?


– Yo he estado en Italia y allí no llaman viejo a un jugador de 32 o 33 años. Allí se les tiene más respeto y más admiración. Y en España, por ejemplo, la gente criticaba a Raúl en sus últimos tiempos en el Madrid. Pero en Italia son incapaces de hacer eso con Del Piero, con Totti, con Buffon y tantos otros. En España, cuando el Madrid no gana dos partidos, la afición se pone nerviosa. Y hay que comprender que son personas. Yo creo que sí que hay más presión aquí…


– Una presión que también usted ha sentido en sus propias carnes. ¿Con qué se queda de lo vivido?


– Sobre todo, contento por mi trayectoria y con los partidos jugados en Primera. Es posible que esta temporada llegue a 200. Ya veremos si lo consigo, pero cuando era pequeño jamás me lo podría haber imaginado. Después de pasar lesiones graves, como cuando estuve en el Atlético, donde estuve año y medio sin jugar, y luego con la operación de corazón… Y también me quedo con el ascenso del año pasado. Creo que la temporada pasada recuperamos esa comunión entre afición y equipo. Lo vivido fue increíble. Y esta temporada la grada está con nosotros.


– Imagino que también se queda con lo vivido en el Calderón, en El Molinón y El Sadar. ¡Vaya tres estadios para jugar!


– Sí, la verdad que tuve la suerte de debutar en el Calderón, con una afición de las mejores de España, aunque tuviera que sufrir una operación muy dura. Luego llegué a Gijón, donde viví momentos inolvidables, ganando en el Bernabéu y jugando en El Molinón. Y aquí en Pamplona he estado dos etapas. Volví, y soy muy feliz en Pamplona. Aquí se vive muy bien y la gente te respeta. ¡Y El Sadar es una pasada! Al final, he tenido la suerte de estar en tres equipos históricos de la Liga.


– Tres estadios en los que jamás se imaginó estar cuando era pequeño. ¿Qué le diría ahora, con 30 años, al Miguel de las Cuevas que comenzó a jugar al fútbol?


– Que disfrute del momento, que no piense en lo que va a pasar el año que viene. Cuando eres joven tienes demasiados pajaritos en la cabeza y no valoras el estar entrenando en buenas instalaciones, el estar todos los fines de semana jugando en campos magníficos. Habría estado más pendiente de algunas cosas de las que ahora estoy y quizás antes no.

Miguel de las Cuevas durante la celebración del ascenso.

Miguel de las Cuevas durante la celebración del ascenso.