El artista Shen Shaomin ha enterrado a los líderes comunistas en la feria.

El artista Shen Shaomin ha enterrado a los líderes comunistas en la feria. Efe

Arte arte y política

Fidel Castro aparece muerto en Hong Kong

El artista Shen Shaomin entierra al comunismo: Mao Zedong, Vladimir Lenin, Kim Jong-il o Fidel Castro, aparecen en ataúdes de vidrio dentro de la quinta edición de Art Basel Hong Kong.

22 marzo, 2017 15:22

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Art Basel Hong Kong inaugura oficialmente este jueves -desde hoy para coleccionistas- su quinta edición, liderando el mercado del arte contemporáneo en el continente asiático y consolidando su cita china como uno de los grandes eventos del arte mundial. En esta edición, 242 galerías de 34 países conforman la puesta en escena de la feria hongkonesa con el objetivo de superar el récord conseguido el año anterior: 70.000 visitantes.

Exposición Art Hong Kong

La desaceleración de la economía china, que repercute en la de Hong Kong, no preocupa a los organizadores ni a los galeristas en la quinta edición del Art Basel asiático. Confían en el valor del arte como fuente de inversión. "Este año sigue siendo fuerte para nosotros, hemos tenido una gran acogida por parte de coleccionistas y esperamos un lleno absoluto", explica la directora de la edición hongkonesa, Adeline Ooi, en rueda de prensa.

La obra Not a Shield, but a Weapon, del artista filipino Pio Abad, en la feria Art Basel.

La obra Not a Shield, but a Weapon, del artista filipino Pio Abad, en la feria Art Basel. Efe

Artistas contemporáneos chinos adquieren gran protagonismo en este año, entre ellos el trabajo del chino-australiano Shen Shaomin, con una pieza hiperrealista de figuras históricas del comunismo, como Mao Zedong, Vladimir Lenin, Kim Jong-il o Fidel Castro, encerrados en ataúdes de vidrio.

La feria también reserva un lugar especial para la realidad virtual, con artistas como Nonny de la Pena liderando la temática, y junto a él destacarán en otras áreas Robin Rhode, Sun Xun, Cao Fei o Yang Yongliang, autores muy valorados por los organizadores.

Menos público, más coleccionistas

Cuando se cumple un quinquenio desde que la marca Art Basel ampliara sus escenarios de Basilea y Miami a suelo asiático, Hong Kong ha logrado establecerse como un mercado de arte verdaderamente importante para la feria. La franquicia suiza se convierte en un portal para los artistas de la región y en una plataforma para que las galerías internacionales lleven sus obras de más alta calidad a Asia, que sigue siendo crucial para el comercio internacional del arte, donde el número de coleccionistas crece en cantidad y en calidad.

Precisamente uno de los retos de Art Basel Hong Kong sigue siendo el de poder atraer a los mejores coleccionistas entre el numeroso grupo de visitantes que acude a la cita. Para ello la selección de las galerías sigue siendo un factor importante: el acceso para obtener un espacio de exhibición es más difícil que nunca y el coste sigue incrementándose, haciendo de esta feria una propuesta arriesgada para las galerías que se despiden de cada edición con las manos vacías.

En este caso, la organización ha optado además por recortar un día el acceso al público general a favor de aquellos que poseen un pase especial, en su mayor parte coleccionistas que disponen de las salas en exclusividad desde hoy y hasta el jueves, cuando se abre oficialmente. Espacios dedicados a artistas emergentes, charlas o la proyección de películas han ido en aumento edición a edición dotando a este encuentro de una dimensión cultural y creativa más completa frente a su valor comercial.

El impacto de una feria de este calibre en la vida comercial de Hong Kong sigue siendo incuestionable: hoteles, restaurantes y el comercio de lujo son los grandes beneficiarios a primera instancia de una semana dorada para sus negocios, mientras que decenas de galerías han nacido a la luz de la feria en la ciudad asiática.

De ahí que Hong Kong se vuelque con este tipo de eventos, organizando otras ferias paralelas, exposiciones y actividades culturales como la que el artista local Kingsley Ng prepara para estos días en dos tranvías de la ciudad: allí capturará, a través de cámaras, el frenético ritmo de la vida hongkonesa.