Villar y Blatter, tras la reelección del suizo en mayo. / Getty Images

Villar y Blatter, tras la reelección del suizo en mayo. / Getty Images

Fútbol

La comodidad del segundo plano

Ángel María Villar asume el control del Comité Ejecutivo de la UEFA como vicepresidente primero y no como presidente interino. Un gesto fiel a su costumbre hacia el poder, hacia Michel Platini.

16 octubre, 2015 01:49

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No es Ángel María Villar amigo de los focos. Más bien les tiene fobia. La teoría del silencio siempre le ha ganado buenos réditos. Ya saben, aquello de siéntate a esperar y... Desde que el FIFA Gate saliera a la luz el pasado mes de mayo, el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF) ha decidido quedarse en un segunda plano, trabajar en la sombra. Por qué iba a ser diferente esta vez.

Villar es el vicepresidente primero de la UEFA y como tal ejerció de maestro de ceremonias en la reunión del Comité Ejecutivo de la UEFA que dio el apoyo unánime de las 54 federaciones nacionales que lo integran a Michel Platini. Ojo, vicepresidente primero, que no presidente interino. Villar asume, pero no reemplaza. La diferencia puede parecer mínima, pero no lo es.

INVESTIGACIÓN DE LA COMISIÓN ÉTICA

La carrera del español se ha caracterizado siempre por el apoyo incondicional, por su capacidad para hacer lobby. Primero con Blatter, después con Platini. No le fue mal entonces, no debería irle mal ahora. De hecho, Gianni Infantino, secretario general y cara visible de la UEFA tras su reunión en la sede de Nyón, insistió en que no hay nada contra el directivo español, nada que pueda acechar su actual posición. Ni siquiera esa investigación de la Comisión Ética de la FIFA tras la negativa de Villar a prestar declaración por las elecciones de las sedes de los Mundiales de Rusia 2018 y Qatar 2022.

Ángel María Villar se mueve bien en el segundo plano, en la sombra. Desde sus comienzos en la Asociación de Futbolistas, de la que llegó a ser vicepresidente. Desde que llegó por primera vez a la presidencia de la RFEF allá por 1988 sustituyendo a José Luis Roca. Desde su aterrizaje en la UEFA en 1992 o su llegada a la FIFA en el año 2000. Una escalada sin límites, quizás incluso sin objetivos en los momentos iniciales, pero que hoy día le han posicionado como candidato a todos los cargos.

APOYOS EN SUDAMÉRICA

Sus conocimientos del medio y, sobre todo, sus apoyos en Europa y, especialmente, en Sudamérica hacen del vizcaíno un personaje fuerte dentro del fútbol mundial, lo que, contrariamente a lo que puede parecer hoy día, es un problema. Tal condición le sitúa de un modo u otro, quiera o no, inmerso en las investigaciones del FBI y de la Fiscalía suiza por todas las tramas de corrupción que asolan el fútbol. Tampoco ayuda que su hijo, Gorka, secretario general de la CONMEBOL, haya sido cuestionado por suspuestos intentos de extorsión a ocho clubes uruguayos en el marco de otra investigación por corrupción.

Además, al dirigente español se le abre otro frente en su propio terreno. Presidente de la RFEF desde 1988, en 2016 tiene la obligación de realizar elecciones a la presidencia. Unos comicios que en principio se han planificado para los primeros días del año, anunciándolo el 2 de enero y con fecha de celebración no después de la primera quincena de febrero. Votación en la que, presumiblemente, sí encontrará oposición, no como en las anteriores, pues esta vez tanto el Consejo Superior de Deportes como la Liga de Fútbol Profesional y diversos clubes de Primera y Segunda División estarían detrás de una candidatura por el cambio contraria a los intereses de Villar. Algo que podría alterar sus planes, pues nadie puede optar a las presidencias de UEFA o FIFA sin ser tener la poltrona de su propia federación.