CICLISMO

El Tour de Francia ya no da tantos beneficios

La gran ronda francesa presenta el recorrido de su edición 2016 entre comentarios por la renuncia de Londres a acogerla en 2017.

Imagen promocional del Tour 2016.

Imagen promocional del Tour 2016. Reuters París

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¿Cuánto cuesta hospedar la salida de un Tour de Francia? Depende, esencialmente, de la estrategia de ASO, organizadora de la carrera ciclista más importante del mundo. En 2007, la conocida como Grand Départ le supuso a Londres “algo más de 7 millones de libras”, según contó su alcalde en aquella época, Ken Livngstone, en The Cycling Podcast. “Fueron 1,5 para ASO en concepto de tarifa, y lo demás fue para logística”. ¿A cambio de qué? De unos días de espectáculo que paraliza la ciudad, a la par que atrae una gran inversión a la misma y la expone a los 190 países donde se retransmite el evento. Estos beneficios, tangibles e intangibles, se cifran en un concepto llamado “Retorno de Inversión”, más conocido por sus siglas inglesas, ROI.

“90 millones de libras” fue el ROI recogido por Londres en esos dos días de competición, según Livingstone. “Fue una ganga”, se jactaba. Era un momento particular en el cual el negocio del ciclismo estaba descubriendo un filón en el mercado anglosajón tras haberse abierto con éxito al estadounidense mediante Lance Armstrong; al Tour de Francia le interesaba salir desde Londres. Era un momento particular en el cual Londres se preparaba para acoger los Juegos Olímpicos de 2012 e iniciaba una potente campaña para animar a sus habitantes a desplazarse por la ciudad en bicicleta; a Londres le interesaba acoger la salida del Tour de Francia.

Años de auge

Lo que empezó como una campaña se convirtió en furor espoleado por el surgimiento de un súper equipo auspiciado por una de las empresas más conocidas y ricas del país, Team Sky, y de tres campeones como Mark Cavendish, Bradley Wiggins y Chris Froome. “Pensábamos salir de nuevo de Inglatera en 2017 ó 2018”, contaba el máximo responsable del Tour de Francia, Christian Prudhomme, “pero cuando apareció Wiggins supimos que debíamos volver incluso antes”. La irrupción del ciclista mod, ganador del maillot amarillo en 2012, provocó que entre Londres y el condado de Yorkshire juntaran 26 millones de libras para acoger la Grand Départ de 2014. El ROI aproximado fue de 102. Tan contentas quedaron las autoridades turísticas de Yorkshire con la experiencia que encargaron a ASO la creación de una carrera de tres días por la región, que debutó el pasado mes de mayo, y su intercesión ante la UCI para celebrar unos Campeonatos del Mundo.

Por el camino, la Grand Départ se había revalorizado en 19 millones de libras, unos 25 millones de euros. En total, los ingresos del Tour de Francia ascienden (según la embajada de Francia en Madrid) a 150. ASO no ofrece cifras oficiales de 2007, cuando situaron sus ingresos en 100 millones de euros desglosados en “aproximadamente” 50 de derechos televisivos, 40 de patrocinios y 10 por la venta de las salidas y llegadas. Así, es comprensible por qué seis de las últimas nueve ediciones de la prueba han empezado fuera de Francia: la venta de la Grand Départ a ciudades extranjeras supone solventar de un plumazo gran parte del negocio necesario para mantener en marcha el espectáculo, que según las cifras de 2007 cuesta 100 millones de euros. Para completar el panorama, tres datos: la Grand Départ de 2016 le costará a la región gala de La Manche sólo 2 millones de euros, mientras que según el portal económico BFM Business el coste medio de la salida de una etapa para un municipio francés es de 60.000 euros y el de la llegada 100.000 euros.

Presentación del Tour de Francia 2016.

Presentación del Tour de Francia 2016. Reuters París

Sin embargo, los números se tambalean en el momento en que nadie los paga. Es lo que sucede con la Grand Départ de 2017. Ésta iba a ser acogida de nuevo por la ciudad de Londres, pero cuando el trato estaba prácticamente cerrado el actual alcalde, Boris Johnson, dio un paso atrás. El motivo: los 35 millones de libras, casi 48 millones de euros, solicitado por ASO según el propio Johnson. “Es demasiado. No voy a gastar ese dinero en un evento que traerá unos beneficios efímeros pudiendo invertirlo en proyectos a largo plazo”. Gran parte de los costes hubieran sido absorbidos por Transports for London, la entidad de transportes municipal encargada, entre otros aspectos, de construir los carriles-bici que pretenden vertebrar la ciudad.

Ante este contratiempo de última hora, el Tour de Francia ha encontrado una tabla de salvación en la ciudad alemana de Dusseldorf, que podría conseguir por fin el espectáculo por el que lleva pujando una década. Es también una decisión conveniente para ASO desde el punto de vista estratégico: Alemania es un potente mercado que se enamoró del ciclismo en la época de Jan Ullrich, se desencantó al final de la pasada década por el dopaje y ha vuelto en los últimos años gracias a los éxitos de sus ciclistas, que renovaron el interés por el Tour de la televisión pública ARD.

El consistorio de Dusseldorf, cuya vicealcaldesa, Klaudia Zepuntke, tiene un hijo corriendo en el equipo Cannondale-Garmin, votará sobre la Grand Départ el próximo 5 de noviembre. Esperan un ROI de aproximadamente 82 millones de euros. Les costará sólo 11.

Un recorrido para escaladores en 2016

Este martes se presentó en París el recorrido del próximo Tour de Francia. Se puede hablar de una ruta esencialmente montañosa, con 28 puertos de segunda categoría o superior, incluyendo clásicos como Tourmalet, Joux Plane, Forclaz o Puy Mary. Sólo habrá cuatro finales en alto, tres menos que este año, con el icónico Mont Ventoux como plato fuerte en el Día de la Bastilla. Habrá una jornada con salida desde la localidad ilerdense de Viella, travesía por las cumbres pirenaicas y culminación en Ordino Arcalís. Andorra acogerá así un final de etapa, un día de descanso y una salida; otro tanto hará una semana más tarde Suiza, para conmemorar el quinto centenario del Tratado de Friburgo que rubricó la paz entre el país helvético y su vecino galo. Completan el grueso del recorrido la habitual ración de etapas llanas con posibilidad de abanicos y seguridad de esprint masivo, varias jornadas de media montaña o final en cota y dos contrarrelojes inusualmente quebradas y tardías localizadas en el 13º y 18º día de competición.

Para el vigente campeón de la gran ronda francesa, Chris Froome, éste es un recorrido que “pondrá a prueba todas las facetas del ciclista”. El anglokeniano de Sky se mostró optimista y no vaciló en calificar la ruta propuesta como “adaptada a mis características”. Pese a la presencia de estrellas como el veloz alemán André Greipel, el esprínter británico Mark Cavendish o los locales Thibaut Pinot, Romain Bardet y Nacer Bouhanni, destacaron las ausencias del ganador del Tour 2014, Vincenzo Nibali, y de los dos hombres que acompañaron a Froome en el podio de París este año, Alejandro Valverde y Nairo Quintana. Tampoco estuvo Alberto Contador, que en una entrevista publicada el lunes en El País insistió en que el próximo podría ser su “último Tour”, aunque “no es seguro al 100%”.