Los protocolos, según el Atlético de Madrid, no fallaron. Los agentes de seguridad, tal como reconoce la Policía Nacional, hicieron su trabajo correctamente. Sin embargo, lo cierto es que los 3.000 aficionados del Benfica que visitaron el Vicente Calderón se sentaron en el fondo norte con siete bengalas. ¿Resultado? Tras el gol de Gaitán, en el minuto 36, las encendieron y las tiraron desde lo alto. Por suerte, tan solo hubo un niño de dos años herido sin consecuencias graves.

Los dispositivos de seguridad y el club seguirán haciendo su papel durante los próximos días para tranquilizar a las aficiones, máxime cuando el visitante del domingo es el Real Madrid. Sin embargo, por mucho empeño que pongan, los controles fallaron el pasado miércoles. Al menos en los accesos por donde entraron los ultras del equipo portugués y, desde luego, tampoco por donde pasa la prensa. ¿La prueba? Si usted es periodista sabe que le van a quitar el tapón de su botella –salvo que lo esconda en el bolsillo–, pero también que puede acceder con un explosivo en su mochila porque, por regla general, nadie mira lo que hay dentro.

El Atlético de Madrid tiene asumido que pagará el error. La UEFA, que evaluó los incidentes tras el partido, redactó un informe para remitírselo al Comité Disciplinario, que procederá a abrirle expediente al club y decidirá si finalmente decreta el cierre parcial de la grada o bien opta por multar a la entidad.

Todo esto, a pocos días de celebrarse el derbi, ocupa los esfuerzos de gran parte del club, empeñado en que no vuelva a ocurrir nada el domingo. Cuentan con la ayuda del CSD. Su presidente, Miguel Cardenal, así lo hacía saber este jueves: “Es extraordinariamente grave lo que ocurrió y tendrá una respuesta a la altura del desafío que supone. Quiero transmitir a la afición española el compromiso inequívoco sin excepciones de convertir los estadios en entornos agradables donde se pueda disfrutar junto a la familia”.

Ante el Real Madrid se reforzarán aún más los controles de seguridad y se pondrá especial hincapié en los cacheos a la entrada del recinto –todavía se desconoce la cifra oficial de agentes destinados a la causa–. El objetivo es evitar otro accidente en los aledaños del Calderón, donde ya en 2014, en el Manzanares, a escasos metros del estadio, un hincha del Dépor falleció tras una pelea a campo abierto con miembros del Frente Atlético.

Tras aquel incidente, cuyo proceso judicial sigue en marcha, el Atlético intensificó los controles y anunció que no se dejaría entrar jamás al Frente a los partidos. Eso, al menos, es lo que se expuso ante los micrófonos. La realidad es que los radicales han seguido entrando, aunque desde esta temporada se someten a una identificación biométrica; es decir, el club tiene registrada su huella dactilar, que es la que les identifica en los accesos y les permite entrar en el Calderón.

Precedentes para Atlético, Madrid y Barça

En 2008, la UEFA sancionó al Atlético con un partido a puerta cerrada (se cumplió contra el PSV) por los altercados entre los aficionados franceses, que empezaron a tirar sillas ante los insultos de la afición rival, y la policía, que los redujo con la porra en la mano. El Barcelona tuvo que pagar 110.000 euros por el comportamiento de sus aficionados en la final de la Supercopa de Europa de 2011 contra el Oporto (los radicales lanzaron bengalas al terreno de juego). Y el Real Madrid, en 2014, tuvo que cerrar los sectores 120 y 122 por las banderas de simbología nazi exhibidas contra el Bayern, además de pagar 10.000 euros.

Mismas sanciones en el resto de Europa

En 2013, Nápoles (25.000 euros) y Olympique de Marsella (18.000) fueron sancionados por los altercados entre sus aficiones y por el lanzamiento de bengalas. El Galatasaray, la misma temporada, fue multado con 100.000 euros por el inicio tardío del partido, bengalas y altercados. Son dos ejemplos, pero la hemeroteca tiene infinitos castigos que podrían ser ejecutados por la UEFA en relación a los incidentes provocados por los portugueses el pasado miércoles en el Calderón. Hasta entonces, lo único seguro es que se reforzarán los controles de cara al derbi de este domingo.