Fernando Torres celebra un gol durante el partido.

Fernando Torres celebra un gol durante el partido. EFE

Fútbol Atlético de Madrid

¡Hasta siempre, Vicente Calderón!

El estadio del Manzanares cierra sus puertas en un partido que congregó a leyendas rojiblancas y a un equipo de estrellas internacionales. El resultado (4-5) fue lo de menos. 

28 mayo, 2017 20:37

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El 7 de mayo de 1966 cayeron “algunas gotitas” -según recogió la prensa- y el Atlético, casi sin querer, despidió el Metropolitano. Meses después, el 2 de octubre, se inauguró el estadio del Manzanares. Pasados 51 años desde aquello, los colchoneros se vuelven a mudar. La próxima temporada, jugarán en el Wanda. Antes, sin embargo, dijeron adiós a su casa, el Vicente Calderón. Y lo hicieron, aunque pueda parecer extraño, con tres partidos en los que no salió el sol. En ninguno de ellos. Contra el Madrid, en Champions, bajo un chaparrón, con la cabeza bien alta; ante el Athletic, en Liga, con un cielo encapotado a punto de explotar; y este domingo, entre nubarrones -esto no es una licencia poética-, en un partido entre leyendas rojiblancas e internacionales. Y con una derrota (4-5), pero eso es lo de menos.


Tres encuentros para recoger a todo el mundo. A los habituales, a los abonados, contra el Athletic, entre lágrimas. Y a los no recurrentes: abuelos, padres, hijos, nietos… A todos los que no gozan de carné Atlético, pero sí de sentimiento, este domingo. Ellos fueron los encargados de decir adiós, de proclamar el hasta siempre en un último réquiem catalogado por el club como 'final de leyenda'. En primera instancia, con la patrulla Águila pintando los colores rojilbancos sobre el cielo de Madrid.


El adiós quiso venir desde el cielo, entre paracaidistas colchoneros que entraron al Calderón desde arriba para volver a dejar patente ese lema de hacer “posible lo imposible”. Sobre el césped, ya a las 18:00 horas, presentados, coincidían leyendas de hoy y de siempre: Quique Seitén, Perea, Salinas, Gabi, Fernando Torres, Saúl, Futre… Y, al otro lado, en el equipo internacional: Ronaldinho, Seedorf, Higuita….


El réquiem, sin embargo, caminó por la senda habitual. Marcó Torres y quiso recordar a Kiko con el gesto del arquero. Suyo fue el primer tanto. Después vendrían los de Pedro, De la Sagra y Pedraza. Y, por parte del equipo internacional, Higuita, Yarmolenko, Canniggia y Cuauhtémoc Blanco (2). Simples anécdotas de una historia demasiado extensa. De 51 años de lágrimas -de alegría y de derrota-, de victorias, de remontadas… En definitiva, de fútbol.


En total, en el último partido, 51.023 espectadores. Lleno absoluto. Quizás, el mejor patrimonio del club. El único. Porque el resto va y viene. Los jugadores, los estadios, las rachas de resultados, los entrenadores… Todo. Pero hay algo que siempre permanece, los aficionados. Eso y el pasado, inviolable en cualquier faceta de la vida. Con Manuel Briñas, descubridor de Torres, sobre el césped, y el ‘Niño’ hablando de estos últimos días y de los que vendrán. De los abuelos, esos que deciden por primera vez acercar a un niño al estadio, de los padres, que siguen el camino, y de los hijos. Del presente, del pretérito y del futuro.


“Hoy enterramos los recuerdos”, sentenció Torres. Pero muchos continuarán el legado. Será en otro lugar, en una casa más grande -quizá con menos encanto, eso está por confirmar-, pero con la misma pintura. Será la próxima temporada. Hasta entonces, lo único que queda, como dijo alguien una vez, es dar las gracias al Calderón por estos 51 años tan bien llevados. Al fin y al cabo, lo que se quiere nunca se olvida. Y estos momentos permanecerán eternamente en la memoria de todos. ¡Hasta siempre!