Adriana Carolina Herrera y Miguel Báez, en una imagen de archivo.

Adriana Carolina Herrera y Miguel Báez, en una imagen de archivo. Gtres

Famosos DIVORCIO EN LA JET-SET

Herrera y el Litri, la ruptura de dos millonarios

Si la separación del matrimonio termina en divorcio, la división de bienes será compleja ya que tienen distintas casas, negocios inmobiliarios, participaciones en empresas, obras de arte... 

6 agosto, 2017 03:41

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Adriana Carolina Herrera (47 años) y Miguel Báez, el "Litri" (48) han estado casados durante 13 años, aunque provienen de distintos mundos. Pero todo lo bueno llega a su fin y la pareja acaba anunciar su separación. 

Al inicio, mucha gente se sorprendió de la relación por lo diferentes que eran. Ella vivió su infancia entre una finca del S. XVI a las afueras de Caracas y el Upper East Side de Manhattan, rodeada por la jet-set neoyorquina, como Andy Warhol o Caroline Kennedy (hija del presidente asesinado). En cambio, él se crió como un hombre de campo, entre toros y toreros. La madre de ella es Carolina Herrera (78), uno de los grandes nombres de la moda. El padre de él es Miguel Báez y Espuny (86), torero español famoso durante las décadas de los 50 y los 60.

Un noviazgo que dio mucho que hablar

El comienzo de esta historia de amor se sitúa en 2002, cuando Adriana acompañó a España a Victoria Clay, una amiga mexicana, en un viaje que le cambiaría la vida. Victoria quería dirigir el documental Maletilla sobre el mundo del toreo después de que su padre se hubiera convertido en torero a los 38 años. Adriana no lo pensó dos veces y quiso ser la productora.

Para grabar el largometraje ambas se quedaron en casa de Naty Abascal (74), una gran amiga de la familia, que era el lugar idóneo para entrar en contacto con la gente del mundo taurino. Al poco tiempo conoció a Miguel Báez en la inauguración de una tienda en Sevilla, y surgió el amor.

El noviazgo acaparó la atención de muchos medios. No solo los periodistas, la propia Carolina Herrera, su madre, se sintió "aliviada" con esta relación, en palabras de su hija. Al parecer, las anteriores parejas de Adriana habían sido artistas, poetas…

Poco después la pareja se daba el "sí quiero" en la finca extremeña de Los Guateles en noviembre de 2004. Hasta la localidad se trasladaron los personajes públicos más conocidos tanto de España como de la Costa Este estadounidense. Al año siguiente tuvieron su primera hija, Olimpia (12), y poco después le siguió Atalanta (10) y Miguel (8).

Un reparto patrimonial millonario

Ahora, 13 años más tarde, la pareja ha anunciado que se separa, más exactamente, se toman "un tiempo de reflexión". Aunque aseguran que solo se trata de una etapa para "meditar tranquilamente" sobre algunos temas, lo cierto es que la posibilidad de un divorcio cada vez es más fuerte.

Adriana Herrera y Miguel Baez durante sus vacaciones en Mallorca, de novios, en agosto de 200

Adriana Herrera y Miguel Baez durante sus vacaciones en Mallorca, de novios, en agosto de 200

Las separaciones de los ricos solo se diferencian de las de los pobres en una cosa: el reparto patrimonial millonario. En este caso, hablamos de la heredera del imperio de Carolina Herrera, con un patrimonio valorado en 100 millones de euros, y del que ha llegado a ser un importante magnate inmobiliario. 

A lo largo de estos 13 años, el matrimonio ha conseguido acumular una fortuna millonaria donde se incluyen: participaciones en empresas, distintos inmuebles tanto en España como en otros países, obras de arte... y tres hijos. 

[Más información: Carolina Herrera y Miguel Báez se separan tras 13 años de casados]

Miguel Baez, importante magnate inmobiliario

Ambos han desarrollado su faceta profesional por lados separados. Miguel Baez ha conseguido gestionar su fortuna, tanto familiar como profesional, hasta llegar a ser un importante magnate inmobiliario. 

Dirige sus negocios principalmente a través de la sociedad familiar Santa María del Río, con la que ha conseguido amasar, según las últimas estimaciones, una fortuna de 42,3 millones de euros. 

Con los beneficios obtenidos a través de sus inversiones, el extorero se ha dedicado a adquirir distintos inmuebles: un edificio en la Isla de la Cartuja que durante años alquiló a la Universidad de Sevilla; varios locales céntricos en la misma localidad, también alquilados a firmas como Zara y Massimo Dutti; dos edificios en Madrid, arrendados a instituciones oficiales; varias participaciones en aparcamientos en Huelva... 

Respecto a las viviendas particulares, cuenta con un cortijo, El Parral (Badajoz) de 800 hectáreas que compró tras vender la dehesa donde se casó con Adriana Carolina. Además, cuenta con una casa en Puntua Umbría con un valor cercano a 4,5 millones de euros, y una casa en El Rocío, en Almonte (Huelva).

Adriana Carolina Herrera, heredera de un imperio

Adriana, por su parte, no se queda atrás en lo que a fortuna se refiere. Por un lado, es una de las herederas del imperio Carolina Herrera, fundada por su madre y con un patrimonio estimado de más de 100 millones de dólares. Una empresa que actualmente cuenta con más de 280 tiendas en más de 100 países. 

Adriana es la hermana que más involucrada está en el negocio de su madre, pues es la encargada de la división de fragancias de la marca CH. Licenciada en ciencias, a ella se debe la creación de la exitosa fragancia 212. 

Por otro lado, las propiedades que se le conocen en Madrid son dos domicilios particulares: un apartamento en la plaza Mayor, el lugar al que se mudaron nada más casarse y la primera casa que ella compró en su vida; y la casa junto al Museo del Prado que es el actual domicilio familiar. 

Además, posee distintas participaciones en algunas compañías, donde destaca el negocio Baby Deli, dedicado al cuidado de los niños y que fundó junto a otras amigas suyas. 

Apasionados del arte

Tanto Adriana Carolina como Miguel Baez son apasionados del arte, por lo que cuentan con distintos cuadros en sus casas. Al parecer, el matrimonio era asiduo a las galerías de arte de Madrid, por lo que estas piezas también podrían ser uno de los elementos que la pareja tenga que repartirse en caso de divorcio. No hay que olvidar que uno de los amigos de la infancia de Adriana Carolina Herrera era Andy Warhol. 

Todo apunta a que las obras que posee el matrimonio tienen un alto valor. Como comentaba una experta de arte, buena conocida del matrimonio, su casa "es un auténtico espectáculo. Lleno de piezas únicas, mezcladas con otras ya antiguas, que cada uno ha aportado al matrimonio".