Keylor Navas y Ramos celebran la victoria.

Keylor Navas y Ramos celebran la victoria. Reuters

Champions League CHAMPIONS LEAGUE

Una jugada mágica de Benzema rompe el sueño del Atlético y manda al Real Madrid a Cardiff

Un gol de Isco, previa exquisitez de Karim, clasifica a los de Zidane para la final de la Champions (2-1). Los rojiblancos se pusieron 2-0 en el minuto 15 y rozaron la proeza. 

10 mayo, 2017 22:53
Madrid

Noticias relacionadas

La historia se escribe con sufrimiento. La Copa de Europa no regala nada. Ni con un 3-0 se puede vivir tranquilo. Era el último trago europeo del Calderón y la cita era para siempre. Y bien que se recordará. Lo tuvo cerquísima el Atlético, lo rozó, pero el Madrid, como tantas veces en su historia, dio el golpe mortal. Ganaron los de Zidane, dieron la cara los de Simeone. A Cardiff van los blancos. [Narración y estadísticas: Atlético de Madrid 2-1 Real Madrid]

A Gales va el Madrid porque aguantó el chaparrón más duro de los que han tenido toda la temporada y porque apareció Benzema con una jugada que ya es historia del Madrid. Sus requiebros y regates por la banda quedaran como la diferencia entre el Atlético y el Madrid. Unos fueron con el corazón y otros sacaron la calidad.

Le salió todo bien al Atlético en unos primeros 15 minutos mágicos, imperiales e intensísimos en los que se encontró con un 2-0 que ni en sus mejores sueños habría planeado. Al primer cuarto de hora solo le quedaba un gol para empatar la eliminatoria y obrar la que hubiera sido la remontada más grande de todos los tiempos. 

Con un ritmo frenético y un Calderón excitadísimo, del que se contagiaron los jugadores de Simeone, que llevaron la intensidad al máximo, un portentoso cabezazo de Saúl (le cubrió mal Cristiano) a saque de esquina de Koke puso el 1-0 en el minuto 12. El Atlético se lo creyó y el Madrid se arrugó. Cuatro minutos después de la primera traca, llegó la segunda. Y ahi el Calderón explotó. Torres se internó en el área y Varane pecó de novato. Le metió el pie y el delantero se fue al suelo. El colegiado Çakir, que se tuvo que emplear en una primera parte caliente y dura, pitó penalti. Griezmann lo anotó. Un 2-0 que hacía temblar la lógica del fútbol.

Fue entonces cuando al Madrid, que se la había puesto cara de PSG en esos primeros minutos, se puso el traje de Real. Y ahí ganó la eliminatoria. Cogió el balón, lo amasó, lo tocó y tranquilizó el encuentro. No tuvo muchas ocasiones, pero había acabado con el ímpetu del Atlético, que amenaza con propagarse. Siguió el 2-0, que ni mucho menos era malo para el Atlético, hasta que llegó la jugada clave, la que marcó todo y la que vale una final de Champions.

Benzema cogió el balón a metro y medio de la línea de fondo. Estaba en la banda izquierda. Con un movimiento de cadera, mareó a Godín y Savic y se los llevó a la línea de fondo, donde hizo otro recorte donde apenas había hueco, volviéndoles locos por segunda vez. Se 'comió' también a Giménez, al que dejó atrás, y le brindó el balón a Kroos, que remató bien, pero paró Oblak. Llegó Isco y aprovechó el rechace. Era el gol que da al Madrid el pase a Cardiff. Y era la jugada del año.

La transformación de Benzema en Butragueño (es idéntica a la que Emilio hizo ante el Cádiz), dio al Madrid la clasificación a su segunda final de Champions. El Calderón asistió de la manera más cruel a su eliminación europea. Porque había hecho lo más difícil, tenía al Madrid en coma, había marcado dos goles a los 15 minutos y el ambiente estaba para la mayor de las gestas. Pero apareció el tan criticado Benzema para arreglar una mala temporada. Pudo más la calidad que el corazón. Karim borró nueve meses en cinco segundos y pasó a la historia. Su jugada será ya patrimonio madridista y quedará como una de las más determinantes de la historia del Madrid.

Y con esa exquisitez se acabó todo. Quedaba toda una mitad, pero el Atlético tenía que meter tres goles. Poder podía (había metido dos en 15') pero las fuerzas no llegaban. Las físicas y las psicológicas. El golpe fue muy duro. Los rojiblancos cayeron de pie, pero de una forma cruel.

La segunda parte quedó para que Isco y Modric pudieran dejar algunos toques de calidad por el centro del campo ya libres del énfasis rojiblanco. También para que Keylor Navas pudiera salir con buen sabor de boca. El meta 'tico' había fallado en el penalti de Griezmann (fue al centro, fácil de parar) y más tarde sacó dos remates seguidos que, con ya todo decidido, no tuvo relevancia. En esos segundos 45 minutos solo el Madrid podía perder algo, como un jugador para Cardiff. Cerca estuvo Ramos, al que el Calderón le buscó y por poco no picó. Estará en la final.

Segunda final consecutiva para un Madrid que se hizo más humano y que bajó al barro para conseguir el histórico pase. Desde 1960 no llegaba a dos finales seguidas de Copa de Europa y por eso lo que ha hecho Zidane es todavía más gigante. Sufrió, y mucho, en el Calderón, pero aguantó, vivió de la calidad y se dio el gusto de cerrar el estadio rojiblanco en Europa con un pase al mejor partido del año. El Atleti cayó de pie, pero murió. Por los errores de la id, que pesó mucho a la larga. El derbi del Calderón, para el Atlético. El europeo, para el Madrid.