El ministro Íñigo Méndez de Vigo durante su lectura en el Congreso de los Diputados.

El ministro Íñigo Méndez de Vigo durante su lectura en el Congreso de los Diputados. Efe

Libros lectura en la cámara

El libro que distrae a Méndez de Vigo de las palabras de Irene Montero en la moción de censura

El ministro de Educación, Cultura y Deporte y portavoz del Gobierno decide retirar la atención del Congreso, para leer a su mentor y los pleitos legales a los que se enfrentó Cervantes.

13 junio, 2017 18:37

El portavoz del Gobierno y ministro de Educación, Cultura y Deporte ha sido de los pocos diputados del PP que no ha usado su teléfono móvil durante la comparecencia de Irene Montero, portavoz de Podemos, en la moción de censura presentada contra Mariano Rajoy. Íñigo Méndez de Vigo ha preferido abrir un libro a escuchar a la diputada, que no ha logrado apartarlo de su lectura.

La atención del ministro recaía sobre un ensayo dedicado a las andanzas jurídicas en la vida de Miguel de Cervantes. Su autor es Luis María Cazorla Prieto, y su mejor discípulo lo ha convertido en el escritor de moda del día. Es Académico de Número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, doctor en Derecho, catedrático de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad Rey Juan Carlos, abogado del Estado, Letrado de las Cortes Generales, secretario general del Consejo de Administración de Bolsas y Mercados Españoles. Y amigo personal del barón Claret, tal y como reconoce Cazorla a este periódico.

“El ministro de Educación, Cultura y Deporte es discípulo mío. Yo le preparé para letrado de las Cortes y cuando ingresó [en 1981] fui su primer jefe. Propuse su nombramiento como director de Relaciones Interparlamentarias de las Cortes Generales. Ahí empieza su carrera política”, recuerda el letrado. Méndez de Vigo tenía 26 años.

Tiene una relación personal con él “tan singular, que no soy objetivo al hablar de él”. Pero le describe como una persona muy “grata y agradable”, “buen jurista”. “Es un hombre que siempre habla muy bien. Le recuerdo cantando los temas y siempre fue un hombre brillante, de verbo fácil. Es una persona muy culta y tiene muchos resortes. Su intensa vida cultural le favorece la buena oratoria”, reconoce el autor de La oratoria parlamentaria (publicada en Espasa-Calpe, en 1986).

Pleitos literarios

“Creo que con carácter general, la oratoria no ha cambiado mucho. Ahora es menos solemne y algo menos respetuosa, pero en esencia la oratoria es la misma que en los ochenta. También se han perdido ciertos hábitos de respeto con el contrario”, comenta el autor de Cervantes y el trasfondo jurídico del Quijote (Thomson Reuters), libro dado a conocer hoy por el ministro de Educación, Cultura y Deporte.

Tal y como comenta su autor es “una nueva perspectiva de las aventuras de Alonso Quijano y de su creador, Miguel de Cervantes”. “Puede ayudar a que el abogado en ejercicio comprenda, cultive y esgrima una aplicación del Derecho rica, flexible y más atenta a fórmulas de fondo justas que a imposiciones rígidas", añade.

“En el Quijote incluye muchos pasajes de contenido jurídico: testamento, matrimonio, derecho penal, etc. Describo los momentos en los que Cervantes se topa con el derecho, con abogados malos. Elogia mucho el oficio de las armas frente al oficio de las letras, entendido este por leguleyos, abogados de poca categoría. Él tiene experiencias desafortunadas. Su vida estuvo trufada de peripecias jurídicas”, cuenta a EL ESPAÑOL el autor, primer letrado de las Cortes en 1977. Cazorla cuenta que Cervantes ensalza en su obra la labor del soldado y del militar. “Entiende al soldado como un ser sacrificado por ideales. Rechaza a los abogados burócratas”.