Para superar la gloria histórica del Real Madrid en Europa hay que agregar, desde este domingo, el número de Copas de Europa de su inmediato perseguidor -el Milán con 7- y el número de Copas de Europa del inmediato perseguidor de éste -D. Paco Gento con 6-, guarismos ante los cuales sólo resta a los adversarios del club agachar la cerviz, hacer mutis por el foro o ensayar un reconocimiento histórico a la figura de Zidane, que es lo que uno de los dos principales medios deportivos catalanes hace este domingo de modo insólito (el otro titula a cinco columnas “Valverde da el OK a Bellerín”, frase que los aficionados madridistas presentes en Cardiff convirtieron en cántico futbolero en su celebración por las calles de la capital galesa. Lo juro: “Valverde da el OK a Bellerín / Valverde da el OK a Bellerín / Valverde da el OK / Valverde da el Ok / Valverde da el OK a Bellerín” con la melodía de “Alé Real Madrid, Alé Alé”. En contra de lo que rezan los clásicos consejos de escapistas y criminales del arte, inténtenlo en sus casas).

Doce son las razones, ni una más ni una menos, por las que el Real Madrid vuelve a conquistar el mundo. Dirán algunos de ustedes que qué coincidencia. A mí que me registren porque no van a encontrar nada salvo una bufanda de la nueva Peña Madridista de Cardiff y una enorme curiosidad, algo malsana, por saber qué van a decir ahora tantos y tantos, la verdad.

1. El Madrid tiene la mejor plantilla de su historia, probablemente. Es sabido que esto se ha logrado (o eso hemos leído hasta la extenuación) a pesar de que el club carece de rumbo deportivo y su presidente es un desastre a quien sólo le preocupan las croquetas del palco.

2. El Madrid ha sabido gestionar de manera enormemente inteligente el tramo final de la carrera de su gran estrella. Era una patata caliente que solventada con tal grado de éxito que se ha convertido en clave indiscutible en el logro de Liga y Champions. Su entrenador, Zinedine Zidane, ha obrado el milagro de convencer al astro de la necesidad de reservarse para el tramo final.

3. Es un equipo que aborrece el dogmatismo. Juega como corresponde en cada momento, aunque se ha consagrado como libro de estilo el trato exquisito al balón en el medio campo sin que ello implique un abuso de la pausa.


4. En línea con la anterior, el equipo ha cimentado sobre sus extraordinarios centrocampistas la base de este soberbio quehacer. Es, más que nunca, y pese a la brillantez de otras líneas, el Madrid de los centrocampistas.


5. De igual forma que ha sabido gestionar el tramo final de la carrera de su gran estrella (y decimos “tramo final” a sabiendas de que puede ser un declive lentísimo y prolongado, casi imperceptible), ha manejado con sabiduría la condición física de su segunda gran estrella en el momento decisivo de la temporada, haciendo oídos sordos a las polémicas. Nuevamente, Zinedine Zidane ha sido crucial en este apartado.

6. Isco. Merece capítulo aparte. Se ha consagrado como uno de los más grandes centrocampistas creativos del planeta.

7. Modric. Merece capítulo aparte. Es el jugador mainstream de culto, si cabe la paradoja. En el futuro, la gente hablará de Cristiano vs. Messi como se habla hoy de Beatles vs. Stones. De igual forma que hay quien se decanta por el atinado esnobismo de coronar a The Kinks, en el futuro existirá una raza sabia y minoritaria que decretará que el mejor era Luka.

8. Kroos. Merece capítulo aparte. Debería prohibirse el uso del manido tópico “fiabilidad germana” para referirse a él, aunque entiendo que hay que sustituirlo por otra cosa y es difícil. ¿Qué sintagma alternativo puede reflejar fielmente su granítica eficacia?

9. Lo de Karim en el Calderón. Como título. Como epígrafe. Como modo de vida.

10. Casemiro o la irrupción del tótem defensivo. Todo equipo que marca una época (este Madrid ya lo ha hecho, este Madrid ya es hegemónico) cuenta en sus filas con un jugador así. No todos, empero, la pegan desde su casa no ya para entrar en la Historia, sino para que la Historia entre en ellos como Vilallonga entraba en la fiesta de Audrey Hepburn en Breakfast at Tiffanys.

11. Los dos mejores laterales del mundo, uno para cada banda y los dos para la misma causa, que es la causa que coloca a esta plantilla en la leyenda, sin más.

12. El mal llamado equipo B, que debería ser rebautizado como C de club o P de Porvenir. Nacho. Kovacic. Lucas Vázquez. Morata. Y por supuesto la gran joya: Asensio, que hasta hace poco dormía suspirando ante pósters de Raúl y hoy marca goles en finales de Champions. Nunca un rey de Europa estuvo tan lleno del sueño americano.


Y lo mejor es que esto no ha hecho más que empezar.