Los jugadores del Alavés celebran su histórica final copera.

Los jugadores del Alavés celebran su histórica final copera. Vincent West Reuters

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Edgar clasifica al Alavés para la primera final copera de su historia

Un gol suyo en el minuto 82 sirvió para superar al Celta (1-0) y convertirse en el rival del Barça en la final del próximo 27 de mayo.

8 febrero, 2017 23:19

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Edgar Méndez metió al Alavés en la primera final de Copa del Rey de su historia al anotar el gol del triunfo ante el Celta (1-0) en la recta final del choque de vuelta de semifinales. El conjunto vitoriano se clasificó a su segunda final, después de que llegara a la de la Copa de la UEFA hace 16 años. Una gran segunda mitad, en la que el equipo vasco puso más sobre el césped, le abrió las puertas del partido por el título contra el Barcelona tras el empate a cero del duelo de ida.

El Alavés salió con fuerza en los primeros minutos y dio el primer aviso en el 4, pero Toquero no consiguió rematar en el área pequeña un envío de Ibai que se coló entre la zaga con habilidad. El Celta se estiró en un par de ocasiones y en el minuto 10 Fernando Pacheco desbarató una gran ocasión de Iago Aspas, que recogió un pase de Hugo Mallo y logró rematar por abajo al segundo palo, pero la estirada del guardameta albiazul impidió el primer gol gallego.

Tras la salida en tromba del Deportivo Alavés, el conjunto del "Toto" Berizzo se asentó en el terreno de juego y creó problemas a los locales con su presión, a la vez que llevó el murmullo a la grada cada vez que se aproximó a la frontal del área alavesista. Otra buena ocasión para los locales la generó Ibai Gómez (min. 19), que estuvo cerca de abrir el marcador al lanzar una falta, pero el disparo se fue rozando una escuadra de la meta de Sergio.

Iago Aspas, en el 26, recogió un mal despeje del marroquí Zou Feddal y desde fuera del área, en una posición escorada, buscó superar a Pacheco por arriba, pero el remate se fue por poco por encima de la portería. Posteriormente, el envite entró en un momento de letargo en el que ninguno de los contendientes creó peligro en sus intervenciones y llegó al tiempo de descanso con un justo empate a cero.

Edgar celebra su trascendental gol.

Edgar celebra su trascendental gol. Vincent West Reuters

En la reanudación, el Alavés volvió a repetir la salida que tuvo al comienzo del partido, cuando metió atrás al Celta con un fuerte arranque, aunque los gallegos lograron frenar el ímpetu de los locales. A pesar de todo, el Alavés creó peligro en torno al minuto 60 con tres saques de esquina consecutivos lanzados por Ibai, que estuvo cerca de convertir un gol olímpico.

En el 64, Deyverson se internó por la banda izquierda y su centro, rechazado por la zaga celtiña, le llegó a los pies a Ibai, que tuvo mucho tiempo para golpear desde la frontal del área, pero Sergio realizó un gran despeje. El delantero carioca tuvo una nueva oportunidad en la jugada posterior al ser habilitado por Camarasa, pero no pudo dirigir su lanzamiento entre los tres palos.

Fueron momentos en los que el Alavés, espoleado por los cánticos de sus seguidores, se acercó con mayor claridad a la meta gallega, sobre todo por la banda izquierda, y desactivó los ataques del plantel vigués. Los de Berizzo lo intentaron en el 76 con un balón colgado por Radoja que cabeceó Wass muy al centro y atrapó Pacheco con comodidad.

Mauricio Pellegrino dio entrada a Édgar Méndez en lugar de un trabajador Toquero y el primer balón que tocó el futbolista albiazul fue para poner el 1-0 en el marcador, tras recoger el balón en el área y superar a Sergio tras un recorte a la defensa celtiña.

El técnico del Celta hizo saltar al campo a Guidetti y Rossi en un intento desesperado de conseguir el empate, pero el Alavés se mostró sólido y la zaga local rechazó los intentos de disparo de los jugadores gallegos. Méndez cayó lesionado en los seis minutos de tiempo añadido que dio el colegiado, Mateu Lahoz, y aunque el Celta colgó varios balones, no pudo lanzar a puerta.

En la recta final, Camarasa pudo sentenciar en un contraataque, pero el meta visitante volvió a desbaratar una ocasión vitoriana, lo que no impidió que el Alavés se metiera en su primera final de Copa en 96 años de historia.