Robert Gesink celebra la victoria en la cima del Aubisque.

Robert Gesink celebra la victoria en la cima del Aubisque. Efe

Ciclismo

Gesink gana en el Aubisque y Nairo mantiene la diferencia sobre Froome

La lucha por el maillot rojo entre el colombiano y el anglokeniano sigue exactamente igual después de la etapa reina de la Vuelta.

3 septiembre, 2016 18:25

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Resulta cuanto menos paradójico que, con todo lo que ha pasado en la etapa de hoy, lo más importante que es la pelea por la victoria en esta Vuelta a España se quede exactamente tal y como estaba. Se podría decir que el Aubisque, en ese sentido, no ha decidido nada. Pero si miramos la clasificación entre los 10 primeros antes y después de esta etapa, la realidad cambia de forma radical. [Así hemos contado la decimocuarta etapa]

Porque la lógica decía que Alejandro Valverde debía ir perdiendo fuelle a medida que pasaran los días. E incluso entraba en las cuentas que fuese precisamente hoy cuando mostrara debilidades frente al resto de hombres fuertes. Pero que se deje 11 minutos en la cima del puerto pirenaico probablemente no lo podría haber vaticinado nadie. El que durante estas dos semanas había sido tercero en discordia de esta Vuelta se ha quedado fuera de cualquier tipo de opción en la general. Ahora ya no hay bicefalia ni objetivos secundarios que valgan. [Así está la clasificación general]

Su lugar en el tercer peldaño del podio lo va a ocupar Esteban Chaves y cuarto se pone un Simon Yates que ha arrancado desde el Col de la Marie Blanque, a 40 kilómetros de meta y culminando una jugada táctica magistral de Orica. El joven británico ha dejado los cinco minutos de retraso que llevaba con la numerosísima fuga de 41 corredores en apenas unos segundos.

Su lugar en el cajón lo va a ocupar un Esteban Chaves que tiene lo justo, pero lo da en cada etapa. Y además, con inteligencia. Desde luego, lo de Orica ha sido una jugada táctica magistral. Meter a tres ciclistas con potencia rodadora en la fuga, para que aguantasen lo posible en el numerosísimo grupo de 41 corredores que se ha escapado antes del primer puerto. Un Col de Inharpu –el nombre original es Ahusky, como lo llaman los habitantes de la zona- que ha sido todo un descubrimiento por su carretera estrecha y descarnada sobre un desfiladero de los que dan vértigo.

El caso es que ya en el Marie Blanque, a 40 de meta, Simon Yates ha salido del grupo de favoritos que comandaban a ratos entre Sky y Movistar y ha empezado a recortar distancias con los restos de la numerosa fuga, ayudado por los tres compañeros que se dejaron caer desde delante.

Ahora Orica tiene a tercero y cuarto en la general, sin duda merecido premio a su pericia táctica. Mientras por delante la selección natural seguía reduciendo la escapada al mínimo, los favoritos han comenzado el Aubisque mandados por Castroviejo. Cuando él se ha quitado, el grupo ha ocupado todo el ancho de la carretera. No había nadie que tirase, porque Valverde no estaba en ese grupo. Ante la vigilancia de los favoritos, los segundos espadas han saltado hacia adelante buscando ese podio como los tiburones cuando huelen la sangre. Talansky, Samuel Sánchez, Astana para Scarponi, König… una sucesión de ataques a la espera de que llegase el de verdad. El de Nairo. O el de Froome.

Y finalmente ha sido el colombiano quien ha abierto fuego. Ni que decir tiene que cada ataque suyo traía una respuesta de Froome, que con más o menos facilidad iba llegando a todas. Una vez, dos, tres… hasta seis intentos ha sujetado. En un momento de vigilancia, Chaves ha salido del grupo tras recuperar unos metros perdidos y le ha valido para entrar al podio. Contador lo ha intentado, pero Nairo no le ha dejado ese espacio: “Me cuesta seguir su cambio y el de Froome”, ha reconocido el madrileño, que ahora es sexto y primer español. Hoy no se ha dejado mucho, pero que no está al nivel de los dos mejores es evidente.

Mientras tanto, a Yates le iban a faltar un par de kilómetros para dar caza a Robert Gesink. El neerlandés resarce a Lotto NL-Jumbo con esta victoria de etapa tras perder a Kruijswijk en el –en teoría- intranscendente día de Lugo por culpa de un bolardo sin señalizar. Ya estuvo a punto en los Lagos, pero la lucha entra la gente de la general terminó llevándoselo por delante: “Esto es muy especial, porque tuve un año muy duro en el que nada me salía bien. Me caí en Suiza y no pude hacer el Tour. Llevaba tiempo queriendo participar en una grande con el objetivo de ganar etapas”. Gesink asumió el peso durante toda la subida, e hizo un último kilómetro bestial sentando a los que entonces eran sus únicos acompañantes, Kenny Elissonde y Egor Silin.

Nairo y Froome han entrado a meta completamente juntos. Ni siquiera un segundo ha podido picar el colombiano, que mantiene los 54 que tenía esta mañana: “Lo cierto es que está muy fuerte. Chaves y Yates han confirmado que Orica va a ser el gran outsider que hará a los aficionados ver ciclismo en esta tercera semana. Y Valverde también ha puesto de manifiesto lo que un día iba a ocurrir: “Hasta aquí he llegado”.