Una visitante frente a la obra de Picasso Cráneo de cabra, botella y vela, en el Museo Reina Sofía.

Una visitante frente a la obra de Picasso Cráneo de cabra, botella y vela, en el Museo Reina Sofía. EFE

Arte ¿dónde está el aparato intelectual?

El Reina Sofía ignora a sus científicos

Sólo una conservadora de los 16 que componen el cuerpo de conservadores del museo español ha comisariado una exposición temporal. Ni siquiera la dedicada al 'Guernica', de Picasso. El director ha organizado diez. 

4 abril, 2017 02:28

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Dos museos en España disfrutan de una independencia y autonomía que no tiene ninguna otra institución: el Museo Nacional del Prado y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. La Biblioteca Nacional también ha estrenado ley propia y estatutos que le facilitan la gestión de sus fondos. La renovación de la cúpula directiva del Prado abre una grieta elocuente entre ambos centros: la pinacoteca nacional cuenta con una “cantera” muy potente como para renovarse y defender su proyecto, gracias a un aparato científico defendido y alentado por el anterior director, Miguel Zugaza.

Miguel Falomir ha tomado las riendas intelectuales del museo, después de 20 años dedicado al estudio y la investigación de la pintura renacentista italiana de los fondos del museo. El nombramiento no fue realizado por concurso de Buenas Prácticas, sino por consentimiento del Consejo de Ministros y a propuesta de una comisión del Patronato del propio Prado. Director y adjunto a la dirección han salido del propio equipo.

Zugaza permitió a los conservadores desarrollar proyectos ambiciosos, cosa que antes no sucedía. Era muy difícil, porque había mucha desconfianza entre el director y los conservadores

“Zugaza permitió a los conservadores desarrollar proyectos ambiciosos, cosa que antes no sucedía. Era muy difícil, porque había mucha desconfianza entre el director y los conservadores. Una de las claves del éxito de Zugaza fue no entrar a competir con los conservadores. Y a partir de ahí, el talento de cada uno ha podido brillar en el panorama nacional e internacional”, explicaba Famolir a este periódico en entrevista.

Sin agentes externos

La clave del éxito para fortalecer el aparato científico del museo estuvo en reforzar la confianza y el autoestima. Falomir es el primer director salido de la “cantera” del Prado, desde la gestión de Francisco Sánchez Cantón (1960-1968), y las grandes exposiciones temporales que propone el museo siempre son ideas made in home. El Bosco, por Pilar Silva; Metapintura, Javier Portús; Georges de La Tour, por Andrés Úbeda; La belleza cautiva, por Manuela Mena; Goya en Madrid, Manuela Mena; El Greco y la pintura moderna, Javier Barón. Cuando la propuesta es una colaboración con un museo extranjero, el comisariado se comparte con el jefe de departamento correspondiente.

Hoy, en el Prado, es inconcebible, o extraña excepción, una exposición dedicada a un pintor de referencia de la pinacoteca comisariada por un agente externo y no por uno de sus 12 conservadores.

¿Cuántos conservadores hay trabajando en el Museo Reina Sofía? La institución dedicada al arte español contemporáneo cuenta con 16, cuatro más que el Prado

¿Cuántos conservadores hay trabajando en el Museo Reina Sofía? La institución dedicada al arte español contemporáneo cuenta con 16, cuatro más que el Prado, tal y como confirma el gabinete de comunicación a este periódico. Sin embargo, los conservadores no son los responsables de las ideas y ni siquiera aparecen en el organigrama de la web. Ni rastro de alguno del cuerpo científico. De hecho, la única alusión a “colecciones” sólo aparece el “registro de obras de arte” y “restauración”

Desde el museo facilitan algunas exposiciones comisariadas por conservadores de la casa: María Blanchard, por María José Salazar, una exposición que se pudo ver en la sede principal y en la Fundación Marcelino Botín de Santander, en 2012. También señalan a Carmen Fernández y Belén Díaz como comisarias de la muestra de Elena Asins. Fragmentos de la memoria, de 2011, pero el comisario fue Manuel Borja-Villel y ellas fueron “asistentes” 

Los vanguardistas ignorados

Otro ejemplo de ostracismo es Miró último (1963-1983): La experiencia de mirar, comisariado por Carmen Fernández y Belén Galán, hace tres años. Es la muestra del museo que más éxito tiene… sólo en el extranjero. Nunca ha sido montada en la sede principal y no hay una exposición dedicada a Miró desde hace 20 años. 

No es el único artista de vanguardia ignorado en el museo: hasta la exposición que se inaugura ahora, Piedad y terror en Picasso. El camino a Guernica, no había noticias del pintor malagueño desde Las grandes series (de 2001). Lo más llamativo de la muestra que se inaugura ahora es que los creadores de la investigación no son conservadores del Museo Reina Sofía. La idea es del matrimonio anglosajón Timothy Clark y Anne Wagner, a pesar de que Paloma Esteban es la conservadora responsable de Picasso. 

De la misma manera que sería imposible pensar que una muestra dedicada a Las Meninas no fuera conducida por el conservador Javier Portús, es muy llamativo que Paloma Esteban, especialista en Picasso, no plantee la visión del cuadro estrella de la casa

“La cantera aquí está presente”, contesta Manuel Borja-Villel a este periódico en rueda de prensa al preguntarle por qué no se ha pensado en los conservadores del Reina Sofía para el proyecto expositivo de la obra de arte más importante del museo. De la misma manera que sería imposible pensar que una muestra dedicada a Las Meninas no fuera conducida por el conservador Javier Portús, es muy llamativo que Paloma Esteban, especialista en Picasso, no plantee la visión del cuadro estrella de la casa. Borja-Villel explica que Rosario Peiró, su mano derecha y jefa de colecciones, ha participado en la muestra. Es la responsable de reunir las obras que pidieron los comisarios.

El privilegio del comisariado es una suerte dedicada a los subdirectores de Manuel Borja-Villel o a su jefa de colecciones. Desde que llega en 2008 al museo, sólo Lynne Cooke y Joao Fernandes, subdirectores de la era Borja-Villel, han dispuesto de la bula de investigar y montar exposiciones temporales. Es más, es a partir de 2011 cuando se debe considerar como propia la programación del actual director. Desde entonces, ha asumido la mayoría de los proyectos, no así su equipo de conservadores. Manuel Borja-Villel fue el comisario de tres exposiciones en 2011, otras tres en 2012, una en 2013, una en 2014 y dos en 2015. En estos siete años, sólo una exposición fue desarrollada por un conservador del equipo (sin contar con los subdirectores).