La esperanza se llama Nolito

La esperanza se llama Nolito

Eurocopa

La esperanza se llama Nolito

A sus 29 años, la consolidación del futbolista gaditano es la noticia más ilusionante de una selección criticada que continúa la renovación emprendida tras el último Mundial.

2 junio, 2016 01:00

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España lleva dos amistosos preparatorios para la Eurocopa. Contra Bosnia, en la delantera, jugaron Nolito y Aduriz. Contra Corea, este miércoles, Nolito y Morata. El jugador gaditano ha metido un par de goles en cada partido. Recuperado de la lesión que frenó su espectacular progresión en Navidades, el todavía futbolista del Celta apunta a titular fijo en la Eurocopa y es, además, la única incorporación que ilusiona sin reservas a la afición en una selección todavía a medio renovar. Además de lastrada por cierta abulia en sus partidos del último año y el amargo recuerdo del Mundial (2014) que despertó al país de un sueño maravilloso de cuatro años.

Pese a sus 29 años, la regeneración de la 'Roja' pasa por un futbolista netamente ofensivo (lo hace bien de extremo, de mediapunta, de segundo delantero), que mezcla bien con todos, como titulaba recientemente el diario Marca. La temporada pasada fue el jugador que más ocasiones generó en la Liga BBVA; estuvo entre los cinco mejores rematadores y entre los cinco mejores asistentes. Este año, pese a la lesión que le marcó de enero a abril (se recuperaba y recaía, todo ello después de haber estado prácticamente fichado por el Barcelona), ha marcado 12 goles.

Un 'late bloomer'

Manuel Agudo Durán (Nolito) es cualquier cosa menos una estrella precoz. Llegó a debutar en el primer equipo del Barcelona (2010), pero a finales de esa temporada emigró a Lisboa. En el Benfica tuvo un arranque espectacular; después la luz se le fue apagando progresivamente. Año y medio después recalaba en un club mucho más modesto, el Granada, donde la titularidad le sirvió para remontar humildemente y ser fichado por el Celta a finales de la temporada 2012/13. 

Nolito, en un lance del partido contra Corea.

Nolito, en un lance del partido contra Corea. Efe

En el club vigués (con Luis Enrique como entrenador), volvió a despuntar. Sus dos últimas campañas en Galicia han sido fabulosas. En un equipo repleto de talento combinativo, Nolito es el jugador imprevisible. Mezcla bien con todos, trabaja como los menos dotados y ha recuperado el instinto goleador que le llevó a debutar en el Barça (que ahora le quiere recuperar) de la mano de Guardiola. Imaginativo y encarador, igual de hábil en el regate que en el pase filtrado, Nolito encarna el desparpajo y la creatividad en una selección a la que se le terminó el arte de tanto usarlo, y cuyo técnico va perdiendo el inmenso crédito que acumuló entre 2010 y 2014.

Antídoto para el tedio

Desde que fue llamado por Del Bosque la primera vez (noviembre de 2014), el celtiña es fijo en las convocatorias. Su peculiar trayectoria le ha vacunado contra el cansancio psicológico que persigue a la selección ("es peor la saturación de partidos que la física", advirtió hace días el seleccionador). En un equipo que muchas veces adolece de empuje y rebelión, Nolito es el antídoto contra la desgana y el tedio.

Nunca ha jugado en campeonatos oficiales con la 'Roja'. El pasado domingo, cuando metió sus primeros goles contra Bosnia, la dedicatoria fue la de un jovencito recién llegado: "Son para mi abuelo, que para mí ha sido mi padre. Ya no está con nosotros, pero es quien desde que yo era pequeño siempre apostó por mí. Se lo merece más que nadie".

Las dudas de Del Bosque en la delantera ya sólo estriban en saber quién acompañará a un futbolista que hace tres años pensó que jamás llegaría a la cima, y hoy tiene el hambre intacta. Una mezcla de pasión y experiencia que no abunda en una selección que ante Corea, al menos, recuperó buenas sensaciones.